Titania · 7 Mayo 2024 · Contemporáneo · Autoconclusivo
Como viene siendo habitual en mí últimamente, estoy apostando por autoras nuevas y ampliando así mí ya extenso catálogo de novelas que podría recomendaros, pues bien, esta vez ha sido el turno de La lectura del verano de Jenn McKinlay , un libro sencillo, refrescante y adictivo que nos viene de la mano de la editorial Titania, una apuesta segura con la que disfrutar durante estas vacaciones que tenemos tan cerquita. Una trama que entretiene sin problemas y en la que veremos unos protagonistas con mucha química, cuyos pasados los han marcado y donde su presente vendrá definido por el destino, ya que dos desconocidos, después de un primer encuentro accidentado, verán como sus vidas se entremezclan para dar forma a una dulce historia en la que los sentimientos lo cambiarán todo para siempre.
Samantha Gale cree que pasar el verano en Martha's Vineyard es lo que necesita para dar un nuevo enfoque a su vida y a su carrera profesional, pues regresar al hogar familiar después de tantos años alejada no es una derrota, sino una forma de curar su orgullo herido y estrechar unos lazos que casi han llegado a desaparecer. Su padre y su madrastra Stephanie se van de viaje durante varias semanas y ella ha sido la elegida para cuidar de su hermano Tyler, una oportunidad para conocerse mejor y, de paso, pensar en su futuro como chef y que hacer a partir de ahora. Así se encontrará con una tarea ardua, ya que el joven es un adolescente introvertido que solo parece preocupado por él curso de robótica en el que participa en la biblioteca de la isla, un sitio que Sam detesta por su problema de dislexia, no obstante, está empeñada en intentarlo todo con su hermano y, si además puede conocer mejor al atractivo director interino de la misma, sus esfuerzos habrían merecido la pena.
Bennett Reynolds ha llegado a Martha's Vineyard con un único propósito, encontrar a su padre, el cual nunca ha visto y del que desconoce hasta el nombre. Por esto ha aceptado el puesto de director interino en la biblioteca de la isla, un trabajo que le permitirá investigar sobre un enigma que lleva en su vida desde siempre y al cual Moira, su madre, se niega a responder. Así, con un verano por delante para saber quién es el hombre que se esconde tras un secreto que lo ha marcado, se encuentra en el ferry que lo llevará a su destino y donde verá por primera vez a la mujer más fascinante que haya conocido nunca, una fuerza de la naturaleza que ya no podrá sacarse de la cabeza y que amenaza con distraerlo de su misión.
De esta manera, con un primer encuentro donde el libro que él está leyendo acabará lanzado por la borda del ferry que los lleva a la isla, Sam y Ben sentirán que la atracción entre ambos se va haciendo demasiado evidente para negarla, no obstante, son dos personas sin nada en común y con secretos que podrían alejarlos, pues la joven sabe que su problema de dislexia es un lastre que no todo el mundo entiende, y más un hombre cuyo mundo gira en torno a los libros, los cuales ella ve como un reto imposible de superar. Por esto, cuando la relación se vuelva más cercana, Sam intentará ser lo más franca posible, dejando que Ben haga su elección libremente, siendo el resultado sorprendente para ella y el principio de algo mucho más intenso. De este modo, el verano se presentará para ambos como una aventura donde los sentimientos crecerán al mismo tiempo que lo hacen sus ganas por encontrar al padre de Ben, además, juntos darán forma a un libro de cocina donde ella plasmará todo aquello que la ha ayudado a sentirse alguien normal a pesar de su cerebro neurodivergente. Un viaje a través de las emociones donde el tiempo transcurrirá demasiado deprisa y los obligará a tomar una decisión importante para ambos, pues lo que sienten ya no es algo pasajero y catalogarlo de un simple amor de verano sería destruir aquello que han creado desde lo más profundo de sus corazones.
