SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
RESEÑA:La arena del reloj es un libro muy especial y esta reseña no va a ser igual a ninguna otra que haya en este blog, ya que no hay ningún otro libro en mi vida como éste, en el que una de sus protagonistas sea una persona tan cercana.
Descubrí el libro hace casi un año en uno de los blogs que sigo y su portada me encantó, es de estas portadas que cuando las ves la asocias directamente con una historia bonita y por lo tanto lo descargué para el ebook. Días después me quedé sorprendida cuando en una de las entradas de El espejo de la entrada, Mayte hablaba de él como su libro. No tenía ni idea del nombre de la autora y por aquel entonces Elespejo de la entrada era uno más de los muchos blogs que visitaba, pero al igual que la portada se había quedado grabada en mi memoria desde entonces también se quedó grabado el nombre de Mayte Esteban.
La arena del reloj recoge la biografía de Juan José Esteban escrita por su hija Mayte. Escribir este libro es algo que ambos tenían planeado realizar juntos algún día, pero la grave enfermedad a la que Juan José se enfrenta hace que adelanten este ejercicio y comiencen un recorrido por sus recuerdos, por todo aquello que él considera importante y que dio forma a su persona, que Mayte va recogiendo grabadora en mano y plasmando en cada una de las páginas que forman el libro.
Así vamos descubriendo su vida desde su nacimiento en Azuqueca de Henares en los primeros años de la posguerra, una época marcada por la escasez y el dolor, con muchos pueblos devastados y la mayoría de las familias buscando un lugar en el que encontrar un trabajo que les permitiese subsistir, hasta los años más recientes, convertido ya en orgulloso abuelo.
El relato de Juan José está lleno de referencias a su familia y de anécdotas tanto de su vida como de los acontecimientos que marcaron cada periodo y esto lo hace muy entretenido porque es una especie de viaje al pasado. Consigue movernos por la historia más reciente de nuestro país haciendo hincapié en las modas y costumbres de cada época como las famosas cartillas de racionamiento, los tirachinas y otros juguetes de los niños, la matanza, el luto o el baile. También nos cuenta los adelantos que van llegando poco a poco, pasamos de la bicicleta a los coches con gasógeno y posteriormente a los de gasolina, llegan las primeras televisiones y las cosechadoras, sin olvidarse de hechos que han marcado nuestra historia como la muerte de Franco o el golpe de estado.
Junto a estas memorias, Mayte va intercalando en el relato sus propias impresiones relacionadas tanto con lo que él va narrando como con la evolución de su padre, nos habla de su estado en cada momento tanto físico como psicológico y plasma también sus propios sentimientos, su sufrimiento y su forma de afrontar una situación tan dura. Estas partes son mucho más íntimas, emotivas y cercanas. Mayte consigue plasmar cómo se siente en cada momento, el inmenso amor y admiración que siente por su padre y lo duro que es hacer frente a esta enfermedad. Cada una de sus palabras está llena de ternura que se transmite al lector, nos enseña a valorar la vida y cada uno de los pequeños momentos que compartimos con las personas que queremos, a no desachovechar las oportunidades que tenemos para disfrutar del tiempo en su compañía.
Está escrita con una narración sencilla, cuidada e intimista, utilizando siempre la primera persona, que va alternando a Mayte y a Juan José como narradores. Son dos narraciones completamente diferentes que provocan continuos cambios en el lector. Haciendo un repaso de lo que ha sido su lectura podría decir que ha sido como un viaje en una montaña rusa, pasas de estar en lo más alto a descender en picado. Las partes del relato de Juan José son muy entretenidas, llenas de anécdotas que en la mayoría de los casos te resultan familiares porque las has oído alguna vez de boca de tus propios padres o abuelos, lo que hace que las leas con mucho cariño y con una sonrisa en los labios.
Por el contrario cuando Mayte nos va relatando su día a día es lo contrario, leer cada línea con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos porque te pones en su lugar e intentas imaginar por lo que está pasando, intentas porque es imposible ponerse en su lugar a no ser que hayas pasado por una experiencia similar. Son párrafos muy personales, una especie de diario en el que ella nos desvela todo lo que siente, se desahoga con nosotros contándonos todo aquello que no puede o no quiere compartir con nadie más de su entorno porque cada uno ya tiene su propio sufrimiento.
En definitiva, La arena del reloj es uno de esos libros cuya lectura deja huella, un libro precioso escrito con el corazón, de sentimientos intensos, de lucha y de valentía para hacer frente al día a día en compañía de la enfermedad y sobre todo, es la historia de la vida de una persona como tú o como yo, porque como Mayte señala en el prólogo, todas las vidas, por sencillas que parezcan, llevan escondida una novela.
NOTA: Tengo la reseña en mis borradores desde hace varias semanas pero antes de publicarla he querido añadirle esta nota para contaros que finalmente nos conocimos en persona una semana después de escribir estas líneas. No es necesario que os diga nada sobre ella ya que si algo define a Mayte es su transparencia, la imagen que da a través de su blog es cómo es ella en realidad. Los que seguís su blog sabréis el tipo de persona que es y lo agradable que puede ser pasar una tarde con ella y su familia y los que no, os invito a visitar El espejo de la entrada y descubrirlo.