Reseña: Las tierras baldías
Publicado el 24 octubre 2013 por Sasy
Las tierras baldías (The waste lands) · Stephen King (traduce Jorge Luis Mustieles Rebullida) · Plaza y Janés · 640 páginas · 23€Comprar en bolsillo / Comprar en edición de lujo
"-No apunto con la mano; aquella que apunta con la mano ha olvidado el rostro de su padre.»Apunto con el ojo.-Bien.-No disparo con la mano; aquella que dispara con la mano ha olvidado el rostro de su padre.»Disparo con la mente.-Así ha sido siempre, Susannah Dean-No mato con la pistola; aquella que mata con la pistola ha olvidado el rostro de su padre.»Mato con el corazón.-¡Pues entonces MÁTALOS, por la gloria de tu padre! -gritó Roland-. ¡MÁTALOS A TODOS"
(¡Cuidado! En este párrafo, solo en este, habrá spoilers de anteriores novelas de la saga. Alerta permanente)En Las tierras baldías, el ka-tet dirigido por Roland de Gilead sigue aproximándose a la Torre Oscura. Eddie, Susannah y Roland se las verán y desearán para luchar contra todo lo que se les viene encima, además de contra cierta disgresión temporal, por así decirlo, que amenaza la salud mental de uno de los integrantes (qué irónico, verdad, hablar de salud mental con alguien como Susannah cerca). Animales monstruosos, (más) puertas, pueblos, pistolas... y trenes. Todo eso y mucho más. Qué putada, ¿eh?Ya os hablé en su momento de El pistolero y La llegada de los tres, ambas novelas que disfruté enormemente, si bien es verdad que más la segunda parte que aquella primera. Y ahora parece que la saga va en ascenso, porque este libro me ha gustado más que sus predecesores. Stephen King ha vuelto a deleitarme con una prosa exquisita, con unas descripciones pródigas en detalles y unos personajes perfectamente perfilados. Hay momentos en los que estamos totalmente introducidos dentro de la trama, y esto, teniendo en cuenta lo rarito que es este mundo que se ha movido, es toda una proeza. Mencionar, sobre todo, los seres que se ha inventado, los que ha adaptado, y cómo consigue que todo esto tenga un cierto sentido y una lógica que posiblemente no tendría si se tratase de otro escritor.Si hay algo que verdaderamente me parece interesante a la hora de conocer a escritores, es ver de dónde demonios se sacan los autores sus novelas. De dónde salen las ideas, los personajes... es eso, y no si el autor es machista, racista u otros istas, lo que me gusta saber. En este caso Stephen King se sacó La torre oscura de un poema llamado "Childe Roland a la Torre Oscura llegó". De una poesía de más o menos tres páginas va el tío y se saca siete libros. Siete. Ni más ni menos. Estén bien o estén mal, cada vez que pienso que la idea original estaba en un relato me da vueltas la cabeza. Qué tío, qué estaría pensando cuando leyó el poema para sacarse de la manga la historia, y una historia como esta en cuestión. Porque es terriblemente original y, de momento, ha sido capaz de que en tres libros ni el ritmo ni la prosa decaigan.Otra de las características que hacen que este libro -esta saga- me guste tanto es que conecto muchísimo con todos los personajes. Incluso con todas las extrañas actitudes que tiene Roland; soy capaz de ver por qué lo hace, me parecen unos personajes perfectamente caracterizados y con unas personalidades estupendas. De hecho, mi favorita en esta ocasión ha sido Susannah (no puedo esperar a leer La canción de Susannah). En muchas ocasiones simplemente me olvidaba de su "problema" y luego, cuando alguna situación me llevaba a recordarlo, me estremecía. Stephen King supo jugar bien sus cartas desde el primer momento, y muestra de ello es incluir a un personaje como ella en una novela con acción como esta -digo yo que será difícil lo de ser ágil, llamadme loca-, un personaje que a priori choca pero que luego encaja a la perfección. No voy a hablaros expresamente de lo que es la prosa de King, para ello podéis visitar las reseñas de las anteriores partes de la saga, pero sabed que es increíble. Y me da la sensación de que la traducción ha mejorado con creces desde el primer libro, que quizás era lo que más te sacaba de la historia.Pero no es solo eso. Además, contamos con muchos aditivos que hacen de esta novela algo sumamente especial y distinto a las demás. Para empezar, la mezcla de diversas tramas, en un principio, que están relacionadas y que convergen de una manera magistral. Después, la aparición estelar de un "personaje" llamado Blaine (¿eso se puede considerar personaje?) que me encantó y que hace que las últimas páginas de la novela se lean con el corazón saliendo por la boca, además de cerrar el libro de un modo que solo puedo definir como horriblemente horrible. Por otro lado, es un goce ver que todo aquello que no tenía nada de sentido unas pocas páginas atrás se convierte en algo con cierta lógica... para volver a algo que, adivinad: no tiene ni pies ni cabeza (pero mola un cacho). Además de esto: monstruos extraños, puertas gigantes que dan a otras puertas gigantes, ciudades que parecen y están abandonadas, seres humanos al borde de la muerte pero que no por ello dejan de ser malvados y peculiares... Vaya, que -por si te quedaba alguna duda- no te lo puedes perder de ninguna de las maneras. El mes que viene (o así), por cierto, leeré la cuarta parte, Mago y Cristal, con Nina en twitter, por si alguien se quiere apuntar a la locura.Las tierras baldías es un libro soberbio, de esos que hacen que se te corte la respiración y el corazón te vaya a 1000, un libro con unos personajes realistas y un ritmo endiablado. Si aún no has conocido a Roland y a sus compañeros en esta aventura, adelante pues a conocer el mundo que se ha movido. Si tu problema es que te has quedado en la parte anterior de la saga... bueno, ¿a qué estás esperando?