Título: La casa en los Confines de la Tierra.
Autor: William Hope Hodgson (1877-1918) este inglés de padre clérigo, a los trece años se enroló en la marina mercante, por lo que tuvo la oportunidad de viajar por todo el mundo. Tras ocho años regresó a Inglaterra, donde trabajó como fotógrafo y profesor de gimnasia en la escuela Blackburn. También se inició en la escritura publicando en 1905 su primer cuento Un horror tropical. Dos años más tarde vio publicada su primera novela Glen Carring, donde relata la experiencia de unos naufragos en el Mar de los Srgazos. Pero su primera obra importante fue La casa en los Confines de la Tierra (1908), a la que le siguieron Los piratas fantasmas ( 1909) y El Reino de la Noche (1912), su novela más extensa. Considerado uno de los precursores de la literatura moderna de terror y ciencia ficción, Hodgson inspiró a grandes autores como H.P. Lovecraft. Murió durante la Primera Guerra Mundial a causa de las heridas producidas por una granada alemana.
Editorial: Hermida Editores.
Idioma: inglés.
Traductor: José Luis Piquero.
Sinopsis: La casa en los Confines de la Tierra trata de un caserón solitario y temido de Irlanda, que constituye el centro de espantosas fuerzas del trasmundo y soporta el asedio de híbridas y blasfemas anormalidades que surgen de secretos abismos inferiores. Los vagabundeos del espíritu del narrador durante limitados años-luz del espacio cósmico y su asistencia a la destrucción final del sistema solar, son algo casi único en la literatura fantástica. Por lo demás, a lo largo de la historia, se pone de manifiesto la capacidad del autor para sugerir horrores vagos y emboscados en un escenario natural.
Su lectura me ha parecido: apropiada, interesante, reveladora, sorprendente, inquietante, rara, extraordinaria, profundamente reflexiva...Queridos lectores y lectoras, sabéis de aquellos momentos en los que sientes que te encuentras en el lugar idóneo, en el espacio adecuado, en el sitio más a corde con el trabajo que estás realizando. De seguro que a muchos y a muchas os ha pasado, incluso sin ser conscientes de ello. Una servidora, en este caso, ha experimentado la tremenda casualidad de encontrarme en una habitación, cuyas características acompañan a la perfección, dentro de un edificio altamente singular e impresionante en su belleza, pero a la vez lleno de un aura que imprime misterio e historia y situado en uno de esos paisajes de ensueño que cualquiera desearía descubrir y pasear al menos una vez en la vida. Un lugar que cuando el cielo da una tregua, puede divisarse el horizonte más impresionante que una servidora haya visto, pero que cuando se torna nuboso, su hermosura no desaparece, al contrario, tal vez se acentúa más. Mientras paseaba por sus alrededores, no podía evitar sentirme un poco pequeña entre tanta naturaleza, a la vez que aislada de la civilización, sobretodo aquellos días en los que una espesa niebla parecía envolver a la península, algo que inevitablemente me recordaba a lo que padecía el protagonista de la novela que hoy estoy a punto de reseñar. Desde El Palacio de la Magdalena, en Santander, os traigo La casa en los Confines de la Tierra: cuando la fantasía se recicla de forma magistral.
La historia de como La casa en los Confines de la Tierra llegó a mis manos es de lo más sencilla. Sin embargo, debo iniciar este párrafo con una pequeña confesión, pues, hasta la fecha no había oído hablar ni de William Hope Hodgson, y menos aún, de su producción literaria. Supongo, sólo supongo, que ésto se debió a que durante mi etapa estudiantil no asistí a una clase de literatura universal en la que se abordase su figura, lo cual, mirándolo desde la perspectiva que dan los años y la experiencia, me parece una autentica tragedia intelectual. A veces, y sólo a veces, no nos damos cuenta de la gran cantidad de autores que han poblado la historia de la literatura y de sus géneros correspondientes, eso es totalmente cierto. Hasta el punto de que inconscientemente, como lectores, acabamos guiándonos y decantándonos por los más conocidos, aquellos que si nos han enseñado, aquellos que nos suenan, o que al menos, nos resultan altamente familiares. Esta claro que Hope Hodgson no es un autor de mucho renombre si lo compararas por ejemplo con su coetáneo Tolkien, sin embargo, lo que nadie puede negar es que su literatura y su desbordante imaginación nació de un poso de años y años de tradición intelectual y literaria y que ésta, con el tiempo, acabó influyendo en escritores posteriores. Por todo ello, por querer atreverme con un autor nuevo para mi, y porque llevaba tras éste título en concreto durante un tiempo, decidí pedirles inmediatamente a Hermida Editores su interesante edición ilustrada. Así fue como el libro llegó a mi, y como el libro acabó cautivándome enormemente.
