Reseña: La puerta oscura #1: El viajero

Publicado el 29 diciembre 2013 por Plausible @plausibleblog


Hace cinco minutos no sabía que su vida iba a convertirse en una carrera contrarreloj.Hace diez minutos Pascal no sabía que estaba enamorado.Hace un minuto no sabía que la puerta oscura conducía al mismísimo infierno. Ahora, en el mundo de los muertos, la muerte no es la peor de las opciones.

(Reseña programada. Devuelvo los comentarios dentro de poco :3)

Cuando salimos de ver Cazadores de sombras con Marti y mi hermana, que fue medio de colada pero se terminó divirtiendo, nos dimos una vuelta por El Ateneo para variar que queda cerca de donde estábamos. No conocía el libro, no conocía al autor, lo había visto la vez anterior que había ido a la librería pero no me animé a agarrar porque 1) era de un autor de habla hispana (y creo que ya saben cómo, en realidad, mi organismo repele todo lo que tenga como lengua original al español) 2) se veía que tenía muchas páginas (señal de que salía mucho) 3) estaba muy alto (soy re bajita y siempre Marti me alcanza las cosas altas (?)).

Mi hermana lo agarró por el lomo (que tiene esqueletos, como todo lo demás) ((me encanta poner paréntesis, disculpen)) y me lo mostró, y yo internamente grité porque había llamado la atención pero no lo había ni tocado porque estoy evitando comprar cosas caras para poder ahorrar, algo que, en realidad, no me está funcionando del todo, pero debería de hacer un plan. Me fijé el precio en la computadora y casi grito, haciéndoles adivinar el precio a las chicas, y ninguna le acertó: las dos tiraban por arriba de $100, cuando en realidad costó $85. 85. Ocho cinco. Un libro de casi 700 páginas saliendo $85, estaba en el cielo.
Encima me gustó. Porque hay muchos libros grandes y baratos que no me llaman (a diferencia de otros, que pueden llegar a llamarme pero que pasan apenas las 200 páginas y salen $206, ejem), pero de este leí el primer capítulo, ya que nunca había leído una reseña como para saber qué onda y ya que la sinopsis no dice demasiado..., y le di una oportunidad.
En fin, vamos a lo que nos incumbe: si le doy el visto bueno, si me costó tragarlo, si me gustó. ¿Me gustó? Sí, me gustó. Y mucho.
La verdad sigo sorprendida de que un autor español haya logrado tenerme tan enganchada; no es nada personal, gente española o hispanohablante, sino que he tenido malas experiencias de chica con libros que me ha dado el colegio (e incluso a veces las sigo teniendo), pero estoy intentando recuperarme de ese asco natural. Y con libros como este se van redimiendo con mis gustos (¿?); muchas gracias, David Lozano.
La historia empieza con un capítulo que, en realidad, va mucho más adelante, pero que nos da una pequeña vista preliminar de lo que nos espera: oscuridad (mucha, en realidad), espíritus, un pobre chico que se ve en medio de una situación que nunca buscó y, sobre todo, suspenso.
Un chico que hace una fiesta para Halloween, otro que llega a la fiesta sin disfraz porque, en realidad, está acompañando a su amiga gótica y a su otro amigo que se prende en todo lo que tenga que ver con fiestas y chicas, un baúl con ropa vieja como para improvisar un disfraz más o menos aceptable y una puerta que comunica al mundo de los muertos con el de los vivos cada cien años. Pero eso no es todo, porque aquél que cruce esa puerta será el Viajero, el que puede viajar entre los mundos, y una criatura del Mal que atraviesa la puerta (en sentido contrario, por supuesto) para poder escapar de su destino (el Infierno, cuál otro) y empezar, esa misma noche, a matar gente en busca de su permanencia en el mundo de los mortales.
No voy a contar más, pero lo de arriba sería más o menos un resumen de lo primero que pasa en el libro. Falta un secuestro, una médium y un rescate en el que el Viajero se juega la vida, literalmente. Un poco de amor que está en su justa medida, un gótico que quiere ayudar a estas personas, una policía algo excedida de peso que exaspera con sus comentarios sarcásticos y un forense que esconde un secreto importantísimo para la cuestión.
No me aburrió en ningún momento. La lectura es súper ágil y la separación de los capítulos en sub capítulos ayuda mucho a seguir leyéndolo cuando uno se está por quedar dormido o algo (?). Justo cuando empezaba a notar la falta de alguna sensación en el libro, aparecía un personaje, un comentario, una situación o lo que fuera que lo compensara, como por ejemplo la presencia femenina cuando Beatrice aparece.
Hablando de Beatrice, fue mi personaje favorito, junto con Jules y Dominique. Me encantó la forma de ser de Beatrice, aunque en realidad no se habla mucho sobre ello, sino más sobre lo que hace. Jules es de mis preferidos porque que en el próximo libro va a tener un papel mucho más importante (¡y más con esa última parte del libro, en donde él se despierta del ataque!); en realidad no es por esto, pero eso hace que lo quiera aún más... sí, lo admito, no sé por qué es en realidad, pero creo que junto con Dominique son mis dos crushes. Y, hablando de Roma, Dominique me encanta porque, a pesar de que tiene un impedimento físico como es su silla de ruedas, todo el tiempo está siendo fuerte e incluso nos deja ver su parte débil en algún momento, haciéndonos quererlo un poco más.
Y qué final, señoras y señores, por más pasivo que fuera. Admito que yo sabía lo de Marc desde el principio (en realidad, desde que dijo que sabía cómo volver), pero ese final me encantó y me dio una pista de qué puede llegar a pasar en el próximo libro (¿+ el caso de Lebobitz, supongo?). 
En realidad no sé bien de qué hablar, aunque ya les tiré bastantes cosas. Es un libro que me encantó y que está muy cerca de las cinco plumitas, el cual recomiendo mucho.