
La guerra no tiene rostro de mujer (U voini ne zhenskoe lizo) | Svetlana Alexiévich | Editorial DEBATE | 365 paginas
★★★★★Una de las cosas que más me asusta del ser humano es su poca capacidad de memoria, ha sabiendas de lo que puede llegar a ocurrir seguimos cometiendo los mismos errores por que ya no somos capaces de voltear al pasado y detectar qué hemos hecho mal. Esta fue una de las primeras ideas que se me vinieron a la cabeza cuando terminé de leer La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexiévich, ganadora del premio Nobel de literatura en 2015, quien a través de varias narraciones nos va dando cuenta de la historia de las mujeres que a muchos se les olvidó contar. Nos narra sus conflictos, sus aprendizajes, sus pequeños ratos de alegría en un ambiente donde nadie daba cabida a la felicidad, pero sobre todo nos narra sus sufrimientos, los momentos más difíciles de su vida durante la guerra y cómo lo fueron enfrentando. Son historias estremecedoras que nos narran lo que nadie sabía de la guerra, lo que se ha ignorado, el verdadero horror que significó estar en el campo de batalla sin saber si habrá un mañana, todo de la voz de mujeres sobrevivientes.A la par de las narraciones de estas mujeres, tenemos la voz de la misma autora reflexionando sobre cada uno de los temas que toca en su recopilación, en ocasiones también nos explica qué fue lo que la hizo continuar, por que ante el horror de la verdad estuvo a punto de desistir, pero no lo hizo. El darle voz a las mujeres que no fueron tomadas en cuenta a la hora de escribir la historia es parte de su motivación para continuar visitándolas en sus casas, en sus trabajos, para escuchar pacientemente a cada una de ellas mientras lentamente y con dolor le relatan sus historias. La autora en cada introducción nos invita a reflexionar junto con ella, se detiene junto a sus lectores para respirar y darse cuenta que: «Los tiempos cambian, pero ¿y los humanos?»(Alexiévich, 315). Así como ella nos vamos dando cuenta de que lo que sabemos de la guerra es solo la punta del iceberg, un iceberg que no mucha gente quiere que se conozca, ya que en la contraportada podemos descubrir que la autora fue censurada en un pasado por su libro, y al leerlo podemos entender por qué.
Las historias que aquí se narran te atrapan con una intensidad tan abrumadora que incluso en momentos te obliga a detener la lectura para respirar. Puedes sentir el dolor a través de las páginas, puedes oler la sangre, la pólvora, escuchar los gritos a lo lejos de las personas que pelean, puedes llorar a lado de las mujeres que se despiden de su vida para entrar en el campo de batalla. Todas las dificultades que pasaron las mujeres por ser mujeres durante la guerra también están plasmadas, incluso las que siguen pasando ahora por que nadie quiere escuchar su versión de la historia, muchas de ellas explican por qué les tocó el trabajo más pesado a ellas y la impotencia que les causa el que solo los hombres se lleven crédito por muchas de esas hazañas. Hay quienes no consideran este libro como una obra literaria por su carácter periodístico, pero al final esto es justamente lo que la literatura pretende hacer, dar cuenta del sentimiento humano. Sin duda alguna ha sido de las mejores lecturas de este año y vale la pena leerlo a conciencia, cuando lo terminé necesité un momento de soledad para terminar de digerir todo lo que en el encontré.
Aquí les dejó algunas de las frases que para mi fueron muy significativas durante la lectura y que espero les aviven las ganas por leer este libro.
«Sabía que incluso si volvía a casa, el alma me dolería. Ahora pienso: “Hubiera sido mejor que me hubieran herido en el brazo o en la pierna, que me doliera el cuerpo. Porque el alma…duele mucho”» (55)
«Se dice que en la guerra te conviertes en mitad humano, mitad animal. Totalmente cierto… No hay otra forma de sobrevivir. Si te limitas a ser humano, no hay salvación. ¡Perderás la cabeza! En la guerra uno debe recordar algo perdido dentro de sí. Algo arcano… Algo que procede de los tiempos en que el hombre no era del todo humano…» (83)
«Creíamos que a partir de entonces en el mundo ya siempre reinaría la paz, que nadie nunca querría otra guerra, que debíamos destruir todos los proyectiles. ¿De qué iban a servir ahora? Estábamos cansados de tanto odiar. De disparar» (145)
«Creo que si en la guerra no me hubiera enamorado, no habría sobrevivido. El amor me salvó. Esa fue mi salvación» (271)
«Fue terrorífico… Enterré a todos mis familiares, en la guerra sepulté mi alma» (287)
Al termina de leer quedó casi todo el libro llenó de notas, no me decidía cuales frases poner, quizá después haga una sección especial para mostrarle más de este libro. ¿Les ha dado ganas de leerlo?
Saludos infinitos.
