256 páginas || Papel y ebook
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Desde que Cass estuvo a punto de ahogarse (está bien, sí, se ahogó, pero no le gusta pensar en eso), puede correr el Velo que separa a los vivos de los muertos… y entrar al mundo de los espíritus. De hecho, Jacob, su mejor amigo, es un fantasma.
Así que las cosas ya son bastante extrañas en su vida, pero se van a volver más extrañas aún.
Cuando a los padres de Cass les ofrecen realizar un programa de TV sobre los lugares más embrujados del mundo, la familia parte hacia Edimburgo, Escocia. Allí hay tumbas, castillos y pasadizos secretos rebosantes de fantasmas. Y cuando Cass conoce a una chica que comparte su «don», se da cuenta de cuánto le queda por aprender del Velo… y de sí misma.
Cass tendrá que aprender rápido: la ciudad de los fantasmas es más peligrosa de lo que había imaginado.
'La ciudad de los fantasmas' es mi primer acercamiento con el estilo de la autora, y debo decir que el resultado ha sido muy satisfactorio. He disfrutado mucho del libro, de la historia, de lo que ha creado la autora y sobre todo, de los personajes. Y además, me ha dejado con muchas ganas de seguir conociendo las aventuras de Cass y seguir descubriendo junto a ella, todo lo que esconde su don, y todo lo que es capaz de hacer con él. Es un libro muy juvenil, aunque no negaré que en algunos momentos puede ponerte un poco los pelos de punta, pero no es nada que te impida leer o te haga desvelarte por la noche. Aunque admito que se nos cuentan algunas leyendas de Edimburgo que no sé si serán ciertas o no, pero me han hecho desear visitar esa ciudad y descubrirlas por mí misma, aunque seguro que si lo hago, algún escalofrío voy a tener.
El resto de personajes son menos importantes para la historia, aunque destaca uno de ellos, ese que le muestra a Cass que no es la única que puede atravesar el velo, que no está sola con su don, y que quizá tenga que hacer algún uso importante de él. Es un personaje que reconozco que en un primer momento yo creí que era un fantasma más, pero me equivoqué, y confío en que salga en el resto de libros y siga ayudando a Cass, porque también me ha gustado mucho. Sobre todo porque demuestra que Cass no es la única que se aferra al hecho de tener a un fantasma a su lado, y a quererlo. Por otro lado tenemos a los padres, que simplemente son los que ayudan a descubrir esos lugares fantasmagóricos, y le dan un toque adulto al libro, aunque a veces se dejen llevar más por sus fantasías y deseos, que por lo que sería bueno para su hija realmente.
La pluma de la autora me ha gustado mucho, así que si antes ya tenía ganas de leer el resto de sus libros, ahora más todavía. Tenemos unos personajes jóvenes, muy jóvenes incluso, porque sino me fallan los cálculos, Cass debe tener unos 12 o 13 años (lo que hace que a veces me parezca que actúa o habla incluso de una manera demasiado adulta para su edad), por lo que la forma de narrar y sobre todo los diálogos, son muy acordes a la edad de los protagonistas, y al público al que va dirigida la historia. Sin embargo, Victoria escribe con los suficientes detalles y descripciones para que, en este caso, nos sintamos visitando las calles y los lugares de Edimburgo por los que ellos pasan, y eso provoca que sintamos incluso escalofríos con algunas de las cosas que ve Cass, o que visita. Y eso es genial, porque te hace meterte más de lleno en la historia, y es algo esencial en este tipo de libros. La pluma de la autora es sencilla, ligera y amena, y hace que la lectura sea muy rápida, no solo por la extensión, sino por su forma de escribir. Y me ha encantado, como ya he dicho.
Desearía poder deslizar mi mano por la suya.
Darle algo de mi calor.
Pero lo único que puedo hacer es prometele que no permitiré que se congele.
Que nunca lo abandonaré.
Yo iré adonde tú vayas, pienso.
Gracias a la editorial por el ejemplar.