Reseña: La historia de Edgar Sawtelle

Publicado el 02 diciembre 2012 por Silvia Filóloga @silviafilologa

Sinopsis:


Nacido mudo a finales de los cincuenta en un remoto pueblo del interior de Estados Unidos, Edgar Sawtelle pertenece a una familia de criadores de perros. Desde muy pequeño, se comunica con los animales por signos y tiene con ellos una especial afinidad, especialmente con Almondine, su mejor amiga de cuatro patas. La repentina y extraña muerte de su padre provocará en el ya adolescente Edgar una gran ruptura: se hará responsable del criadero de perros junto a su madre y poco a poco se irá encerrando en sí mismo. Su casi único contacto con el mundo exterior será a través de una joven camada de cachorros que debe adiestrar y de su fiel Almondine. El día a día de la granja Sawtelle parece volver a la normalidad hasta que el regreso del tío de Edgar, quien cortejará a su recién enviudada cuñada y querrá ocupar el vacío de su padre, creará en Edgar un profundo desosiego y una inquietante sospecha, que le llevará a una huida desesperada en buscar de la verdad y de su propia identidad.

Mi opinión personal:

Un niño silencioso en la alegría y silencioso en la aflicción.

Portada en inglés

La gran acogida por parte de los lectores y los datos de críticos literarios acompañaron a la promoción de esta novela, recomendada por personajes tan célebres como el maestro del terror Stephen King o la mismísima Oprah Winfrey. Estamos ante un relato de lucha interior  de un niño por descubrir la verdad sobre la muerte de su progenitor y, en el proceso, desenmascarar a su tío, todo sin palabras y con testigos mudos caninos. Unas expectativas muy altas que no en vano hicieron mella. Y es que La Historia de Edgar Sawtelle caló muy hondo en el corazón del público americano que no pudo resistirse a su lectura y lanzarse a recomendarla como libro de cabecera imprescindible por las personalidades antes mencionadas. ¿Alguien puede pasar por alto esta novela?
Yo, confieso, no. Me uní a los americanos (que no sé si leen mucho, poco o lo suficiente) y me animé a leerla, en parte, por sus perrunos protagonistas. Una novela clave para todo amante de los mejores amigos del hombre: los perros. Visto así es de cajón que La Historia de Edgar Sawtelle esté catalogada como dog fiction o narración perruna, aquella en la que el protagonista es un cuatro patas y cuyas travesuras giran en torno a él. Sí y no. La novela de David Wroblewski (nunca diré bien del todo su nombre) es además la historia de una relación, la de un niño muy especial con su cánido amigo también especial, y la de toda una camada de perritos igual de especiales, perfectos secundarios de lujo de la trama. Niño y animales, una fórmula que no falla. 
¿Qué se podía hacer con un niño como ese, excepto preocuparse? Gar y Trudy se preocupan pensando que nunca tendría voz. Los médicos se preocupaban porque no tosía. Y Almondine simplemente se preocupaba cada vez que lo perdía de vista, aunque nunca era por mucho tiempo. Muy pronto comprendieron que nadie entendía un caso como el de Edgar. Niños como él sólo aparecían en los libros de medicina...

Wroblewski presenta una obra tan tierna como hermosa, con una trama in crecendo que ahonda en lo más profundo de la psicología de los personajes, tanto la del niño como la de los adultos que le rodean, e inclusive la de los perros. Leer La Historia de Edgar Sawtelle es darse cuenta ipso facto que el autor posee un gran conocimiento del mundo canino, en concreto el del entrenamiento y adiestramiento de estos cariñosos animales. Tantos perros merodeando por las páginas del libro, junto con los paisajes abiertos y rurales y el fuerte potencial descriptivo hacen comparable a Wroblewski con Jack London, creador de Colmillo Blanco, igualmente en torno a un cuatro patas: el lobo. Hay mucho de Jack en David. El autor se acerca a estos fieles, gentiles y nobles animales con una delicadeza y sensibilidad tan genuina a la par que certera. Ignoro si tales conocimientos son propios de una experiencia personal vivida o fruto de un bagaje de lecturas en pro de una investigación exhaustiva sobre el tema, pero los pasajes narrados en los que los perros literalmente roban el protagonismo a su joven y mudo compañero humano son preciosos y muy llenos de vida.

