318 páginas || Papel y ebook
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Érase una vez,
en el Reino de la Rosa Escarlata
y el Reino del Piélago...
Una rosa. Un cetro.
Un palacio. Un océano.
Una maldición. Un castigo.
Un solo destino.
¿Y si la sirena hubiera nadado al castillo de la bestia?
Me encantan los retellings. No es que haya leído muchos, pero los que sí, los he disfrutado un montón. Me gusta ver los guiños a la versión clásica de los cuentos, y conocer las ideas que surgen de las cabezas de los autores para cambiar esas versiones y hacerlas propias, como ocurre en La Bella y la Bestia: un giro inesperado. O conocer a los personajes antes de que aparecieran en esas historias que ya conocemos, como ocurre en Sin corazón. O ver una versión de la historia en la época actual, como en Recuerda que me quieres. No me importa si las historias se parecen en una parte o son totalmente distintas, porque con que salga un personaje de esos que me enamoraron siendo niña, yo ya disfruto, sonrío y me emociono, no lo puedo evitar. Y eso es lo que me ha pasado con esta historia. ¿Os imagináis que en el cuento se hubieran conocido Ariel y La Bestia? ¿Que ni Eric ni Bella hubieran existido realmente, o no al menos para cruzarse con ellos y enamorarse? Pues eso es precisamente lo que ocurre en 'La maldición de los reinos'. Y que queréis que os diga, pero yo estoy deseando conocer qué más personajes está dispuesta la autora a reunir, porque esta, me ha encantado.
Sin embargo, él sabía bien que las palabras podían aportar detalles que no había en los dibujos. Un olor. Un sabor. Un sentimiento. Cosas que solo las palabras podían hacer llegar al interior, al corazón y a la mente.La verdad es que hay poco que pueda contaros de esta historia, porque hay cosas que ya sabréis, pero otras os pillarán por sorpresa, sobre todo cuando os deis cuenta de que ese personaje que aparece justo en ese momento del libro, os suena de algo. Y os aseguro que es genial ir conociendo y descubriendo esos guiños de la autora a otras historias, y quién sabe si en el futuro, tendrán su propio retelling. Lo que si os puedo contar es que leerlo es embarcaros en una aventura, la aventura que viven, Adrien, la Bestia y nuestra Sirenita, en este caso llamada Aneris, para deshacer la maldición que pesa sobre él, y el castigo que sufre ella por haber inclumplido las normas del océano. Ambos se conocerán de una manera inesperada, y él, al principio, como el príncipe maldito que ya conocemos, se negará en rotundo a abrirse y conocerla. Pero ella no será de las que se deja convencer ni ignorar fácilmente. Y esa personalidad suya curiosa y decidida, que no margina al diferente ni tiene miedo cuando otros huirían frente a nuestro protagonista, me ha encantado. En eso, me han parecido muy similares a los que conocemos del cuento de Disney, aunque debo avisaros de que la autora, para este retelling, se ha basado en el cuento clásico, el original, no en la versión edulcorada que todos conocemos. Y hay cosas que, al menos yo, no conocía de la historia clásica.
Los minutos se le antojaron horas, e incluso días. Nunca se había parado a pensar que, cuando esperas algo con miedo, el tiempo se posiciona en tu contra y decide ir más lento para causarte mayor sufrimiento.En cuando a la pluma de la autora, estaba deseando descubrirla. Conozco a Erya desde hace ya bastante tiempo, lo hice a través de su canal de youtube, si no me equivoco, y lleva tiempo queriendo leerla. Sin ir más lejos, este libro lo compré poco después de que saliera, en junio del año pasado. Y aún tengo también otro libro suyo, Estrella Fugaz, en el Kindle, desde abril de 2018 (claramente, soy un desastre con los libros pendientes, tengo demasiados). Pero bueno, como se suele decir, más vale tarde que nunca y, ahora que la he probado, sé que no tardaré mucho en leer algo más suyo. La short saga tendrá que esperar, porque esa sí que no la tengo, pero Erya se va a convertir en una de esas autoras a las que pienso seguir la pista siempre, porque como quería decir al principio de este párrafo, su pluma me ha encantado. Es una narración sencilla, sin extenderse con grandes descripciones, pero ayudándonos a creernos parte de ese reino mágico en el que viven los protagonistas. Pero además, tiene ese estilo claro de los cuentos, sin excesivas florituras, pero tampoco como se escribe una historia contemporánea. Y sé que no podría estar escrito de otra forma. Y, como he dicho, me ha encantado.
La magia es un amanecer, es una rosa en flor, es el canto de una sirena, un camino de baldosas amarillas, las páginas de un libro o mirar al horizonte e imaginar lo que en él se esconde.