Título: La lección de August
Autor: R.J. Palacio
Editorial: Nube de tinta
Número de páginas: 416
ISBN: 9788415594024
Precio: 15 €
Puntuación: 10
Sinopsis:
Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el . equillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las Galaxias.Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal y como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.
Opinión personal:
Leí este libro hace ya unos meses pero como tengo bastante acumulación de reseñas pendientes no he podido ponerlo en el blog hasta ahora.
El libro nos cuenta la historia de August, un niño que tiene una malformación en la cara, y que por eso siempre ha vivido al abrigo de su familia y ha tenido muy poco contacto con los demás niños, ya que no le tratan con igualdad. Desde pequeño ha tenido que pasar por muchísimas operaciones y por eso no va al colegio. Pero eso va a cambiar: un buen día sus padres deciden matricularle en el colegio para que empiece a relacionarse con los otros niños.
La lección de August es un libro emotivo y dulce, a veces duro y sobre todo muy realista. Está escrito en primera persona, y está dividido en varias partes, cada una de ellas contada desde el punto de vista de un personaje, ya sea August o una persona cercana a él.
Este detalle ha sido algo muy acertado, ya que podemos ver la posición no sólo de August, sino de todos los que le rodean y de cómo se sienten acerca de su condición.
La narración es sencilla, ya que la mayoría de las veces está contada por personajes jóvenes (por ejemplo August, que sólo tiene 10 años), precisa, fluida y desde luego muy emotiva. Me quito el sombrero ante la autora por la delicadeza de su pluma, y por lograr unos personajes tan profundos, con tantos sentimientos encontrados y con tantos pensamientos. Además, este libro se gana tu empatía hacia todos los personajes, consigue que veas la situación de August no sólo desde su punto de vista, sino que también entiendas como se sienten los que le rodean.
Acompañamos a August en su primer año de colegio, que no va a ser nada fácil para él. Aunque en general el libro tiene un trono dramático y triste, que más de una vez me provocó un nudo en la garganta, también es un libro de superación, de creer en uno mismo, de la amistad y del apoyo de la familia. Y, sobre todo, es un libro que trata mucho el tema de las apariencias. Las apariencias engañan. Eso es lo que nos quiere decir este libro, algo que todos sabemos, pero nos lo lleva al extremo y nos lo grita al oído. Lo que nos quiere decir es que olvidemos nuestros prejuicios y que no juzguemos a las personas de buenas a primeras.
-Todo el mundo debería recibir una ovación del público puesto de pie al menos una ocasión en su vida, porque todos vencemos al mundo.
Aparte del argumento, que a pesar de su dureza la autora sabe llevar maravillosamente bien, lo hermoso de este libro son los personajes.
August es un niño de diez años que siempre ha vivido protegido por sus padres y por su hermana, que con un par de amigos en toda su vida. A pesar de ser un niño tan pequeño, entiende lo que pasa a su alrededor. August se da cuenta de cómo le miran los demás, de lo que piensa la gente, de que es diferente. Y a pesar de esto, lo único que quiere él es ser igual que todos, ser aceptado por sus compañeros de clase y que no le tengan que mirar de reojo.
Via es la hermana mayor de August, a quien quiere muchísimo. A diferencia de August, Via tiene un genio muy vivo y no soporta cuando la gente mira a su hermano como si fuera un monstruo, y no se corta un pelo a la hora de decírselo. A pesar de que adora a su hermano y le quiere sin prejuicios, Via también ha sufrido su parte. Debido a la condición de August, Via no ha tenido una infancia fácil, y esto es algo que se expresa muy bien en el libro, aunque sea comprensible. Via nunca ha podido quejarse de tener un problema, nunca ha podido tener un capricho o llorar por una tontería como cualquier niño pequeño. ¿Por qué? Pues porque nada de lo que le pasara a ella sería comparable con lo que le pasaba a August.
Y por supuesto, también están Jack, Summer o Julián, compañeros de August del instituto, con sus respectivas historias y personalidades. De ellos personalmente me quedo con Jack, que nos enseña que somos humanos y que si queremos podemos madurar y aprender de nuestros errores.
Lo único que me fastidió a la hora de leer el libro fue que lo cogí de la biblioteca y que tenía una errata: hacia la mitad del libro, había unas 70 páginas que se volvían a repetir desde el principio, en ved de estar las páginas correspondientes, y después la historia continuaba como si nada. Por culpa de esto me salté un par de partes importantes, pero menos mal que no fue nada crucial para el desarrollo de la trama.
¿Qué más puedo decir? La lección de August es un libro precioso, duro y realista, que te hace reflexionar mucho acerca de tu propia vida y te hace querer ser una mejor persona. Te enseña que no tienes que asustarte por las piedras que encuentres en el camino, que al final siempre hallarás la solución a los problemas. Ágil y rápido de leer, con un mensaje muy profundo, La lección de August es un libro que merece la pena leer por lo menos una vez.
Puntuación: 10 / 10