Acabo de terminar el libro "El Caso de Barton Manor (La Señora Lillywhite investiga 1)" que fue el libro que señalé en el Reto de lectura de Abril-Mayo en el blog de Merche. Es mi primera reseña de libros así que no sé cómo quedará pero ahí va.
La novela pertenece a lo que los americanos llaman "cozy mystery" o, lo que es lo mismo, "misterio acogedor". Son novelas en las que las protagonistas (suelen ser mujeres) no se dedican a la investigación o, las que lo hacen, tienen unas características muy concretas, como la protagonista de esta serie, Mrs Rosemary Lilliwhite que es una viuda joven, financieramente independiente y de clase media-alta cuyo marido era investigador privado y a quien ayudaba en sus investigaciones.
Al comienzo de la novela, está intentando superar la pérdida de su marido, que nunca minusvaloró sus capacidades de observación. Mientras su mayordomo, Wadsworth, le trae una taza de té, llaman al timbre. Al abrir la puerta, se presenta una joven, llamada Grace Barton, que viene buscando al detective porque su padre ha recibido una carta amenazadora. Mrs Lillywhite le informa de que su marido ha fallecido, pero, aún así, la invita a tomar el té y la pregunta sobre lo que ha sucedido. Al descubrir que Grace vive al lado de la casa de sus padres, Rosemarie Lillywhite decide ir a pasar el fin de semana con su familia y asistir a la fiesta de aniversario que celebran los padres de Grace para investigar el asunto.
La novela no es muy larga (yo la he leído en libro electrónico KOBO, 166 páginas), se lee con facilidad (*), y conserva bien la intriga hasta el final, incluyendo el reecuentro de Rosemarie con el antiguo compañero en la policía de su marido, el detective Max, las relaciones dentro de la familia de Grace y las personas que los rodean. Es interesante el contraste entre la madre de Rosemarie (una señora bastante insoportable) y su padre (mucho más afable e inteligente). Todos ellos están bien tratados y la solución será imaginativa e interesante.
Dos puntos en contra es que no sabemos nada sobre el ambiente de la historia (ni siquiera se señala cuánto tiempo lleva Rosemarie viuda) y los personajes que no son fundamentales en la historia prácticamente no están trabajados, pero ambas cuestiones son lógicas teniendo en cuenta que se trata de una novela corta. Quizás la prosa no merece un Nóbel pero es una novela que sirve al propósito de entretener y pasar un buen rato sin más pretensiones.
Es preciso señalar que no tiene escenas gore ni de violencia explícita ni tampoco hay escenas sexuales, algo que es común a las novelas del género al que pertenece.
(*) La he leído en inglés, no sé cómo estará traducida o si lo está en este momento. Eso sí, los lectores británicos se quejan de que tiene muchos americanismos, algo normal porque la autora vive en Maine (EEUU).
Puntuación: 3,7/5.