Cuando el joven abogado Arthur Kipps recibe el encargo de viajar a un pueblo remoto del interior rodeado de marismas brumosas para asistir al entierro de una anciana no puede ni imaginar lo que le espera, y sólo ve en ello la posibilidad de progresar profesionalmente, lo que quizá le permita finalmente casarse.
Mientras intenta poner orden en el legado de la difunta, empieza a ver una extraña aparición y se introduce en una historia que los lugareños intentan olvidar: la de una madre soltera que tuvo que dejar a su hijo al cuidado de su hermana, pero el niño se hundió en las marismas mientras su madre biológica lo miraba todo impotente desde su ventana. Según dice la tradición, siempre que alguien ve al espectro de la madre, muere un niño, y a la larga Arthur Kipps comprobará en su propia familia hasta qué punto esa tradición es cierta.
Susan Hill demuestra conocer muy bien tanto los elementos más recurrentes de la novela gótica como los mecanismos que hacen que resulten tan efectivos. Sin embargo, su verdadero talento consiste en dotar de una modernidad asombrosa todos estos recursos y conseguir que el lector se sorprenda y atemorice como si fuera la primera vez que lee una historia de fantasmas.
Tras haber vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo, llevada a los escenarios reiteradamente y con enorme éxito, y adaptada tanto a la radio como a la televisión, esta estremecedora historia ha sido adaptada para la gran pantalla en una espectacular versión dirigida por James Watkins y protagonizada por Daniel Radcliffe.La verdad es que he de admitir que aunque soy una enamorada de la literatura de terror y de una de sus vertientes más clásica, la novela gótica no conocía esta novela. Hace algún tiempo que andaba buscando alguna historia sobre fantasmas del género y me topé con La Mujer de Negro de Susan Hill, cuya sinopsis terminó de convencerme y darme el empujoncito final para ponerme con su lectura.
Posteriormente seguí averiguando y conocí que la novela tuvo dos adaptaciones cinematográficas, una realizada para la cadena británica ITV en 1989, y protagonizada por Adrian Rawlis, y la segunda realizada por Daniel Radcliffe en 2012. Espero poder comentaros en breve mi opinión sobre ambas, ya que solamente he podido ver los trailers y parecen algo distintas de la novela, pero eso no resta en mi interés por verlas.
Y ahora vamos con la novela de Susan Hill… aunque no voy a contar demasiado porque no me gusta destripar libros y, como ya he dicho antes, ya bastante desvela la sinopsis del libro.
Su afán por conseguir un salario más elevado que le proporcione una posición social más elevada y además poder casarse con su prometida hace que no tenga demasiados reparos en aceptar un encargo algo extraño.
Con este objetivo en mente, un alegre y decidido Kipps acepta el encargo de su jefe de viajar desde Londres a Crythin Gifford, un recóndito pueblo al que debe acudir para hacerse cargo del papeleo y los trámites que conllevan la muerte de una de sus clientas, la anciana Alice Drablow, para lo que debe pasar unos días alojados en la Mansión Eel Marsh, de la que era propietaria y que se encuentra situada en una zona pantanosa y unida a tierra firme por un camino que desaparece al subir la marea.
Un pueblo atemorizado que le rehuye, una mansión austera y anticuada, una extraña niebla que envuelve todo cuando sube la marea y una inquietante mujer de negro son el marco donde comienza a desarrollarse una amenazante historia que llevará al límite a Arthur Kipps y al lector mientras descubren juntos un oscuro secreto.
No es una obra que deslumbre por sus sobresaltos, ni por su originalidad, pero si que lo hace porque es admirable que la autora haya podido seguir punto por punto y de forma tan correcta todas las pautas y características de la novela de terror gótico clásica, consiguiendo un relato fantasmal que encaja perfectamente en el género gracias al suspense y al terror psicológico que consigue impregnar en todas y cada una de sus páginas. Sus detalladas descripciones, sus tétricos escenarios, los funestos acontecimientos y una perfecta narración en primera persona hacen que el lector entre en la historia casi sin darse cuenta.
La brevedad de la novela hace que sea rápida en su lectura y consiga hacer caer al lector en el aburrimiento en ningún momento.
Una novela ideal para los amantes de los clásicos del género o para esos lectores asustadizos que no disfrutan del terror actual y no buscan momentos truculentos o escenas sangrientas, ya que esta historia se basa más en las sensaciones, la puesta en escena y el suspense desde el punto de vista más psicológico.
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