La Reina Roja es un libro que posee todos los elementos para ser una lectura inolvidable. Ha sido, sin duda, una de mis mejores lecturas en lo que llevamos de año.
«En la escuela aprendimos acerca del mundo anterior a éste, el mundo de los ángeles y los dioses que vivían en el cielo y gobernaban la Tierra con amor y bondad. Algunos dicen que son sólo leyendas, pero yo no lo creo. Los dioses aún nos dominan, han descendido de las estrellas y no les queda ni un ápice de bondad.»
En una sociedad dividida por el color de la sangre, los Rojos luchan por sobrevivir bajo la sombra de los Plateados, «superhumanos» con poderes terribles que les permiten manejar el mundo a su antojo. Pero cuando se descubre que Mare Barrow —una joven ladronzuela Roja— tiene también esos poderes, es llevada al mundo de los Plateados. Allí descubrirá que el poder es un juego peligroso y que la única certeza es la traición.Lo primero en llamarnos la atención es la existencia de dichos Plateados. En muchas historias –¡muchísimas!– conocemos gente con poderes extraordinarios, súperhumanos, así que podría decirse: "¿otra historia más? Los poderosos someten a los débiles, los débiles deben reunir todas sus fuerzas para alcanzar la ansiada libertad." Sí, podría ser así, una historia del montón. La cuestión es que Victoria emplea elementos típicos, casi clásicos, y construye algo totalmente original, diferente y único.
«No puedo resbalar. Ni ahora, ni nunca. Soy uno de ellos. Soy especial. Soy un accidente. Soy una mentira. Y mi vida depende de que yo mantenga esa ilusión.»
Mare Barrow, nuestra prota, es un personaje cuyo objetivo durante toda la novela es sobrevivir, por tanto, de ahí sale una chica que debe valerse de su astucia una y otra vez. Me ha resultado muy fácil entrar en su piel, ser ella durante toda la historia. Eso es un punto muy positivo.
Por otro lado están Cal y Maven, dos chicos que pertenecen a la realeza, dos plateados de pies a cabeza. Son polos opuestos, dos personajes que evolucionan al contrario de como lo hace el otro. A lo largo de la trama ambos chicos muestran dos facetas, la "buena" y la "mala". Mientras uno desarrolla una el otro desarrolla la otra, y un giro radical invierte la situación. Me parece brillante la idea de Victoria de jugar con nosotros, hipnotizándonos de tal manera que nuestra mente lectora se ciñe a lo que nos muestran sus palabras, sin cuestionarnos nada. Porque no sería la primera vez que un personaje nos hace desconfiar, o aquel que nos pintan como buenísimo es todo lo contrario. No, Aveyard te guía tal como a ella le place, somos sus marionetas lectoras. Así que… Sí. Estoy diciendo que me ha parecido BRILLANTE experimentar cómo ha jugado con mi mente.
«Las palabras pueden mentir. Tienes que ver más allá de ellas.»
Algo no tan brillante es el romanticismo que tiene lugar. No tengo muy claro si la escritora quiso formar un triángulo amoroso entre los protagonistas, contando además a Kilorn, amigo de Mare; desde luego, sí se establece una relación especial entre estos personajes, pero esta relación no se caracteriza por su pasión. Si la intención de Aveyard era lograr que percibiéramos sentimientos intensos, en mi opinión no lo consiguió. Si sólo pretendía hacernos ver lazos especiales pero sin ningún tipo de romance, lo clavó.
La narración es en primera persona, desde el punto de vista de Mare. No es nada espesa, no se anda por las ramas, directa al grano, implacable.
«Maven me deja pensar con ojos indulgentes, mientas ve surgir las emociones en mi rostro. Siempre me deja pensar. A veces, su silencio es mejor que las palabras de cualquiera.»
La autora consigue un gran desarrollo de los personajes, ninguno me ha dejado indiferente. Aveyard remata a la perfección el por qué de cada uno, el cómo, sus causas, es decir, todo.