Autor: Julianna Baggott
ISBN: 9788499187235
Editorial: Roca Juvenil
Páginas: 416
Año de publicación: 2015
Precio: 17,90€
En la Cúpula, Perdiz ha ocupado el puesto de su padre como líder de los puros. Su intención es destruirla desde adentro con el apoyo de la resistencia liderada por Glassings, su antiguo profesor. Sin embargo, desde su nueva posición en el poder, las cosas no se ven tan claras. Quizás su padre tenía razón. Tal vez el mundo necesita la Cúpula para sobrevivir, y a Perdiz pata gobernarlo.Afuera de la Cúpula, Pressia y Bradwell continúan buscando las pistas que les dejaron sus padres antes de las Detonaciones. Muy pronto podrán ayudar a curar a los miserables, liberándolos de la opresión de la Cúpula y de sus monstruosas fusiones de una vez por todas. Sin embargo, su éxito depende también de Perdiz. ¿Podrán seguir confiando en su amigo y aliado? ¿O una nueva guerra está a punto de comenzar?
A veces es una pena dejar que terminen algunas historias, pero en esta una de las distopías más singulares que nos ha traído esta moda imparable y ha merecido la pena esperar a ver como solucionaba el embrollo.
En su momento me atrajo muchísimo la base desde la se desarrolla la historia y me conquistó la conspiración que la autora había urdido de tal forma que todo aquel desastre lo heredaran los descendientes de quienes había destruido el mundo con detonaciones dejando a los supervivientes deformados, mutilados, fusionados... un cumulo de amorfas muestras de humanidad.
Pero también están aquellos que se refugiaron protegiendo su trasero siendo perfectamente conscientes que todo el que permaneciera fuera de la Cúpula moriría o sería un engendro. Cerraron los ojos durante tanto tiempo que era hora de que la realidad les diera una bofetada. Así que de esto trata la tercera parte de la trilogía: de poner a cada uno en su sitio y de ser justos. Estoy contenta con ciertas resoluciones pero no termino de estar satisfecha de como lo ha dejado el conjunto, en el aire. En el segundo libro tenia la sensación de que la nostalgia se iba a llevar el foco de gran parte de la narración al pasado y a dejar un poco en la estacada la línea principal, sin embargo en esta parte me he quedado con la sensación de que la principal baza que podía jugar la autora para salir de sus propios límites era la psicología de los personajes. Del primer al segundo libro podría llamarlo evolución, pero en este solo puedo decir que los personajes o bien son mucho más complejos de lo que estoy acostumbrada y por ello me sorprende tanto las actitudes que adoptan o bien son actitudes absurdas que adoptan para eso, salirse un poco del molde. No me ha disgustado esto en realidad, pero tampoco me ha llegado ni compungido ni impresionado. Esperaba que la historia tomara una dimensión tan a gran escala como el detonante y todo se ha quedado un poco personalizado en los distintos núcleos que la autora había centralizado la narración. Sigue siendo interesante ver como sentimientos tales como la culpa, la venganza, el odio, el temor y la paranoia pueden llevar la historia por caminos muy distintos y llegar a conclusiones totalmente alejadas de lo ideal. Está bien que no todo haya sido en plan final feliz pero que hayan quedado tantos cabos sueltos me ha resultado desconcertante a la par que me siento comprensiva. No me habría quedado satisfecha con un final más bonito. Esta sigue siendo una de las distopías más rudas, crueles, desconcertante y morbosa que he leído. La autora ha dado de lleno con su escenario devastado, con su humanidad también devastada, un punto en que algunas olvidan totalmente. Pero, sí, el final me ha hecho mirar más de una vez si es la última entrega de verdad.