Título: La noche de los Muertos Vivientes.
Autor: John Russo (1939) acreditado a veces como Jack Russo o John Russo, es guionista y director de cine estadounidense se hizo célebre a raíz de la película de terror de La noche de los Muertos Vivientes, que en 1968 dirigió George A. Romero y en la que participó como guionista. Además de guionista de la película, ha dirigido otras tres cintas The Majorettes, Mignight y Santa Claws, éstas últimas siendo director. Ha realizado diversos papeles como actor, y además es a la vez escritor de varios libros publicados en inglés.
Editorial: Hermida Editores.
Idioma: inglés.
Traductor: Hernán Sabaté.
Sinopsis: ésta novela basada en la película del mismo título, estrenada en 1968 y rodada en blanco y negro, originó uno de los fenómenos más impactantes de la moderna cultura popular: los zombies, muertos que se levantan de sus tumbas y atacan a los vivos. Su autor, John Russo, autor del guión de la película, relató magistralmente el clima de tensión que se inicia con la aparición del primer muerto viviente en un cementerio de Pensilvania, la atmósfera claustrofóbica y la sensación de catástrofe de proporciones casi cósmicas.
Su lectura me ha parecido: tensa, apocalíptica, condensada, apoteósica, sangrienta, creciente, intensa, trepidante, demasiado trepidante, brutal...Actualmente, y lo digo muy a mi pesar, existe una cierta hipocresía en torno a lo que es considerado como "bueno, clásico, obra maestra" o "malo, absurdo, terrible". Y esta hipocresía disfrazada o escondida tras palabras como "marketing" o "moda" se torna más oscura cuando nos adentramos en la poderosa industria cinematográfica. Existió, y de vez en cuando todavía aparecen títulos, un género cinematográfico catalogado bajo el nombre de "Serie B". éste tipo de cine comercial se originó durante la edad de oro de Hollywood, allá por los años 20, 30, 40 y 50, y aunque paulatinamente éste género decayó en desuso, no dejaron de rodarse películas de este estilo, algo que puede prolongarse hasta nuestros días. Este género ha parido, entre otras, películas como Pirañaanaconda, La novia del monstruo, Tribupulpo, Sharknado, El ataque de los tomates asesinos o su continuación de 1988, El retorno de los tomates asesinos. Como veis, a priori, son títulos bastante divertidos y locos, los cuales al leerlos no puedes evitar soltar alguna risilla, a una servidora le ha sucedido. Y a esto hay que añadirle que ya presuponemos, y esto seguro que os ha sucedido, que estas películas son malas o directamente no merecen la pena verlas. Pues sinceramente, y sin ocultar la opinión de que muchos de esos títulos tengan argumentos y guiones deplorables, creo que no debemos menospreciar tanto a las cintas de serie B, sobretodo si descubrimos cosas como que Tarantino es el heredero de este tipo de hacer cine, que actores como Brad Pitt o George Cloney empezaron ahí o que The Rocky Horror Picture Show pertenece a este género. La película que inspiró el libro que hoy reseñamos, pertenece a esta categoría, la cual, debería estudiarse en relación a su contexto, sólo así se entenderían algunas cosas. La noche de los Muertos Vivientes: el sueño de The Walking Dead.
La historia de cómo La noche de los Muertos Vivientes llegó a mis manos es bien sencilla, pero para poder contarla bien, debemos remontarnos unos meses en el tiempo. A una servidora, y os lo voy a confesar, nunca le han ido, y tras leer este libro nunca le irán, el tema de los muertos vivientes o como está de moda ahora llamarlos, los Zoombies. No obstante y a pesar de todo, durante estos años de carrera, sobretodo durante éstos últimos, algunas personas de mi círculo de amistades más cercano profesaban dos amores incondicionales: uno era al envolvente y ya cansino universo de Juego de Tronos y el otro el de los Zoombies, más concretamente el de los llamados Survivals Zoombies. Éste último gran amor, como esas modas arrolladoras, y aunque el fenómeno ya estaba latente gracias a la afamada serie The Walking Dead o películas como Guerra Mundial Z, irrumpió con fuerza el año pasado, lo cual propició que las librerías se llenasen de novelas juveniles de este estilo, que de pronto se celebrasen cabalgatas o quedadas en las que los participantes lucían maquillajes de lentillas blancas y desgarros ensangrentados con orgullo o que incluso se crease un día mundial del Zoombie entre otras muchas cosas. Fue por ésta fiebre, además de por mi reciente colaboración con Hermida Editores, por lo que me picó la curiosidad por leer La noche de los Muertos Vivientes, una lectura que me dejó interesantes aportaciones.
