Reseña La senda del guardián – Victoria Rodríguez

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

Recuerdo que antes de irme a la cama, el domingo de la semana pasada (porque ayer terminé Puro, de la misma editorial), empecé el libro. Era ya medianoche cuando cerré y apagué la luz, pues al día siguiente había quedado temprano. ¿Qué pasó? Que comencé a dar vueltas, a pensar en la historia y tuve que encender la luz, enviar un sms conforme no podría quedar, y terminar la novela. Así, de un golpe. Eran las tres de la mañana y acababa el libro, entre satisfecha y “enfadada” y sí, por fin pude conciliar el sueño.

Después de Glastonbury, a «Los Guardianes» les espera en Toledo un insólito reto al que enfrentarse: encontrar un mítico objeto de poder perdido en los anales de la Historia.
Nuevos enemigos, inesperados aliados, misteriosos y oscuros personajes les aguardan en este nuevo viaje. ¿Podrán superar las adversidades y lograr que las fuerzas del Mal no se alcen con el triunfo?
Meliagunt, el caballero más sensato y comedido del grupo, deberá aguantar el peso de la misión; un camino de leyenda que lo llevará a alcanzar su destino, una senda plagada de peligros y sorpresas le obligará a encontrarse a sí mismo. Pero… ¿superará la prueba más difícil de todas?
¿Logrará ganarse el corazón de una mujer?

La senda del guardián es la continuación de Los guardianes de la espada (una bilogía en conjunto), aunque bien podría ser una historia a parte, pues narra sobre uno de los secundarios del primer libro: Gwen.

Recuerdo que en el primero, este personaje no me pareció nada agradable, sobretodo al principio, le cogí manía tras descubrir un par de cosas sobre ella y aunque de cara al final entendí un poco el porqué de sus actos, me quedó una espinita clavada. Espinita que Victoria se preocupa de arrancar con este libro. Debo decir que de entre las dos/tres protagonistas que encontramos en esta bilogía, no puedo elegir. Sí que cuando “aparece” Morgana gana la batalla, pero ¿entre Calista y Gwen? me han gustado por igual.

La historia empieza con Gwen y Skatsha, la druida que la instruye. Ellas irán en busca de Morgana/Calista y sus caballeros, pues van a hacer un trato con ellos en el que a cambio de Excalibur, Morgana se comprometa a devolverle a Gwen algo que ama y desea con todo su ser. Pero ¡ah! No será tan fácil, pues para lograr que  Gwen vuelva a ser feliz deberán ir en busca del Grial, objeto legendario con propiedades mágicas y que… deberéis leer para saber qué puede hacer.
Así es como los caballeros de Morgana se ven envueltos en la búsqueda del Grial, sobretodo Meliagunt, al que le tocará pagar el pato de una manera un tanto… peculiar. 

Caminos ocultos, leyendas, combates con espadas, magia,… vuelvo a decir, como en su día apunté en la reseña de Los guardianes, que la ambientación de esta novela y el estilo de la autora, con sus descripciones, son lo mejor del libro. Es difícil no hacerte presente allí donde te ubique Victoria porque tiene una facilidad increíble para transportarte a través de sus letras. Su estilo atrapa desde el primer momento ¿y las escenas de acción? ¡geniales! Los momentos de espada, como digo yo, me resultan muy visuales, rápidos y emocionantes; en este libro están en menos cantidad que en el anterior, que yo recuerde, pero las he vivido como si fuera yo quien empuñara Excalibur, ese aire épico de la historia le va fenomenal.

Victoria escribe adornando el momento, pero sin resultar empalagoso ni forzado.

Estupendas las anotaciones del diario del siervo de Klinsgor, el nigromante; con un diseño a parte en forma de cuaderno escrito a mano.

Como en el anterior tomo, encontraremos romance, aunque bastante bien equilibrado con la parte de acción. Es de esos que te dan un poquito de todo y que cuando estás aquí, quieres estar allí y viceversa (cuando no hay parte romántica la buscas y cuando llegas buscas la acción). Lo que más me ha llamado la atención y me ha gustado ha sido que Victoria le da una razón al comportamiento de Gwen y a su historia con Meliagunt (sí, él será nuestro chico); eso sí, hay cosas que no me han acabado de cuajar en cuanto al desarrollo del romance **Spoiler: ¿Qué es eso de que Meliagunt se acueste con Gwen aún sabiendo que ella le está confundiendo con Lionel? No he acabado de comprender por qué lo hace y qué quiere demostrar (o quizá es que no he leído bien??) Fin Spoiler** así como tampoco las subtramas románticas de las amigas humanas de Calista que sí, para mi desdicha han vuelto a aparecer. Si me leísteis la otra vez una de las cosas negativas que destaqué del anterior libro fueron las amigas de Calista, que me desentonaban en la historia; esta vez lo mismo, la autora las ha reintroducido y a una le ha dado un papel “más importante” pero me resultan un relleno innecesario (aunque para gustos, personajes…).

Y de nuevo, como negativo e igual que la última vez, vuelvo a hacer hincapié en el final: que no es que esté mal el final global, si no que esas tres últimas páginas me sobran totalmente. Es un final cerrado y termina como ha de terminar para Gwen y Meliagunt, y aunque la autora lo ha debido hacer con toda su buena fe para que supiéramos de todos los personajes, ha quedado demasiado ñoño y le resta fuerza al asunto.

Aunque pensándolo fríamente y viéndolo ya todo en general, creo que estoy un poco rabina porque la autora ha ido equilibrando los momentos “protagonistas” con los momentos “secundarios”; en otros libros me hubiera quejado porque los protagonistas aparecen demasiado y son demasiado ñoños, y quizá Victoria ha querido evitar eso… pero yo quería más… ¬¬’ Inconformista total.

El libro se basa en la historia de Gwen, no os puedo contar nada porque si no le quitaría la gracia, simplemente decir que si abrís este libro, a parte de reencontraros con sus estupendos personajes viviréis momentos de pasión (la autora se desenvuelve de maravilla), momentos de acción y suspense, momentos en los que suspirar, momentos en los que reír, momentos en los que desear ser tú la propia protagonista… todo ello con ese halo épico que le va a la historia que ni pintada. Una nueva visión sobre las leyendas artúricas, las templarias y sobre el amor como motor de todo ello.

A Los guardianes de la espada le adjudiqué casi un puerquito rey; esta es una historia totalmente diferente que quizá se merecería la misma nota (aunque Los guardianes me gustó un poquito más porque era la novedad y me gustó muchísimo conocer “la verdad” de la historia de Calista y encontrarme con los chicos, recuerdo los primeros capítulos fantásticos). Esos detalles que me han dejado un poco inquieta no me permiten dársela igual, pero la narración y el conjunto tira mucho, así que se queda con un cuatro más que merecido.

¿Qué os parece? ¿Leísteis el anterior de la autora? ¿Le tenéis ganas a este?

Una bilogía recomendable, que deja un grato sabor de boca. Recuerdo el primer tomo con mucho cariño y éste ha estado ahí ahí. Le deseo a la autora todo lo mejor con estos dos libros, porque se lo merece.

Nia