s i n o p s i s .
Sólo quedan unas horas, así que escucha con atención. Si estás escuchando esta historia, ya corres peligro. Mi hermana Sadie y yo podríamos ser tu única esperanza. Todo comenzó en Londres, la noche en que nuestro padre hizo explotar el Museo Británico con un extraño conjuro. Fue entonces cuando nos enteramos de que, además de ser un reconocido arqueólogo, era una especie de mago del Antiguo Egipto. Rodeado de valiosas antigüedades, empezó a entonar extrañas palabras...Algo debió salir mal porque la sala quedó reducida a escombros; Seth, el dios del caos, apareció de la nada envuelto en llamas y a nuestro padre se lo tragó la tierra...No puedo decir nada más, el resto debes descubrirlo tú.
Bueno, estos meses he estado un poco off con la lectura. Tenía varios libros pendientes de leer pero nunca terminaba de encontrar tiempo para cogerlos. Hasta ahora.
La lectura de La pirámide roja es muy rápida y gracias a eso se me quitaron las ganas de no leer durante un tiempo. Es de esos libros que, empiezan a ser adictivos desde la primera página y que la trama está tan bien organizada que no decae en ningún momento. Además, el tipo de escritura del autor es bastante directo y conciso, para evitar florituras en cada momento y agilizar la lectura.
Así que en nada me sumergí en la historia de Sadie y Carter donde los dioses (muy típico de Riordan, autor de Percy Jackson) tienen un papel muy importante, ya que son liberados por el padre de los dos por error, desbocando que haya una guerra entre el bien y el mal. A medida que la historia avanza, los dioses van apareciendo, atacándalos o ayudándolos a parar los pies del dios del caos y sus vasallos. Pero no sólo tendrán que solventar las diferencias de los dioses, si no que la Casa de la Vida, la organización de magos más importante, les irá detrás por aliarse con los dioses.
SI bien la historia no es la gran cosa, lo que hace interesante a esta saga es la magia y las habilidades de los magos. Las crónicas de Kane aporta una nueva forma de hechizar (apareciendo símbolos egipcios en el aire), una nueva forma de lanzar hechizos (en lugar de varita, con un báculo o boomerang) y otras habilidades como los avatares, los cambios de forma y las posesiones. Lo que más me llamó la atención fue el Duat, un sitio entre dos mundos donde se pueden guardar objetos físicos o donde residen los dioses que han sido vencidos.
Además de esto, La pirámide roja tiene unos grandes personajes. Aunque según mi punto de vista los protagonistas son muy jóvenes y a veces sus diálogos los veo algo infantiles, los dos tienen un carácter marcado que hace que sea llevadero leerlos. Quizá el carácter de los dioses es poco creíble, porque nadie se cree que unos entes de hace millones de años hablen como la jerga actual y traten a unos pre-adolescentes como si fueran adultos. Pese a eso, me quedo con Bast/Bastet, la diosa gato.
Para finalizar, yo recomiendo a todos que lo leáis, porque es divertido y saca el frikismo por los dioses egiptos que teníais o tenéis pero también debo admitir que si este libro hubiese caído en mis manos años atrás, me hubiese gustado muchísimo más.
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