Con una imaginación desbordante, la escritora nos va relatando la vida de Ihstar, todo ello narrado en primera persona. Con esta historia nos sumergimos en una sociedad en la que el poder lo ostentan aquellos que tienen la información; en la que todo está mediatizado y solo conocemos la historia como, aquellos que se han autodenominado así mismo Dioses, desean. Me ha recordado en gran medida a la novela de G. Orwell, “1984, el gran hermano te vigila”, una historia escalofriante en la que el gobierno determina todo en nuestra vida, y nos poseen a través de la información y la vigilancia estricta. Yaakunah nos relata el cambio que va experimentando Ihstar en muy pocos días, como consecuencia sobre todo, de la obtención del conocimiento y de la verdad. Una de las ideas que más me ha impresionado de esta historia, es el hecho de que la verdad no existe, los Dioses se han decantado por la ficción, ofreciendo a los humanos una ilusión, que les ofrezca seguridad y llene sus vidas, y por consiguiente dominación. La parte que más me ha sorprendido, y no de manera positiva, es que, esa increíble imaginación que la escritora plasma en su obra se acentúa en las escenas sexuales, tomando un cariz de lo más surrealista que no me ha llegado a convencer en absoluto. Al final comprendes que tiene una razón, pero las situaciones sexuales que se reproducen en la obra a mí, me han sobrepasado. Y es por este factor que yo no he podido disfrutar más de esta novela, que de otro modo, me hubiera gustado bastante, ya que uno de los géneros que más me gustan es la ciencia ficción. En líneas generales, nos encontramos con una novela diferente, llena de una gran imaginación en la que ha creado un mundo atroz. La parte con la que más disfruté fue ver como nuestra protagonista va descubriendo poco a poco la verdad, a través del trato con otras personas, haciendo desaparecer la oscuridad en la que se encuentra, con suficientes dosis de intriga para resultar ameno y con un final que sorprenderá a todo el que la lea. Que disfrutéis de vuestras lecturas lectómanos. Y agradecer a la autora por hacerme llegar su obra.
“No hay nada más peligroso y subversivo que la verdad”