Cathy, una joven de familia humilde, se ve obligada a aceptar un trabajo como criada. En su casa apenas hay comida para todos, y con su padre desaparecido necesitan dinero como sea. Así que la joven se pone en marcha hacia la mansión Worthington, donde espera ganarse el pan; pero los animales del bosque, con quienes puede hablar, le advierten del joven amo de la mansión. En efecto, el señor de la casa, William Worthington, tiene fama de huraño e intransigente con las criadas, pues son muchas las que ha echado antes de que Cathy llegara. Pero poco a poco Cathy verá más allá de la primera impresión, y descubrirá que William tiene sobradas razones para comportarse así.
Sólo con ver la portada y las páginas de título nos podemos hacer una idea de lo que encontraremos en las escasas 136 páginas que forman la novela. No sólo disfrutaremos de la narración, sino también con el cómic, pues la prosa comparte protagonismo con el dibujo. Kathleen Weise se encarga de explicarnos la historia de Cathy en letras, y Carla Miller e Isabelle Metzen, a través de viñetas. Y es a las ilustraciones a las que tendremos que prestar muchísima atención, pues están llenas de detalles. Las sombras que acompañan a Cathy y a William, en el caso de él algo más tétricas; las ilustraciones a pie de página, acompañando al contenido del texto; o el rojo, la única nota de color presente en todo el libro. Pero la magnífica edición queda algo empañada por un final lioso y precipitado, y que pondrá a más de un lector en pie de guerra.
El lazo rojo es, sin duda, un libro que merece la pena leer, a pesar de su final, ya que el estilo de la autora y la bella edición hacen de esta novela una pequeña joya que hay que disfrutar.
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