En lo que respecta a la opinión personal, comenzaré diciendo que La casa en los Confines de la Tierra presenta una lectura ágil, pero que sin embargo, irradia intensidad, tanta, que es imposible no despegar los ojos de las páginas, como si la narración te obligase a permanecer en el interior de la historia. Hodgson logra ésta interesante y resolutiva sensación a través, principalmente, de unas descripciones no demasiado extensas, pero cargadas de simbología y de autenticidad, las imágenes que nos muestra, aunque inventadas, parecen de verdad auténticas, imágenes con las que pretende además hacer creer por un momento al lector que existe de verdad y que en cualquier momento, pueden aquellas aberrantes criaturas acechar tras la puerta del dormitorio. Por otro lado, tengo que ser sincera en este aspecto cuando digo que a primeras, la historia en si, me pareció muy rara, demasiado rara, chocante más bien. Hasta la fecha no estaba acostumbrada a una lectura de este tipo en la que a priori nos encontramos con una trama realmente extraña a ojos del lector primerizo en la literatura de este autor, pero que sin embargo, a medida que avanzas en su lectura, los elementos encajan, como si fuera un puzzle, una compleja maquinaria bien engrasada a la cual se le van añadiendo poco a poco elementos que separados no tienen sentido entre si, pero que al encajarlos, descubrimos que tiene sentido. Esto es sin duda, lo que más me ha sorprendido de su lectura, la inteligencia estructural del autor para parir una novela de estas características. Seguidamente, encontramos a unos personajes muy profundos psicológicamente, aunque se acentúa más en el caso del protagonista, pero que sin embargo presentan un determinismo, ya no social, sino con el propio entorno, con la naturaleza y con lo físico, lo cual, le da un matiz introspectivo e interesante a la novela. Finalmente decir que, al igual que sucede con Otra vuelta de Tuerca, La casa en los Confines de la Tierra nace de lo anécdótico, de una casualidad circunstancial, pero que después, se torna en algo más grande, más inquietante, más oscuro.
Adentrándonos en la tradicional reflexión, la cual siempre procuro que sea interesante y pertinente, empezaré diciendo que no me ha sido fácil escoger el tema oportuno, pues, La casa en los Confines de la Tierra no es precisamente un libro carente de ellas, al contrario, resulta excesivamente abrumador en ese sentido. Sin embargo, tras pensarlo muy detenidamente y tras alguna charla inspiradora que otra, os traigo no sólo una reflexión, sino además, una apreciación, una posible interpretación humilde de uno de los temas más inquietantes que presenta la novela. El positivismo, amigos y amigas, es un pensamiento filosófico que afirma que el conocimiento autentico es el conocimiento científico, y que dicho conocimiento sólo puede surgir de la afirmación de las hipótesis que surgen a través del método científico. En otras palabras, el verdadero saber sólo será posible a través de la investigación científica. Pues bien ¿qué tiene que ver esto con La casa en los Confines de la Tierra? Muy sencillo. Esta excepcional novela ve la luz nada más ni nada menos que a principios de siglo XX, más concretamente en el año 1908, tiempo que coincide con la expansión y triunfo intelectual de la ideología positivista. ¿Y cómo se refleja ésta en la novela? Por supuesto, a través de esa visión terrorífica y escalofriante del origen del universo, la cual, presencia el protagonista con gran curiosidad pero a la vez con gran temor. He estado investigando, indagando en otras páginas, otros blogs, otros artículos en los que se hablaba de La casa en los Confines de la Tierra, y sinceramente, las interpretaciones me resultaron interesantes, pero algo me decía que había algo más y que una novela así no se escribe sin un motivo detrás. ¿Tal vez estemos ante una crítica a dicho pensamiento filosófico? O teniendo en cuenta el contexto político en el que se encuadra la novela ¿Ante una interpretación de la maldad humana, la cual, arranca desde el inicio de los tiempos, desde la propia explosión que generó el actual universo? Sinceramente, jamás lo sabremos, sin embargo, los grandes libros inspiran opiniones, y éste en concreto, se encuentra entre ellos. La casa en los Confines de la Tierra: una historia de terror, descubrimiento, revelación, narración, confesiones, angustias, criaturas sobrenaturales...La novela que todo amante del género debería leer obligatoriamente.
Frases o párrafos favoritos:
"-Mira - dijo con decisión- no pasaría la noche en ese lugar ni por todo el oro del mundo. Hay allí algo impío..., diabólico. Se me ocurrió al momento, justo después de que hablaras. Me pareció que el bosque estaba lleno de cosas perversas...¡Ya me entiendes!"
Película/Canción: como no podría ser de otra forma, esta afamada pieza le viene como anillo al dedo a la lectura de esta novela. J.S. Bach resulta realmente inspirador.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Hermida Editores