Tras toda la polvareda levantada en ¡Ragnarok Ahora!, el arco donde el guionista Rick Remender borró de la existencia a la práctica totalidad de los héroes Marvel, florecen las agradables consecuencias que son ¡Vengar la Tierra!. En un escenario que si bien no es original en su propuesta, si despierta un interés desmedido. ¿Será por la importancia capital que tiene esta serie –y tendrá- en los eventos de Axis?
Remender, al igual que ocurre con Jonathan Hickman en sus Vengadores, cocina las tramas a fuego tan lento que a menudo hace falta alejarse para no perder la perspectiva. Este descompresive storytelling, como le llaman al otro lado del charco, no es nada nuevo. Sin embargo, está muy de moda en la Casa de las Ideas desde que Brian Michael Bendis lo popularizó en su Daredevil, y más concretamente, lo convirtió en un distintivo de su narrativa con Ultimate Spider-man (donde la muerte de tío Ben tardó en llegar la friolera de cinco números).
Rick Remender centra el foco sobre el auténtico protagonista de esta colección, que no es otro que Alex Summer. Y plantea un dilema ciertamente interesante: para que la Tierra vuelva a existir, el Planeta-X debe desaparecer. Alex debe decidir si acepta la oferta de los villanos, a sabiendas de que algo oscuro traman, para así poder lidiar con la pesada carga de haber fracasado en liderar al equipo más disfuncional de la historia de los Vengadores. Y el dilema se torna personal cuando entra en juego Katie, la hija que tienen en común Alex y Janet. ¿Pesa más el destino de la Tierra y sus siete mil millones de almas, o la vida de su hija? Es el eterno debate entre el corazón y la razón, el mito de Eros y Psique. A buen seguro, como casi siempre en la vida, acabaría imponiéndose el corazón y Alex se negaría a tan descabellado plan. Pero Kang se adelanta y facilita mucho las cosas al convertir a Katie en el premio –o el castigo- a tan arriesgada empresa.
Este pequeño detalle acaba en una disputa verbal entre Alex y Thor (refuerza ahí Remender la idea de que el mayor desafío para Alex es lograr que el Equipo Unidad sea un auténtico Equipo), pues Kaos culpa al Dios del Trueno de la actitud de Kang. Y un servidor no puede evitar preguntarse si todo esto no forma parte ya del gran plan de tornar a Thor Indigno, pues Remender no hace más que remarcar los constantes fallos del hijo de Odín, desde su enfrentamiento con Apocalipsis hasta el encantamiento de Jarnbjorn.
En el número que nos ocupa se aclaran algunas de las preguntas que nos hacíamos en números pasados. Ahora sí sabemos dónde están Lobezno y Fuego Solar, como sabemos también quien conforma el gobierno del
Obviando este pequeño traspiés, asistimos al fin al choque entre las dos facciones: la de aquellos que quieren deshacer el Planeta-X, encabezados por Alex, contra la de aquellos que quieren preservar lo construido hasta la fecha, con Scott como cabeza visible. El combate entre ambos hermanos está francamente bien narrada por Daniel Acuña. No soy un gran fan de su trabajo, pero me agradó el sombreado de ambos donde solo son visibles los detalles del traje y la visera de Scott. El azul de Kaos contra el Rojo de Cíclope, donde acaba imponiéndose este último.
Y es en este punto donde brilla la caracterización de Magneto. El punto de vista de Magnus, para mí poco explotado, nos recuerda que él perdió a su hija. Se sacrificó para crear la utopía mutante, o al menos así lo cree él. Y Alex lo entiende, ahora puede entenderlo, pues es padre. Se percibe esta conexión con Magneto, pueden entenderse pese a ser rivales.
La otra cara de la moneda se la lleva el Doctor Muerte 2099. Un secundario más, como serían Arno Stark o May Parker, pero que queda realmente desdibujado con su incomprensible facilidad para aceptar órdenes de otros. “Escúdanos”, “ataca a Tormenta”. El Doctor Muerte que yo conozco preferiría morir diez mil veces antes que ser el peón de nadie.
Y, como viene siendo ya habitual en la serie, finaliza con un cliffhanger redondo: Thor irrumpen la guarida de Eimin.
Despierta interés y mucho el plan de Kang, al más puro estilo de Días del Futuro Pasado –seguro que Remender trató de cuadrar al máximo esta historia con la fecha del estreno de la película-. Por que, pese a ser una premisa ya vista, siempre nos despierta algo a aquellos que amamos las buenas historias temporales. Transmitir la consciencia de los supervivientes del Equipo Unidad (Kaos, Avispa, Lobezno, Thor y Fuego Solar) a sus yo del pasado para corregir los errores de entonces puede ser un crisol de situaciones geniales. De entrada, me agradaría ver a Alex, con la consciencia del Alex futuro, guiar al Capitán América en lo que sería la hipérbole del arco de Kaos: de líder inexperto e inseguro a líder que lidera al mayor líder del Universo Marvel.
Ahora sí. Esto por fin promete.
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