La ficha técnica de la novela la tenemos en la página web de Caligrama.
Sinopsis
Sebastián, nacido en 1941, es un adolescente reflexivo y observador que descubre, con solo diez años, el poder de las palabras. Desde entonces, se esfuerza en aprender a usarlas adecuadamente con un solo objetivo: compensar su escasa valentía y fuerza física. Para ello, las colecciona en carpetas etiquetadas por sabores, sentimientos, colores, etcétera, logrando conseguir el respeto de sus compañeros del instituto. «No tendré músculos pero tengo palabras», reflexiona tras su éxito.
Amelia es la hija de un fotógrafo combatiente de la División Azul, hecho prisionero por los rusos en 1942, pocos meses después de que ella naciera en Berlín. Repatriado a España tras once años de cautiverio, recupera a su hija y ambos se establecen en Jarana, el pueblo de Sebastián.
El joven se enamora de la muchacha y en su diario va describiendo las inquietudes y zozobras que ese sentimiento provoca en él, así como las entrañables relaciones con sus dos amigos, la vida del pueblo y los conflictos físicos y religiosos que le causa su incipiente sexualidad. Dos años más tarde Amelia se traslada a Madrid. Sebastián no soporta la separación e intenta localizarla, emprendiendo una serie de aventuras que somete a prueba su tenacidad e ingenio.
En la segunda parte, dos acontecimientos inesperados ponen al descubierto una intriga sorprendente.
Mi opinión personal (sin destripes)
Ya sabéis que me gustan las grandes historias y no es un secreto que para disfrutar de una buena historia de amor y de amistad los lectores debemos conectar con la historia y con sus personajes. En La hija del fotógrafo no solo conecté con los personajes y con su historia, conecté con una generación a la que admiro y a la que le debo mucho, la "generación de la posguerra".
La novela está estructurada en dos partes, en la primera leeremos el diario de Sebastián, comenzando el 20 de mayo de 1954 y terminando el 3 de julio de 1956. A través de este diario conoceremos a Sebastián y a todos los personajes de la historia, con este diario nacerán sentimientos que nos emocionarán, y aprenderemos junto con Sebastián a identificar el amor y la amistad.
En esta primera parte no puedo dejar de aplaudir al autor por conseguir hacerme vibrar con miles de emociones, distintos sentimientos traspasaron las hojas del libro y me llegaron al corazón.
En la segunda parte Sebastián sigue narrando la historia pero ya desde una distancia, nos narrará hechos y situaciones fundamentales para conocer su historia y para descubrir la evolución de los distintos personajes. Y en esta segunda parte nace una intriga que resolverá una de las grandes incógnitas de la novela. Esta intriga no puede faltar en una gran novela, con ella el autor desafía al lector y lo aleja de su estado de seguridad. Intriga para que el lector no pueda soltar el libro.
Me ha gustado mucho como el escritor ha jugado con la organización de la novela, como la ha estructurado para enganchar al lector y llevarlo página a página sin darle un respiro. En mi nació una necesidad de conocer la historia de Sebastián y Amelia tras leer el diario, una necesidad que con la segunda parte aumento de tal manera que al final de cada capítulo quería y no podía dejar de leer el siguiente.
El acercamiento-alejamiento de nuestros protagonistas dota a la historia de realismo, ninguna pareja coincide absolutamente en todo y toda pareja necesita su espacio.
«Entre la fiebre y la excitación no me viene el sueño, ¡qué va a ser de mí! He disfrutado de tanta felicidad estando al lado de Amelia, que no podré soportar su ausencia. Por eso, ver cómo desaparecía me ha destruido. Éramos dos en uno solo y ahora solo soy la mitad de mí mismo.
Buenas noches, dolor de corazón. Por favor, olvídate de mí y déjame dormir»
En la historia podremos saborear junto con Sebastián el amor por las palabras, podremos recordar obras literarias y deleitarnos con el amor que Víctor Navajo siente por el mundo de las letras. Destacando la elegancia de la narración que requiere este tipo de novela.
Podremos conocer a la generación de la posguerra, una generación que como nos dice su autor fue ignorante en aspectos fundamentales de la vida por la presión que la religión y la política ejercía sobre ella, una generación que por esto y por su capacidad de sacrificio no dejó de prosperar.
Recomiendo leer La hija del fotógrafo y os recomiendo paladear esta sabrosa historia de amor y de amistad. Sin olvidar la oscura intriga que se esconde en ella.
Mil gracias a Víctor Navajo por regalarme esta historia, os aseguro que ocupará un lugar de distinción en mi blog y en mi corazón.
Lector y escritor pertinaz desde los catorce años, Víctor Navajo ha sido por orden cronológico: agricultor, granjero, dependiente de una tienda de ultramarinos, camarero, operador de tricotosas, recortador de repuestos de goma, cabo escribiente del Ejército del Aire, cadete de la Academia General de Aviación, teniente profesor de vuelo en la Base Aérea de Matacán, miembro del equipo español de acrobacia aérea en los campeonatos del mundo de Moscú, capitán del Ejército del Aire, director de una fábrica de muebles, piloto de líneas aéreas, director y propietario de un colegio, ejecutivo de una compañía de video promocional, instructor de DC-8, instructor de DC-10, instructor y Jefe de Flota de DC-9, titulado en Gestión Empresarial, inventor (dos patentes), promotor de viviendas, propietario de una librería, cogerente de una empresa de vinos y fotógrafo digital diplomado. La hija del fotógrafo es su primera novela no destruida.¿Dónde comprar La hija del fotógrafo?
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