Reseña:
Nos encontramos ante una de esas historias que te enseña lo que es la vida, si uno se pone en la piel de la heroína de la novela. El comportamiento de Livia a lo largo de toda la trama se podría calificar de muchas y variadas maneras. Y estoy seguro que cada uno de los lectores le aplicara el que mejor crea.
Sin embargo, hay que entender que ese comportamiento viene dado por la frustración que la propia Livia siente por no poder poseer lo que más anhela. Y como no puede tenerlo, entonces vuelca su ira contra él. Livia y Jack pertenecen a clases sociales completamente diferentes, y por este motivo ambos saben que su amor es imposible en la sociedad. No obstante, debemos establecer una diferencia de caracteres: Livia es orgullosa, egocéntrica, y despiadada con la gente que está a su alrededor. No vacila en humillar a las personas. Este comportamiento es por la carencia de ese amor imposible que siente por Jack. Y él se muestra dispuesto a concederle todos sus deseos porque la ama. Por este motivo podemos diferenciar entre el amor verdadero que Jack siente por Livia; y el juego que ella mantiene con él. Se divierte a su antojo sabiendo que al mismo tiempo lo está humillando. No le importa darle celos con otros, como sucede con Richard Gradison.
Esa frustración de Livia se basa en la clase social de Jack. Él nunca será un caballero que pueda cortejarla. Por ese motivo mantienen su relación de una manera clandestina, ya que son conscientes de que si alguien se enterara sería el final.
Pero en ese juego que mantienen más tarde o más temprano comienzan a aflorar los verdaderos sentimientos y todo se complica. El juego ya no es tal. Jack es conocedor de que nunca podrá tenerla y eso le hace pensar en el rechazo por su parte. Algo Que Livia tacha de cobardía. Se inicia una lucha de orgullos. Una especie de competición por saber quien cederá primero. Y en esta situación es cuando ella se irá dando cuenta de lo que está perdiendo. Y lo hará cuando tras una tragedia. Es entonces cuando ella comprende las humillaciones y el trato que ha dispensado a Jack durante todos esos años. Y se lamenta de su comportamiento: ahora que él no está. El destino le devuelve a Livia todo el dolor que ha causado a los demás haciéndole creer que le ha arrebatado lo que más amaba, sin que ella quisiera reconocerlo.
Sin embargo, habrá una segunda oportunidad para enmendar sus días pasados junto al hombre que ama.Un segundo tema en la novela es la llegada de la Revolución Industrial al sur de Gales. Aquí, la autora utiliza a Richard Gradison, un tunante que servirá a los propósitos de Livia en su relación con Jack. Richard es un estafador pero a la vez he encontrado similitudes entre él y Livia.Richard trata a Mary, una prostituta que lo acompaña, de la misma manera que Livia con Jack. Pero el resultado final no será tan romántico como el de los protagonistas.
No quiero dejar pasar el detalle de la sanadora de los bosques. Ese personaje que me ha recordado mucho a Estrella. Ese toque personal de la autora.
Una vez más la prosa de Elizabeth Bowman vuelve a seducirme de una manera cálida y placentera. He disfrutado con la historia en su conjunto pero sobre todo con las descripciones que hace en ciertos momentos de los paisajes, de la noche o de los sentimientos y que me ha recordado a Scott. Por momentos creí haber vuelto a esos años que le dedique al genial escritor escocés. La sensibilidad, la ternura que Elizabeth pone en cada palabra o en cada expresión que te deja con una sonrisa en los labios y una caricia en el alma.
Una novela imprescindible para lo que gustan de la BUENA Literatura romántica.