Reseña - Las alas de Sophie

Publicado el 12 septiembre 2020 por Alaluzdelasvelas

RESEÑA

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LAS ALAS DE SOPHIE

 ¡Hola, hola, hola!

 ¿Qué tal ha empezado el sábado? ¿Bien, genial, maravilloso? ¡Ojalá que sí! Por mi parte, estoy muy contenta de poder traeros la reseña de uno de los libros que, estoy segura, formarán parte del Top 10 de libros leídos este año. Ay, esas lecturas especiales, que llegan cuando tienen que hacerlo. Pero no me enrollo más, ¡dentro reseña!

FICHA TÉCNICA

Título:Las alas de Sophie

Autora:Alice Kellen

Editorial:Planeta

Número de páginas: 400

ISBN: 978 84 08232841

Precio libro físico: 17,00€ (Tapa blanda) / 8,54€ (Edición para Kindle)

SINOPSIS

Una chica. Un adiós y un comienzo. Dos historias de amor.

Cuando Sophie se enamoró de Simon, supo que juntos tejerían una inolvidable historia llena de vivencias y canciones, pero todo acabó una noche de enero y sus sueños se quedaron congelados en aquel invierno eterno, el más largo y frío que nunca pudo imaginar. Hasta que el hielo empieza a derretirse para que Ámsterdam se vista de primavera. Entonces, Sophie descubre que Koen estará a su lado cuando decida alzar el vuelo, que su familia y amigos son su brújula, que ganar requiere de ingenio y que el corazón sigue sus propias reglas.

OPINIÓN

 La diferencia la marca un segundo. Todo va bien. La noche es perfecta. Hace frío, sigues notando el sabor del vino y la pasta en la lengua. Llegas a casa. Todo va bien. Todo va maravillosamentebien. Pero llega la mañana. Y todo está roto.

 A Sophie le pasa exactamente eso. Sale a cenar con Simon, su marido, sin saber que la separan sólo unas horas de sentirse la persona más desgraciada de Ámsterdam. El único consuelo que le queda, es que la noche fue perfecta. Como siempre. Porque Simon y ella brillaban juntos. El problema es que hay estrellas que no brillan siempre y, joder, cómo duele darse cuenta.

 No os quiero contar qué pasa exactamente, aunque en menos de un capítulo vayáis a saberlo. Y no voy a hacerlo porque, de salida, el epígrafe del libro es francamente revelador– independientemente de que hayáis leído o no el libro –. Lo que sí os voy a decir, con absoluta sinceridad, es que Las alas de Sophie ha sido, al menos para mí, una lectura muy especial. Preciosa, jodidamente preciosa. Tierna, dulce, triste. Una mezcla perfecta en la que Alice Kellen nos dice que sí, que todo se supera… con el tiempo.

 Sophie tiene que aprender a vivir otra vez. Y tiene que hacerlo, porque la tristeza la está ahogando. Ellen, su mejor amiga, no sabe qué hacer. Tampoco Amber, su hermana – personaje que ha termino robándome el corazón –, mucho menos Koen, el mejor amigo de Simon. Porque Sophie está pasando el peor momento de su vida. Cada mes parece una batalla. Está siendo un invierno duro. Enero, frío, agorero, casi terminal. Febrero, afilado, carente de vida, salpicado de recuerdos. Marzo, que llega despacio, diciendo que sí, que debe levantarse… o no.

 Soy una llorona de manual. No es la primera vez que lo digo. Si una novela está bien escrita, si transmite tanto que una puede llegar a tener la sensación de que se ha perdido entre sus páginas; hace falta un cambio en la prosa, una variación minúscula, para que pueda romperme. Y lo he hecho. Claro que lo he hecho. Porque Sophie es una narradora que cala hondo, que cae bien porque es sencillamente maravillosa. Una chica que adora la listas, la tranquilidad y, esto es lo más importante, se desvive por sus amigos. Una chica normal y corriente que, pese a todo, es tan especial que no es capaz de darse cuenta.

 La novela está contada en dos tiempos. Esto es importante. No os puedo contar el por qué– sí, me pienso mantener firme en mi propósito de que sepáis lo mínimo posible –, pero os voy a decir una cosa: cada tiempo es jodida magia. Ninguno pisa o eclipsa al contrario. He disfrutado cada página.¿Necesitáis más garantías?

