Traducción: Jordi GubernEditorial: Ediciones B, grupo ZEdición: 1996ISBN: 84-406-6645-4Pasta dura con solapas
Sinopsis:
Corre el año 1664: Penitence Hurd y las ratas que transmiten la peste llegan juntas a Londres. La joven tartamuda, emigrada de Massachusetts por huir del acoso sexual de un presbítero y del incendio que la ha dejado sin tierras ni parientes, tiene la dirección de tía Margaret como única referencia.Hacia esta casa encamina sus pasos, pero lo que encuentra no es un hogar sino un burdelque ofende sus sentimientos puritanos. La ciudad entera respira por aquel entonces un aire de libertinaje que sorprende y asusta; sin embargo, el criterio de Penitence se impone sobre lo aprendido en la Biblia y sus sistema de valores cambia al compartir con las prostitutas dos realidades: la epidemia que asola Londres durante meses y la prepotencia masculina que obliga a las mujeres a comerciar con sus cuerpos. A la solidaridad aprendida entre las rameras se suman las enseñanzas de Afra Behn – espía y dramaturga - y Henry King – un histrión enigmático – para urdir la trama de un destino con el que ella jamás soñó, y que ha de llevarla desde la cárcel al éxito teatral y la opulencia económica.Diana Norman logra con La máscara un lugar de honor en el género de la novela histórica, pues sabe combinar magistralmente la descripción de una época sacudida por los enfrentamiento políticos y sociales con el retrato de una protagonista insólita, dura en la lucha y frágil ante las demandas del deseo, obligada a vivir en un lugar y unos tiempos que consideraban la independencia de la mujer como algo inverosímil e incluso contradictorio.
Una novela de género histórico en la que Diana Norman nos lleva a través del tiempo, y muestra las vivencias de Penitence nuestra protagonista, en un mundo dominado por hombres, en el que la libertad de la mujer no es vista con agrado, y donde, si se degrada a la mujer, debe ser más que con simples vituperios salidos de las lenguas más violentas del Londres de su época. Peg Hughes, a.k.a Penitence Hurd, debe encontrar la forma de sobrevivir y mantener vivos y salvos a los suyos; cayendo en lo que ella jamás hubiera querido dedicarse y que iba muy contrario con sus pensamientos puritanos.
A lo largo de 5 capítulos (o libros como son manejados en la novela), podemos encarnar lo que siente Penitence; desde su llegada a Londres, cuando se escandaliza por la actitud de los Londinenses, sobre todo por sus arrebatos carnales, en el que sin duda no le apetece entrar, y para su mala suerte, fue en un lugar de ese tipo donde paró a dar, en la búsqueda de su tía Margaret.
Nuestra protagonista muestra un cambio radical en su actitud hacia los otros, llegando a sentir afecto por personas a las que antes satinizaba. Gracias a la ayuda de Henry King, actor, ella llega a conocer el mundo del que se enamoraría. Fue su salvador al enseñarle y ayudarla a hablar sin tartamudear, y al mostrarle que el teatro era solo para unos pocos, que disfrutaban hacer de desdichados, de héroes, unos personajes tan humanos como ellos mismos. Bajo las obras extraordinarias de Shakespeare, Penitence se sume en sus lecturas, comprendiendo a sus personajes y encarnándolos ella misma.
Hasta que puede representar su primera función en el balcón de Pollo y Empanada (el burdel en el que fue acogida por Su Señoría), fue gracias a un benévolo plan urdido por los vecinos de The Rockery, para rescatar a una niña de una de las tantas casas marcadas con la terrible equis roja,que la peste había clausurado con sus brazos convertidos en alabarderos que impedian y castigaban cualquier intento de fuga.
Penitence, al ver morir a sus camaradas, las pupilas de Pollo y Empanada,en los tiempos de la peste, tuvo que madurar y modificar sus ideas relacionadas con las prostitutas, ya no las veía como pecadoras incorregibles que disfrutaban los placeres carnales, sino que pensaba, se debía a los hombres que urgidos, recurrían a sus servicios, y ellas sin otra trabajo que ejercer y por lo tanto sobrevivir en un mundo dictado por hombres, afrontaban con dignidad su profesión.
Cuidar de los demás, es algo de lo que la orilló a convertirse en lo que nunca hubiera pensado ni deseado, pero que sin embargo, de no haberlo hecho, tal vez todos los suyos y ella misma habrían acabado muertos tan pronto como se marchó la peste.
Llegó a conocer a una mujer independiente, que en definitiva no entraba en los estándares de esa época, y que luchó arduamente hasta el final de sus días escribiendo, Aphra Behn le enseñó que con gran coraje, sí se podía sobrevivir en un mundo machista, en el que la libertad la gozaban unos pocos.
Si bien la autora nos deja una nota, aclarando que a pesar de ser una novela histórica, tiene variaciones que para el efecto de la obra, fueron modificados según su criterio. Llega el momento en que se mezcla tan bien, que si no prestas atención, no distinguirás donde empieza el párrafo de história, y donde empieza el párrafo de la novela, haciéndonos pensar que toda la novela es en realidad la biografía de Peg Hughes.