David Wroblewski

Pero la novela no solo gira en torno a esa relación tan especial entre Edgar y sus fieles canes. Wroblewski nos muestra otros temas en su obra, los cuáles nos invitan a reflexionar sobre ellos a lo largo de sus casi 600 páginas. La lucha del bien contra el mal, la venganza, la soledad, los vínculos inquebrantables de la amistad, las relaciones familiares, la ambición, la búsqueda incesante de la verdad y el paso de la niñez a la edad adulta son algunos temas jugosos que el libro brinda al lector. Es importante también señalar que La Historia de Edgar Sawtelle bebe, valga la redundancia, de otra historia: la de la perrita Lassie. Es fácil imaginarse al collie corriendo al lado de Edgar y siguiéndole como si de su sombra se tratara, siempre con él. De igual manera tiene muy buenas influencias, siendo la tragedia griega y unos ligeros tintes shakespeareanos los más destacables. El cine tampoco desmerece pues la novela evoca el film Tan Fuerte, Tan Cerca en cuanto al tema de la búsqueda incansable de la verdad por parte de un niño. Siguiendo en la misma estela, La Historia de Edgar Sawtelle parte de El Libro de la Selva y la conmovedora historia de Hachiko como referencias. Todo en su conjunto hacen de la obra de David Wroblewski una lectura atractiva.
La llovizna era aún más tenue y su padre apenas resultaba visible. Las manos se le desilacharon con una ráfaga de viento y después desapareció por completo. Edgar pensó que se había desvanecido para siempre; pero cuando el viento amainó, reapareció, esta vez arrodillado frente a él, con las manos tan tenues que el chico apenas podía distinguir sus movimientos. Se tocó la frente con el pulgar y se llevó una mano al pecho, indicándose a sí mismo.
"Recuérdame".

Sin embargo, hay que ir un poco más allá de lo puramente formal del relato (personajes, trama, descripciones...) y dejar en claro una ligera sensación: quizá la novela esté un poco sobrevalorada. Tardaría en volver a leerla y no porque no me haya gustado sino por su pesadez latente, además de su número de páginas, a todas luces, excesiva. Wroblewski no dudemos que sabe llegar al lector, lo mismo le arranca una sonrisa gracias a las travesuras de sus protagonistas caninos, que una lágrima, más de una en todo el relato. Pero lo que se palpa, se siente y se nota es que la narración es lenta. Las primeras páginas son entretenidas, el paso de las hojas nos deja con un "aquí no ha pasado gran cosa". El comienzo es denso, espeso, no cuaja demasiado por lo que cuesta engancharse a la lectura. La primera mitad parece demasiado emocionante para el enganche, la otra mitad, emocionalmente cargada. Pero al pan pan y al vino vino: algunos pasajes son deliciosos y pasan volando, la pluma fluje y quedan en el recuerdo. Son especialmente para guardar "Bajo la lluvia" (página 244) y "Almondine" (página 475). Ambos son un poco la esencia de Edgar Sawtelle y su tropa canina.

Portada en francés

En resumen, la historia que nos presenta David Wroblewski está bien tramada y construida, con un tempo casi perfecto (a veces está en stand-by). Nada se presupone ni se adelanta, todo llegará a su debido momento, aunque este tarde en llegar lo que no está escrito. Los pasajes están "encadenados" de tal manera para que construyamos en nuestras cabezas el drama vivido por los personajes. El lenguaje, eso sí, es un aliciente pues es elegante y sobrio, sin necesidad alguna de ser candente. 
La Historia de Edgar Sawtelle es un libro concebido para despertar cautivación por su personaje principal: un niño especial que provocará ternura y admiración a partes iguales por su afán de superación y nos emocionará con sus sueños y miedos, siendo nosotros también, como su camada perruna, testigos mudos desde el otro lado. Es hasta necesario leer su historia en voz alta para apreciar su magnetismo. Eso sí, no es lectura apta para impacientes. Si debeís culpar a alguien, pedidle explicaciones al señor King. Yo no respondo, como Almondine: calladita, que estoy más mona.

Datos de interés:

Web de David Wroblewski.
Lee un cachito de la novela.
Lee la reseña en Senderos Íberos (en breve).

En resumidas cuentas:


Puntuación: 7/10 (Notable)
Bibliofiliómetro:

Filóloga Bibliófila