Autora: Susan Elizabeth Phillips
Traductora: Laura Paredes
Editorial: Vergara
Género: romance
Cubierta: rústica
ISBN: 9788415420897
Edición: 2015
Páginas: 400
Precio: 17,00 €
SINOPSIS:
Él es un escritor solitario, y lo suyo son las novelas de terror. Ella es una actriz en horas bajas, que sobrevive montando espectáculos para niños. Él conoce una docena de maneras de matar a sus personajes. Ella sabe hacer reír a su público. Pero ahora no podría estar más seria. Annie Hewitt ha llegado a la isla de Peregrine en medio de una tormenta de nieve. Está sin un centavo y lo único que le queda son los títeres con que se gana la vida, las novelas románticas que adora y algo de coraje. No podría estar peor preparada para reencontrarse con el hombre que vive en Harp House, la mansión que domina la aldea desde un acantilado barrido por el viento. Cuando era una adolescente, él la traicionó de un modo que ella jamás podría olvidar ni perdonar. Ahora ambos están atrapados en una isla inhóspita cuyos habitantes no dejan de meter la nariz en lo que no les importa. Ese hombre, ¿es el villano que ella recuerda o ha cambiado? La cabeza le dice que no, el corazón, que sí. Será un largo y duro invierno.
LA AUTORA:
Susan Elizabeth Phillips es autora de numerosas novelas que han sido best-séllers del New York Times y se han traducido a varios idiomas. Entre ellas se cuentan Toscana para dos y Ella es tan dulce, publicadas por Vergara, y Este corazón mío, por Zeta Bolsillo. Phillips ha ganado el prestigioso premio Rita, y mereció en dos oportunidades el premio al Libro Favorito del Año de Romance Writers of America. Romantic Times la hizo acreedora del Career Achievement Award, un premio a su carrera literaria. Vive en las afueras de Chicago con su marido y sus dos hijos. Web de la autora
OPINIÓN PERSONAL:
Me apetecía mucho leer el libro, ya que la autora me había enamorado con su novela Ella es tan dulce. Confieso que no tenía ni idea de la enorme cantidad de libros y de premios que Susan Elizabeth Philips (SEP) posee. Pero entonces, con el revuelo de las redes sociales por su visita a España el pasado mes de mayo, me he dado cuenta de que es una autora muy respetada y conocida y, desde luego, de la que tengo que leer más (y en eso estoy ahora mismo con Una chica a la moda).
Volviendo a Los héroes son mi debilidad, lo primero que llama la atención es su portada. Blanca, sencilla, bonita y con unas letras de un precioso tono violeta. Una portada que, al menos a mi parecer, transmite muy bien la novela de su interior. Y las primeras páginas, cómo no, están escritas con un estilo claro y elegante, que da gusto leer (sobre todo después de cada cosa que me he comprado en ebook...).
La protagonista es muy carismática desde el inicio y me encanta cómo la autora utiliza sus muñecos (ella es ventrílocua) para dar voz a los pensamientos y sentimientos de Annie. La chica es una mujer real, un personaje tan bien construido que podríamos ser tú o yo si nos encontráramos en esas circunstancias. Para mí, el mejor punto de la novela ha sido la evolución de Annie, cómo se da cuenta de que ya es lo que llevaba toda su vida intentando ser. Y, en cuanto a Theo, el protagonista masculino, si bien aprecio el guiño a la novela gótica de mansiones encantadas, jóvenes virginales en camisón y malvados villanos, lo cierto es que es parte de lo único que no me ha gustado del libro: la trama de su infancia, es demasiado previsible. (Recuerdo que dejé el libro sobre la mesa y me fui a informarle a mi novio de que como fuera de tal modo, entonces me enfadaba con la autora). Lo cierto es que fue justo de ese modo, pero no me importó. No, porque esa trama dejó de tener significado, apartada por el impresionante final y esa delicadeza con la cual SEP toca los sentimientos y, al mismo tiempo, es capaz de transmitírtelos para que acabes la novela embelesada y emocionada.
Porque Theo es otro personaje muy real, muy bien dibujado, y por ello también dan ganas de aplaudir a la autora. Annie es el contrapunto perfecto para Theo. Movida por el deseo de desquitarse de los fantasmas del pasado, se mete con él. Sus muñecos son una curiosa manifestación de sus sentimientos y la evolución de los muñecos una muestra de la de la protagonista. De algún modo, estos muñecos son también personajes secundarios. Pero, como secundario, el que más me ha gustado es la niña Livia. Aquí podemos ver una crítica o una exposición del maltrato, además de cómo la protagonista descubre qué quiere hacer con su vida. Si siempre le habían gustado los niños y los muñecos para ayudar a educarlos, esta pieza de puzzle (no diré más para no hacer spoiler) es la última que encaja en lo que no me importa repetir que es un final muy emotivo y bonito. Uno de esos finales que te dejan suspirando y con una sonrisa de boba en la boca mientras cierras el libro y dices... aquí ha pasado un ángel.
Otra cosa que ha llamado la atención es cómo ha evolucionado la novela gótica. Yo me quedé con Hawthorne y Polidori y en la solapa del libro de SEP veo que la comparan con las Brontë o Victoria Holt. Es, sin duda, una invitación para seguir leyendo más sobre el género.
En resumen, una novela que merece la pena porque tiene uno de esos finales emotivos que recuerdas mucho tiempo, además de por la gran calidad de su autora y lo carismático de su protagonista femenina.
Lo mejor: el final, la evolución de la protagonista. Lo peor: que lo que sucedió en el pasado era muy predecible. VALORACIÓN: