Reseña: Jacking my Jock – Hank Brooks

Publicado el 01 julio 2014 por Jacob Cora @Un_Book

Jacking my Jock
Hank Brooks

De un libro titulado Jacking my Jock esperaba mucho más. Mucho más erotismo. Pero resulta ser un libro de Romántica Contemporánea como otro cualquiera. Bueno, siendo sincero, no se parece en nada a algo que haya leído con antelación. Desgraciadamente, la novedad no es sinónimo de buenas noticias.

Para empezar me voy a centrar en el estilo de narración. Parecía que estaba leyendo un fax en vez de una historia corta. En un genero como la romántica, ese estilo hace que te alejes mucho mas de la historia. Para poder meterte en la piel de los personajes hay que sentir cierta cercanía, pero en esta ocasión el escritor de este libro consigue lo contrario.

Pena, lo que se dice pena no me da. Está protagonizado por un de par de abusones de patio (clásicos deportistas americanos de instituto) que se meten con los empollones llamándoles maricones. Hasta aquí nada nuevo. Resulta que luego en la Universidad los bullies descubren su homosexualidad y sus amigos les empiezan a hacer el vacío. Si el escritor intentaba que me diesen pena esos dos, se ha quedado muy lejos de conseguirlo.

Lo único bonito del libro es que los ex-abusones dedican su vida profesional a educar a estudiantes de instituto en contra del bullying. Tan buenos son, que una palabra de ellos bastará para sanarlos… Literal. Tendrían que hacer un tour por todo el mundo, porque deben tener un don. Con un par de frases consiguen convertir a los abusones en modelos a seguir. Todo el mundo sabe que los bullies hacen mucho caso a los profesores…

Este dato se podría quedar en una divertida anécdota si el libro hubiese acabado ahí. Los protagonistas (ya reformados) quieren disculparse con ese par de compañeros a los que torturaron (psicológica y físicamente) durante su etapa de instituto. Todo muy noble, si no fuese porque su idea de disculpa es ofrecerse sexualmente a ellos. Como nuestros dos angelitos creían que sus compañeros eran gays, tenían que serlo sí o sí. Y bueno, ¿qué gay en este mundo no querría acostarse con tan espléndidas personas? Obviamente, son rechazados.

A partir de aquí, el escritor se empeña en convertir a los dos abusados del principio de la historia en un par de capullos. Lo exagera hasta tal punto, que en la metáfora final (espero que accidental) da la impresión de que quiere indicar que ser un bully no importa porque nunca se sabe cuando los abusados van a ser un par de imbéciles en el futuro. Insisto en que esta es la impresión con la que me deja el último párrafo del libro…