Los fantasmas de su doloroso pasado y un angustioso día a día hacen que se encierre más y más en sí misma.
Sin embargo, todo cambia cuando un joven, al que por alguna razón solo ella puede ver, irrumpe en su vida. Acostumbrada a la soledad y al silencio, Mel debe aprender a convivir con alguien que es totalmente opuesto a ella. Alegre y descarado, Jack complicará su costumbre de reservar sus sentimientos. Juntos, deberán averiguar cuál es el misterioso vínculo que los une en un relato donde el dolor y el amor caminan de la mano.
Yendo al tema, este libro tiene una historia que me ha encantado. Es uno de esos libros que hay que leer cuando se tengan ganas, o no se apreciaría de la misma manera.
Admito que al principio este libro no me convencía mucho. El comienzo, por alguna razón, lo sentí algo apresurado y un poco ficticio. Pero desde un punto de la historia en el que sigues y sigues y no puedes soltarlo hasta acabarlo.
Con los personajes me terminé encariñando bastante. Aunque con Mel tuve mis problemas. Habían partes en el que la entendía pero a la vez no. Es una chica que ha pasado por mucho, y ahora sufre de depresión y tiene el autoestima por los suelos. Tanto es el dolor, que se hace daño ella misma. Sí, se corta (puede que sea un spoiler, pero no lo considero tan importante como para serlo). Personalmente, cortarse me parece la peor solución a un problema, ni siquiera como último recurso. Ella da su explicación, yo la entiendo, pero no comparto la opinión.
También, al principio, ella me pareció un poco tonta. Como de esas inocentes que son tan inocentes que no se dan cuenta de nada. Lo bueno es que a lo largo del libro ella se va dando cuenta de las cosas, se va haciendo respetar, y aprende a quererse a sí misma. Me ha gustado el cambio que tuvo y que éste no se produjera de la noche a la mañana, sino gradualmente.
Jack, el protagonista, me ha enamorado. Es el típico chico guapetón que a todo el mundo le cae bien. Pero me atrajo más el cómo ayuda a Mel y cómo es un apoyo para ella. La relación entre ellos la sentí bastante real y, aunque ya sepas que algo va a pasar entre ellos, se puede disfrutar cómo la relación va desarrollándose, en vez de ser de sopetón. Es algo que aprecio, porque a veces las relaciones entre personajes se dan demasiado rápido o parece muy irreal y puede dañar la lectura.
Tiene una historia bastante sencilla, con su toque paranormal. Se lee bastante rápido, la verdad. Me lo he leído en un día y eso pocas veces pasa. Podría haber ayudado el hecho de que por momentos (y recalco el "momentos") me he conectado con el personaje
El final es algo que no me cuadró mucho. Igual que en el comienzo, me pareció acelerado. También dejó varias incógnitas, y partes sin aclarar.
En resumen, Imperfecta armonía es un libro que me atrapó de inicio a fin, aunque justamente en esos puntos tuvo sus falencias. Fácilmente podrías pasar la tarde leyéndolo.