El asalto a la aldea por parte de unos caballeros que parecen ser templarios, o al menos van vestidos como ellos, va a desatar una serie de conflictos entre los templarios y la gente del castillo. En medio de todo esto nos encontramos a una joven llamada Robin que será la única superviviente y que esconde un secreto que pondrá en peligro su vida.Robin es una jovencita de quince años que vivía con su madre en la aldea, era feliz, sin preocupaciones y nunca se había alejado más allá del bosque. Su mundo era muy reducido hasta que se produce el ataque a la aldea; Su vida, a partir de ese momento, se convierte en una pesadilla y en una lucha por sobrevivir. Por suerte acabará en la encomienda templaria, donde conocerá a muchos de los hermanos que allí habitan y a un joven muy misterioso, llamado Salim, un musulmán que le ayudará a descubrir su valor y su fuerza. Y que la vida es más complicada de lo que ella había imaginado. Además sabremos que el secreto de Robin no es el único que debe ser guardado, sino desean poner en peligro la vida de mucha gente.La novela me ha gustado, he disfrutado con la historia, con las descripciones y con los personajes, he sufrido y he deseado, al igual que Robin, empuñar una espada. Aunque al principio es un poco pausado y te va contando la historia con muchos detalles, en ningún momento se te hace pesado pues siempre hay un peligro que se cierne sobre los protagonistas.Un final trepidante que te hará desear continuar la historia y conocer más sobre los personajes que te presentan en esta primera novela. Pues es un aperitivo que te deja con ganas de más.
“La templaria” una novela de ficción histórica llena de luchas, intrigas y personajes muy interesantes.
“Llorar es necesario. Las lágrimas que no brotan nos abrasan el alma y dejan cicatrices en ella.”
“En los últimos días había tenido ocasión sobrada de ver lo que podían hacer las armas en manos de gentes mal intencionadas. Por eso no eran las armas lo que le daban miedo, sino las intenciones.”“En una guerra no hay vencedores, y una batalla puede tener desenlace pero nunca tiene sentido.”