El personaje principal es Yu She a la que irán acompañando su abuela Xuaming, su madre Ruomu, o sus hermanas Ling e Xiao, entre otras hasta llegar a unos veinte personajes.El libro me lo recomendó una amiga aunque he de decir que aunque me ha gustado como la escritora logra transmitir los sentimientos y la historia, no he llegado a conectar todo lo que yo hubiera querido con el libro y ello ha sido principalmente por dos razones: porque el hilo temporal se entremezcla sin ninguna introducción incluso en la misma página y porque cambia de narrador de la misma forma, lo que añadido a todos esos nombres, algunos bastante parecidos, puede llegar a crear confusión en el lector y no disfrutar plenamente de la lectura, que es lo que me ha sucedido a mi. Y eso que al principio del libro te trae una página para personajes principales y sus relaciones, aunque por supuesto no están todos los que aparecen en el libro. Es un ir y venir de personajes y períodos de tiempo que te puede hacer perder el hilo de la historia. A ello hay que añadir un toque de magia y misterio llegando a lo onírico que te hace plantearte más de una vez si continuar con la lectura o no pues no sabes muy bien donde desea llevarte la escritora o hacia donde va dirigida la historia. Al final terminé de leer el libro aunque reconozco que me ha costado.El tema recurrente en toda la novela es la relación entre madres e hijas, su papel en la sociedad china durante cada una de las épocas en las que les ha tocado vivir y su actitud ante las diferentes injusticias ya sean de la sociedad o de la familia. Abordará levemente los cambios culturales y políticos que se han dado en el país durante esos cien años, además en muchos de ellos añade una crítica, a veces sutil, hacia esa sociedad y sus tradiciones.
Recomendada para el lector que desee saber más de la cultura china en esa época y no le importe embarcarse en una lectura pausada y en algún momento poética aunque en otros un tanto compleja y algo caótica, que le da ese toque de misterio e irrealidad a la novela.
“Cuando la hipocresía abunda, todos se ponen una máscara. Pero cuando una máscara se lleva durante demasiado tiempo se funde con la piel y se convierte en un rasgo permanente.”
“En todo el mundo hay muchas personas demasiado perezosas para pensar por sí mismas y que por voluntad propia ceden el derecho de elegir sus pensamientos a otras personas.”