Jenn McKinlay nos seduce con una historia divertida, conmovedora en algunos momentos y con un trasfondo aleccionador al presentar temas interesantes, tales como la dislexia o los problemas que tienen en el día a día las personas que poseen un cerebro neurodivergente, llegando a suponer un obstáculo para quienes la padecen, ya que no todo el mundo entiende en qué consiste o que esto no los hace diferentes o menos inteligentes. Una novela refrescante cuya sencillez es lo que más atrae al lector, pues, desde el principio, vamos a centrarnos en dos ejes fundamentales dentro de la misma, la dislexia que sufre Sam y como afecta a su vida, y, por otro, la búsqueda incansable que Ben hará para encontrar a su padre, una figura ausente pero que necesita para contestar ciertas incógnitas y seguir adelante. Ambos hilos conductores condicionarán el desarrollo del libro y nos ayudarán a conocer mejor a unos protagonistas con mucha química y cuyo entorno estará ahí para apoyarlos y hacerles ver que no están solos. Así, la autora nos deleita con una prosa ligera, cercana y con un ritmo tremendamente ágil, haciendo que la lectura se vuelva completamente adictiva a las pocas páginas de comenzar, una narración en primera persona donde Sam será la encargada de contarnos su verano y también como profundizará en la relación con Ben o su decisión de volver a cimentar los lazos familiares con su hermano Tyler. De esta forma, el destino unirá a dos desconocidos que no tienen nada en común, o eso es lo que ellos piensan, pues sus vidas no han sido fáciles hasta el momento y las vivencias que acarrean los llevarán a construir una amistad donde se sienten seguros y comprendidos. Sam es una mujer que ha tenido que luchar mucho en la vida para llegar a ser la persona que es, su aprendizaje no fue igual que el de los demás, siempre tuvo que esforzarse y acostumbrarse a ser señalada por no estar dentro de la normalidad. Ahora es una chef brillante que ha visto como su dislexia la ha condicionado para promocionar en su trabajo, un obstáculo que le ha hecho ver que ella merece más, por lo que decide tomarse un tiempo y volver al hogar familiar, aquel que dejó atrás para destacar en el mundo de la cocina. Además, la joven tiene sueños que quiere cumplir y no dudará en lanzarse a una aventura que la llevará a plasmar en papel las recetas que su abuela con tanto cariño le enseñaba. Ben, por su parte, es un hombre al que le han ocultado una verdad toda su vida, su madre se niega a confesar quien es su padre y eso lo ha marcado profundamente, pero ahora desea conocer esa verdad y ser al fin alguien completo. Por esto mismo, cuando conozca a Sam tendrá que decidir si embarcarse en una relación amorosa es lo más adecuado cuando todo su tiempo se centra en la búsqueda de su progenitor, no obstante, la atracción que hay entre ambos no puede esconderse y los hará lanzarse a una relación que parece destinada a durar únicamente el verano. Aun así, los sentimientos se irán haciendo cada vez más intensos y lo que creían que podía ser simple deseo se volverá un amor completo donde cada uno es lo más importante para el otro, de ahí que ambos se sumerjan en esa búsqueda que Ben está llevando a cabo o juntos descubran el placer de la lectura compartida, algo que el joven enseñará a Sam a pesar de sus problemas con ella. Un verano emocionante donde cada uno aprenderá del otro lo que es la amistad, la verdad de los sentimientos o como un simple encuentro puede ser el principio de algo hermoso y verdadero. Una novela donde ellos no serán los únicos que deban aprender pues los secundarios tendrán un papel importante en la historia, personajes muy bien construidos que vienen a reforzar la trama, destacando a Tyler y Emily, el hermano y la amiga de Sam son dos personas que estarán ahí para ella y para lo que necesite, sin embargo, también deberán solucionar sus propios problemas y mirar hacia un futuro donde poder ser ellos mismos. En definitiva, una historia que nos hace pensar en temas a los que apenas les prestamos atención y que son mucho más profundos de lo que imaginamos, pero que también nos embarca en una emocionante aventura de verano donde Ben y Sam sentaran las bases de una relación en la que la familia, la amistad y el amor serán ejes principales para que ellos encuentren ese camino que los conduzca hasta el felices para siempre.
La lectura del verano de Jenn McKinlay es una deliciosa novela con todos los elementos para convertirse en la lectura perfecta para esta época estival, una historia de superación y esperanza en la que Sam y Ben deberán afrontar los obstáculos que la vida se ha empeñado en ponerles, siendo sus principales enemigos la inseguridad y el miedo, no obstante, el esfuerzo y la naturaleza luchadora de ambos les dará la oportunidad de convertir un simple encuentro en un amor sincero, profundo y auténticamente verdadero que los llevará a descubrir el camino a seguir para alcanzar la felicidad y poder crear una vida juntos.
· Gracias a Titania por el ejemplar ·