Sinopsis:
María, una mujer libre y carismática, es la administradora del 315 de Grotta Perfetta, en Roma. Cuando muere repentinamente, deja una hija de seis años; y deja también una carta. La niña se llama Mandorla —Almendra—, y ya sólo su nombre encierra todo el encanto y el absurdo del que será su destino, ya que María ha dejado escrito que el verdadero padre de su hija es uno de los hombres que vive en el edificio. Tras una asamblea vecinal en la que nadie confiesa su paternidad, deciden criar a la niña entre todos. El silencio de los hombres y el miedo de las mujeres a tener que enfrentarse a una situación así hace que los vecinos aplacen la prueba de ADN que podría darles respuestas y tomen una decisión muy poco común: harán del edificio el hogar de Mandorla. Así, la pequeña protagonista irá cambiando de casa de los 6 a los 17 años, adaptándose a cinco modelos de familia.
Mi opinión personal:
Una comedia vecinal. Así podría calificarse esta novela de la italiana Chiara Gamberale, a la que diarios digitales como Hoy.es califican como "una escritora con el don de la emoción infantil". Y no es para menos. Gamberale ha construido una historia en torno a una tierna niña de nombre divertido, bello y con melodía como lo es Mandorla (almendra en italiano); una torbellino de muchachita desdichada, huérfana de madre... y de padre ausente, renegado, invisible, desconocido. Con La Luz en Casa de los Demás es fácil convertirse en una especie de cotilla cotorra, pues siempre, desde mi punto de vista crítico, me ha fascinado la figura del vecino. Alguna vez, todos diría yo, nos hemos preguntado cómo será la vida del vecino de la 4ª planta, o qué hace el del 1º a determinados momentos del día. Es como una especie de Gran Hermano vecinal, pero sin cámaras: todo se limita a querer saber de ese vecino tuyo que comparte bloque contigo, ese testigo auditivo que escucha por las paredes una discusión, que se cerciora sobre qué ves en TV a un volumen altísimo o que aguanta con bravura un ronquido en plena noche a través de la pared con tabique común. Sin embargo, cuando te encuentras con él en las escaleras o en el ascensor parece desviar la mirada, pero en su fuero interno sabe de ti sin que tú lo sepas, o se parte en dos por la serenata que diste anoche mientas dormías. Chiara Gamberale ha creado justamente esto: una emocionante, divertida, tierna y disparatada comedia de vecinos que habitan un singular edificio en Roma.¿Cómo es posible, se preguntarían, considerar familia a unos desconocidos, así, de la noche a la mañana?
Grotta Perfetta, 315
La Luz en Casa de los Demás constituye una novela fresca y ágil, con la que enseguida queremos subir escaleras arriba para conocer a los particulares inquilinos que habitan en el edificio: desde una solitaria mujer que habla consigo misma, una pareja de gays algo alocada o una familia tradicional, pasando por la pareja de hecho incomprendida. Diferentes modelos de familia con los que la nena Mandorla tendrá que adaptarse. Un concepto, el de familia, que en la novela tiene especial significado: todos nacemos en una, aunque no la elegimos, nos hacemos una idea de ella y en cuyo seno nunca nos abandonan. Pero, ¿cómo sabemos qué modelo es el más apto o idóneo? Gamberale no lo duda: vivimos en una democracia sentimental, y como tal, elegimos el tipo de convivencia. *Los personajes, muy divertidos, se mueven entre la cotidianeidad, germen de organizarción de una familia, y las reuniones vecinales, más una terapia grupal que una junta vecinal. Pero todos, absolutamente todos, viven bajo el yugo de la ignorancia de algo que les concierne: ¿quién es el padre de Mandorla? La diversión y la intriga están asegurados en sus casi 500 páginas.
Veo a Samuele que me lleva al lago de los patos. A Michelangelo que se queda dormido en el sofá, a mi lado. A Lorenzo que me explica lo que es el amor. Al ingeniero Barilla que me explica una ecuación. A Gianpietro que moja una galleta en el té y me pregunta si te echo de menos. <<Todos los hombres que te han criado hasta ahora te quieren de verdad, Mandorla, todo lo que cada uno de ellos es capaz de querer. Fíate de ese amor. De un padre poco más se puede esperar aparte de eso.>>
Mandorla vs. Chiara
La narración, en 1ª persona por Mandorla y muy de andar por casa valga la redundancia, es un punto a favor para que la novela se haga deliciosa para quien la lea. Al sumergirnos en los diferentes pisos que conforman Grotta Perfetta somos testigos directos de sus inquietudes, sus dudas existenciales, pero también la rabia, la rebeldía y el miedo. La conocemos de niña al principio de la novela y la veremos madurar al final, así de simple es la cronología de la historia. Por todos esos sentimientos que muestra y las relaciones humanas con los vecinos, con los que tendrá sus más y sus menos, Mandorla no es más que un campo de florecitas en medio de una tempestuosa y espesa niebla. Sin embargo, hay que señalar que es todo un acierto: ella es el motor del relato pues es tremendamente fácil encariñarse con ella (de ahí lo que expuse al principio de que Gamberale es una escritora con el don de la emoción infantil). Se acaba queriendo a Mandorla hasta el último pelo de su cabeza y siendo un vecino más del 315 que la adora.Me dais asco todos. Todos, todos, todos me dais asco. No soy vuestra hija y no lo seré jamás. A una hija no se le prohíbe conocer la identidad de su padre. A una hija no se le prohíbe enamorarse. ~ Mandorla.
En definitiva, y para concluir, La Luz en Casa de los Demás es una historia coral sobre la búsqueda de la identidad, sobre los múltiples y
* La declaración de la autora usada es original de Hoy.es
Lee un cachito de la novela.
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EN RESUMIDAS CUENTAS:
Puntuación: 9/10 (Sobresaliente)Bibliofiliómetro:
Filóloga Bibliófila