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha de la novela, lo primero, como ya he avanzado en la introducción, La noche de los Muertos Vivientes presenta una estructura trepidante, tal vez demasiado para mi gusto. Si el libro hubiese ido un pelín más despacio en ese sentido, se podrían apreciar mucho más detalles puramente descriptivos, que los hay, pero a mi juicio, le ha faltado más recreación y le sobra acción, la cual, es imprescindible para una historia de estas características, pero no tanta. Seguidamente, podemos decir que La noche de los Muertos Vivientes sorprende, por el contrario, en la construcción de sus personajes principales, lo cual, se agradece enormemente. Al igual que ocurre con otras novelas, como por ejemplo la afamada ¿Sueñan los androides con Ovejas Eléctricas?, éstos personajes a penas presentan descripción física, es más, y eso es lo interesante, el lector está obligado a ejercitar la imaginación para poder hacerse una idea del físico de los personajes. No obstante, John Russo, con bastante acierto y aprovechando ese ambiente de caos y de muerte, ofrece una descripción psicológica muy interesante, la cual, como ya hablaremos en la reflexión final, hace surgir muchas cuestiones importantes. Por otro lado, dentro de esta novela juega un papel muy importante la retórica, no ya los diálogos entre los diversos personajes, sino también la forma en la que se nos presenta el libro, una retórica procedente obviamente del ámbito literario, el cual, ofrece intensidad a cada uno de los capítulos, haciendo que en ocasiones los diálogos sean muy picados, en ocasiones parece incluso, atendiendo a la imaginación del lector, que los personajes hablen a la vez: a gritos, empujándose, entre lágrimas, nerviosos...El ritmo demasiado acelerado puede fallar en este sentido si tenemos en cuenta lo nombrado antes, sin embargo, ello hacía de esta novela perfecta para una adaptación cinematográfica. Por último, sólo me cabe decir que ni esta novela, ni la moda Zoombie han conseguido que caiga rendida ante un género en apariencia muy superficial, pero que como veremos, esconde muchas cuestiones que merecen ser abordadas.
Finalmente, y adentrándonos en la parte que a una servidora personalmente más le gusta, en la cual abordaremos las principales reflexiones suscitadas de una lectura concreta, hablaremos en esta ocasión de un tema muy clásico, demasiado tal vez, pero del que sin duda, merece hablarse las veces que hagan falta, pues su importancia es capital. La mejor forma, creo, de abordar esta cuestión, queridos lectores y lectoras sería soltando la siguiente frase: "monta una guerra y conocerás a las personas". Al leer la frase, seguro que más de uno habrá asentido con la cabeza concienzudamente, pues, la verdad es que es del todo cierta. En todo conflicto, crisis, problema, no sólo bélico, se producen las condiciones necesarias para que del interior de cada ser humano salga, e incluso expulse, esa verdadera forma de ser, la cual, muchas veces escondemos, o bien por vergüenza o bien porque no nos interesa que ésta salga a la luz. Es entonces cuando aparece la solidaridad desbordada, el egoísmo, el instinto de supervivencia más narcisista, los ajustes de cuentas del pasado, los odios (sin ir más lejos en esta novela aparece incluso el tema del racismo) o que emociones como el miedo, el amor o la tristeza se vuelvan más evidentes. Como dijo el filósofo Thomas Hobbes en su momento "El hombre es un lobo para el hombre" o dicho de otra manera "El hombre es un peligro para el hombre". Después, de cada uno de estos conflictos deberíamos todos y cada uno de nosotros tomar nota para no repetir las barbaridades cometidas durante los mismos, sin embargo, y esta es la principal reflexión que deja La noche de los Muertos Vivientes, ¿qué haríamos si la situación se nos presentase tan al límite, tan desgarradora, tan terrible? ¿Qué haríamos? Nadie lo sabe, y para seros sincera, prefiero que siga siendo así. La noche de los Muertos Vivientes: una historia de terror, supervivencia, Zoombies, persecución, odios, muerte, alarma social...Una historia que para los amantes del género recomiendo encarecidamente, a los cuales aconsejo, no quedarse en lo anecdótico de la sangre, sino que vayan más allá de los convencionalismos y descubran lo que hay debajo, puede que os sorprendáis.
Frases o párrafos preferidos:
"Supongo que no llegaremos a conocer qué fue de él - contestó el comisario - pero hay tantas cosas sobre éste maldito asunto que nunca llegaremos a conocer..."
Película/Canción: como muchos seguramente sabréis, este libro sirvió de inspiración para la película estrenada con el mismo nombre en el año 1968, cuyo guión fue escrito por el mismo John Russo. A lo largo del tiempo se han producido remakes o películas inspiradas en la trama, sin embargo, y a pesar de que hoy en día se le considere una película de Serie B, La noche de los Muertos Vivientes sigue considerándose por muchos un clásico irrepetible del género, asentando escuela para posteriores producciones. Aquí os adjunto el enlace al trailer de la película:
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Hermida Editores.