Autores: José Antonio Cotrina y Víctor Conde
ISBN: 9788415831822
Editorial: Fantascy
Páginas: 480
Año de publicación: 2016
Precio: 17,90€
Ficha del libroRebeca y Riddly dominan el arte de abrir puertas hacia otros mundos.
Pero ¿están preparados para lo que puede salir por ellas?
La aperimancia, la capacidad de abrir portales dimensionales, está al alcance de muy pocos. El poder de estos elegidos, complejo y peligroso, permite conectar universos antes apenas soñados, pero también puede tener consecuencias catastróficas e imprevisibles.
Riddly, aprendiz de aperimante, intenta descifrar los misterios de la Mansión Infinita y salvar un Londres devastado por los guerreros ikari, que amenazan con destruirlo todo a lomos de sus dragones. Mientras, en Colapso, un mundo enloquecido en el que confluyen mil realidades distintas, Rebeca ha pasado de esclava a discípula de un misterioso amo que la envía a misiones cada vez más suicidas con el fin de construir una llave secreta.
Rebeca y Riddly aún no se conocen, pero sus destinos y el de nuestro mundo dependerán de su capacidad para aliarse. Porque, al fin y al cabo, toda puerta que se abre, en algún momento debe volver a cerrarse.
Pues terminé hace unos días el libro en un increíble esfuerzo de equilibrista trasnochado, casi pierdo las llaves, la funda del libro iba colgando como huyendo en un impulso gravitatorio, el móvil pretendía formar parte del empedrado y una farola quiso integrarse con mi frente... En fin, una odisea para echar la llave a una puerta que te lleva sin duda una inesperada lucha contra la inevitabilidad. Y de lo inevitable lo mejor suele ser llegar a la conclusión.
No quiero quedarme en la ya ajada expresión "mis expectativas eran altas y el resultado decepcionante" porque no ha sido así. Mis expectativas eran las que eran, razonables, porque la suscitaban los elementos de la publicación. El encuentro no lo puedo calificar como decepcionante porque esta dentro de lo cabía esperar y había asumido. Ya había leído "El fin de los sueños" y en comparación con esta nueva novela era todo frescura y brillo de febril adolescencia. En este caso no, nada que ver.El relato que plantean aquí se caracteriza por dejar al lector con la sensación de estar nadando en melaza porque todas las balsas que ha intentado construir se hunden o le abandonan con ínfulas de burlona suficiencia.Mi curiosidad estaba concentrada en un 75% en el descubrimiento de la aperimancia, un concepto nuevo, renovado, inclusivo, y de corte aleccionador. El 25% restante recaía en esos diversos elementos como la trama o los personajes o la ambientación.Sin embargo, desde el inicio de la lectura tuve que cambiar la perspectiva desde la que enfocar la lectura.
La historia se sitúa a través de una confusa mezcla de realidades, la narración sigue al mejor apremiante que a finales del siglo diecinueve da comienzo a la novela realizando una hazaña interdimensional, añadimos al supuesto protagonista Ridley como aprendiz y terminamos por explorar el lugar donde todas las puertas a otras realidades convergen, La mansión infinita. En otra realidad conocemos a Rebeca, una joven esclava con ínfulas de viajera solitaria, la saltadora interdimensional de su mentor y dueño, el Cerrajero, un coleccionista de reliquias que la envía de una tierra alterna a otra al rescate de objetos con una valiosa energía que puede influir en los lazos entre dimensiones.Hasta aquí lo básico.
La trama no se desarrolla de forma paralela ni nada que pueda parecerse, cada realidad desarrolla su parte de la trama a su aire y con su ritmo algo que hace que el lector quiera pasar al siguiente capítulo y para leer peripecias distintas. Se debe a que una parte cansa y la otra entretiene. También me ha dejado la impresión de que hay partes de la historia se podían haber reflejado de formas más simples, directas, dando más desarrollo a otras que han quedado sepultadas por el fantasma de la suposición obvia. Por otro lado, el contenido de uno de los protagonista, Rebeca, me ha resultado totalmente insustancial en los primeros capítulos. Una exhibición de fuerza del todo sobrevalorada que podía haber sido mucho más… sutil y útil en otros términos. La mezcla entre aventura desquiciante y recuerdos de denodado interés no terminó por dar en el clavo conmigo, aunque reconozco que ha sido una formula idónea para poner en antecedentes al lector sin recurrir a un relato tan… extenso como en el caso de su compañero protagonista.Se debe a que en el caso de Ridley se narra partiendo de un punto muy anterior a su presencia útil en la trama y esto parece alargar innecesariamente el relato y que además no lleguemos a conocer igual de bien a este personaje que toma su protagonismo en un tono forzado y fortuito.Por otra parte los mentores son un compendio de clichés trastornados y con problemas. No me parece que gocen de todo el cincelado necesario para la importancia que tienen en sus papeles para los dos protagonistas.Por supuesto, la actuación de ambos protagonistas en conjunto me ha resultado de lo más ardua pues no parecer ir bien sincronizados ni encajar del todo en sus propios papeles.Curiosamente me ha encantado teoría de la aperimancia, las puertas a caminos insondables, los misterios y la locura que entrañan estas. A pesar de ser un caos, es un caos ordenado y coherente con cierta lógica.
La trama es buena, goza de una circularidad de envidiable desarrollo. En el transcurso tenemos todos los elementos necesarios para hacer florecer el interés y la ansiedad por desvelar secretos y acompañar a los personajes por sus periplos con sufrimiento y alegrías incluidas. Incluso se debe señalar que hay más de un elemento que gana peso de forma repentina e injustificada en último momento. Pero toda esa potencia se ve empañada, aplacada, por el engorroso camino en que se convierte la lectura por tener una prosa tan enjuta, saturada de impresiones, con varias realidades sobre-descritas y mucha mucha mucha palabrería innecesaria que engorda el relato, engrosa la acción de forma inmanejable, hace alarde un vocabulario rico, dominado, detallado y, sobretodo, condensado. Era imposible que no llegara a la redundancia. Ni yo ni el libro.
El principal problema que tuve con esto es que la base es buena, muy buena y afortunadamente pude disfrutar de ello. Pero esa base parte del concepto de que hay infinitas realidades en juego con niveles de surrealismo y abstracción muy altos. Si a ello le sumas una prosa tan sobrecargada se hace difícil apreciar los detalles por sí mismos. Podría decirse que es un viaje por la guarida del conejo blanco de un barroco exacerbado.
Es una buena novela, eso no lo discuto. Pero no dejo de darle vueltas a que con otro enfoque habrían dado en el clavo.