 Me está costando no contaros cosas de más – os juro que valdrá la pena que vayáis a ciegas –, así que por esta parte vamos a ir cerrando. Y quiero hacerlo diciéndoos que sí, que yo prefería a ese personaje que pareció llegar para quedarse. Porque hay algo mágico, en las segundas oportunidad que da muchas veces la vida. Ese momento de levantarse y, sencillamente, verlo. La luz después de esa jodida noche que parece eterna. Eh, Alice Kellen, has hecho magia. Otra vez.

Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la ZONA SPOILER

 El duelo es un tema delicado. Lo es precisamente porque cada persona lo vive de una manera. Hay personas, como Sophie, que se rompen cuando se dan cuenta de que incluso un cuento infantil va a romperles. Y se dan cuenta porque es lo cotidiano del acto, el hecho de estar leyendo algo que termina bien, lo que hace que te des cuenta de que tu vida no va a volver a ser la misma.

 Simon era un buen hombre. Dulce, tierno, divertido, terriblemente sencillo. Para él, todo se reducía a las galletas de frambuesa– esto me pareció muy tierno –, la poesía, sus amigos y Sophie. Porque tenían algo muy bonito, ellos dos. Algo que, pese a todo, siempre dolió a Koen.

 Quiero ser muy clara a este respecto: Koen no es nadie especial para Sophie. No al principio, al menos. Él era poco menos que un hermano para Simon y siempre ha tratado a Sophie como a esa mejor amiga que todo el mundo tiene. Con naturalidad, sin situaciones forzadas. Porque aunque el chaval está enamorado hasta las trancas, desde hace tanto tiempo que es ridículo; no dice ni pío. No a Sophie, al menos.

 Me gustó la complicidad del grupo. La paz en la vida de locura de Ellen, la calma en Koen, que siempre parece saber qué decir; la maldita maravilla que es Amber, incluso con sus excentricidades de influencer– sí, habéis leído bien, la chica es influencery a Sophie no puede chocarle más que su hermana pequeña se gane así la vida –; y el amor de los padres de Sophie. Me encanta que la entiendan tan bien, que sean tan naturales, porque una no puede evitar pensar en su propia situación familiar cuando se da cuenta de que están terriblemente unidos.Ay, la madre de Sophie, y la manía de decirle que coma cada dos minutos…

 Ningún tiempo pisa al otro. Tanto el pasado como el presente están perfectamente dibujados. Kellen nos muestra cómo se conocieron Simon y Sophie, sin olvidar en ningún momento la importancia de personajes como Ellen y Drika– me dio muchísima pena, lo que les pasó a estas chicas. – Tampoco se olvida de Koen. De Koen que, joder, desde el principio sabe que es Sophie. Porque estas cosas a veces se saben, ¿no? Que has encontrado a alguien especial, que va a ser importante salga bien o mal. Y sale mal. Porque Simon y Sophie construyen algo precioso que, pese a todo, hace que te preguntes hasta qué punto es justo que Sophie no sepa algo muy importante hasta el final. Quién haya leído el libro, sabe de qué hablo.

 No os voy a contar nada más. Os voy a pedir, eso sí, que os sumerjáis en esta maldita maravilla de viaje que es Las alas de Sophie. Porque en esta novela pesa cada silencio, suena cada canción y vibra cada palabra. Porque, joder, os estáis perdiendo una maldita maravilla.

 Como último apunte, os diré que lo que más me gusta de la prosa de Kellen es que barre esa masculinidad tóxica. Aquí no hay hombres que no puedan decirse entre ellos lo mucho que se quieren. No hay hombres que no puedan ser débiles. Hay hombres, sin más. Hombres que se rompen, que sienten y sufren. Hombres tan maravillosos como las mujeres que nos perfila. Ojalá hubiera más voces así en la literatura. Nos hacen mucha falta.

Dulce, tierna, triste; Las alas de Sophiees una novela que llega para quedarse. Una novela en la que la superación está muy presente. Levantarse del suelo, siempre, por mucho que haya dolido la caída. No sé a qué esperáis para dar una oportunidad a la historia de Sophie.

Nota: 5/5