Las Cenizas de Ángela llegó a mis manos de una forma muy parecida a la que os he narrado al principio de la reseña. Hacía tiempo que había iniciado la sana y sabia costumbre de adquirir algunos libros en la biblioteca de mi barrio, un habito que en muchos casos me ha proporcionado grandes lecturas. Las Cenizas de Ángela fue uno de esos tesoros que una mañana encontré, entre una maraña de otros autores cuyo apellido también comenzaba por la "M". Antes de adentrarme en Las Cenizas de Ángela, mis anteriores lecturas habían sido del todo positivas, entre ellas figuraban un par de clásicos, una novela policíaca y una romántica de las buenas, así que me propuse intentar no romper con esa magnífica racha de buenas lecturas que tanto me estaba aportando a nivel personal. En aquellos días, como ya habréis podido comprobar, no buscaba un libro concreto, ni tenía ninguna apetencia en especial, más bien deseaba que el libro me escogiese a mi, que apareciese ante mis ojos como esa respuesta que tanto ansiaba contestar. Y así fue, por deseo expreso del destino, el libro me encontró a mi, ¡y de qué forma amigos! Cualquier persona que se considere un ávido lector, al encontrarse en una biblioteca, no puede evitar arramblar con dos o tres libros para tomar prestados por un tiempo, y fue en una de aquellas ocasiones, en la que mis manos soportaban el considerable peso del saber, cuando apareció ante mis ojos. No era un libro muy vistoso en apariencia, y tampoco su portada era de las más atractivas, sin embargo, su título: Las Cenizas de Ángela, me llamó poderosamente la atención. Recordaba haber escuchado nombrar aquel libro en alguna ocasión, pero sinceramente, no me acordaba de cuándo ni donde. Fuese como fuese, ese título tan sugerente me llegó a atrapar, de tal modo, que a última hora decidí llevarme prestado dicho ejemplar. A las pocas semanas inicié, curiosa, su lectura, de la cual, es imposible arrepentirse.
Centrándonos en este apartado a resaltar los aspectos más llamativos de esta novela, os tengo que decir de antemano que su lectura puede resultar pesada si no te has topado ninguna vez con una novela de un calibre autobiográfico tan intenso y descriptivo, como es el caso de Las Cenizas de Ángela. Sin embargo, yo os animo encarecidamente a que os dejéis llevar por la historia de esta familia y por la conmovedora historia que impregna por totalidad las 444 páginas que tiene este libro. Sin olvidar nunca que el libro cuenta una historia real, vivida y sufrida por el propio autor que la escribe, debemos tener presente que Las Cenizas de Ángela, también es una historia no sólo de memoria individual, sino que también es colectiva, ya que en ella, engloba a toda una situación económica, política y social, mostrándonos de esta forma, cómo era la Irlanda empobrecida de la década de los años 30 del siglo XX. Ese país hundido en la miseria de sus gentes y de sus calles, enemistado con el Reino Unido y del que todo el mundo quería marchar. En este libro, sin duda, hay que destacar a dos personajes fundamentales: los de Ángela y Frank. Ángela en primer lugar es la gran protagonista del libro, esa madre coraje que lucha por sacar a sus hijos adelante en la más extrema de las pobrezas. Sin duda, a mi parecer, un personaje eje y fundamental, y que entorno a él giran el resto de los protagonistas. Y en segundo lugar, no podemos hablar de Las Cenizas de Ángela sin hablar de Frank, el hijo primogénito de Ángela, el que a través de su inocente percepción nos narra su día a día en Limerick, ese niño que pronto crecerá y se convertirá en lo que es hoy, uno de los escritores más importantes de los últimos tiempos. A través de su peculiar visión el lector es testigo de primera mano de la maduración del personaje y de los aspectos de su vida cotidiana que le asustan y los que le entusiasman. Este último, es como no, un recurso literario y argumental muy usado hasta la saciedad a lo largo de la historia de la literatura, sin embargo, al tratarse de un caso real, este usado recurso se torna interesante, pues podemos conocer de primera mano cómo era la vida en ese pequeño pueblo Irlandés, y por extensión, como era esa sociedad Irlandesa, tan religiosa y orgullosa de sus tradiciones pero a la vez conscientes de que la situación en la que viven no es la más favorable. Lo cual, para finalizar ese apartado, podría resultarnos útil incluso, como documento histórico de primera mano.
Para ir acabando con la redacción de esta reseña, he dejado para el final lo que probablemente sea el tema más importante que se trata en la novela: los sueños de prosperar. Además de ser un retrato de la vida en la Irlanda de la década de los 30, Las Cenizas de Ángela también es una historia de ambiciones y de sueños por cumplir. Hablaba al principio de la importancia de esta novela por la memoria colectiva que parece englobar, pues bien, también se podría hablar de una segunda memoria colectiva, refiriéndose, por supuesto, a ese pensamiento que invadió a gran parte de la sociedad europea empobrecida o venida a menos. Hablamos, que duda cabe, de la memoria del emigrante. A lo largo de la historia hemos asistido a episodios migratorios, en los que un colectivo o una población se ve voluntariamente o obligado a la fuerza, a emigrar a otros lugares. Desde los antiguos Romanos hasta el conflicto más reciente del siglo XX, la emigración siempre ha estado presente. En el caso de Las Cenizas de Ángela es el deseo de emigrar a los Estados Unidos lo que empuja al protagonista a trabajar para poder costearse el viaje, un ejemplo que hasta en la actualidad podemos encontrar. Sin embargo, se ha mantenido, desafortunadamente, una imagen peyorativa y desfavorable del emigrante y de todo lo que representa: pobreza, miseria, delincuencia, suciedad, enfermedades....Algo que incluso podemos ver reflejado en los medios de comunicación cuando hablan, por ejemplo, de un nuevo salto a la Valla de Melilla. Algo que genera por otro lado, un gran rechazo por parte de la población. Sin embargo, ¿Alguien se ha parado alguna vez a pensar en esa gente de verdad? ¿Alguien se ha preguntado por qué arriesgan sus vidas? ¿Alguien ha sabido ver que son ansias de prosperar y de escapar de la situación en la que viven, lo que les empuja a saltar la Valla? La emigración y la inmigración van a seguir existiendo, por los siglos de los siglos, no obstante, pienso que debemos contribuir entre todos a tratar la el tema objetivamente, sin guiarnos por estereotipos ni por prejuicios que sólo contribuyen a una mayor intolerancia, pues, todo el mundo tiene derecho a prosperar. Las Cenizas de Ángela: una historia de desgracia, cariño, calor, injusticia, pobreza, amor familiar, inocencia, dolor, sacrificio....La historia de una familia luchadora, protagonistas de una novela única e irrepetible,
Frases o párrafos favoritos:
"Los piojos son peores que las pulgas. Los piojos se agachan y chupan, y vemos nuestra sangre a través de su piel. Las pulgas saltan y pican, y son limpias, y nosotros las preferimos. Los bichos que saltan son más limpios que los bichos que se agachan. Todos acordamos que se acabaron las mujeres, los niños, los perros y los viejos vagabundos. No queremos tener más enfermedades ni infecciones."
Película/Canción: existe una primera y única adaptación cinematográfica estrenada en el año 1999, protagonizada por Emily Watson (La Ladrona de Libros) y Robert Carlyle (The Full Monthy), y cuya banda sonora es considerada uno de los mejores trabajos del compositor John Williams.
¡Un saludo y a seguir descubriendo tesoros en vuestras estanterías!