Cuando pienso en un libro de relatos, me acuerdo de los libros que me leía mi madre para dormirme por la noche. Libros llenos de pequeñas historias, cada una con sus personajes y su ambientación, pero todas ellas con el objetivo de llevarte a otro mundo y hacerte sentir nuevas sensaciones. Eso es lo que me pasó cuando leí "Los amores ausentes" de Gabriel Neila.
Lo que el autor nos ofrece son diez relatos, presentados en orden según la edad de los protagonistas: el primero es sobre el amor platónico de una niña por su profesor y en el último es una abuela la que cuenta a su nieta su triste y complicada historia con el hombre que marcó toda su vida.
En cada relato, son los propios personajes los que nos cuentan sus romances, hablando en primera persona y creando en el lector un mayor nivel de empatía con sus aventuras.
Cada historia explora un tipo de amor diferente: se habla de amor entra padres e hijos, amor de pareja, amor homosexual, amores secretos, amores rutinarios, sentimientos verdaderos, deseo físico e intelectual, hasta llegar a la incapacidad y al miedo de amar.
Lo que relaciona estos amoríos tan distintos, es la ausencia de algo, sufrida por cada protagonista. El amor representa para ellos la posibilidad de huir de la realidad, de refugiarse lejos de su propia vida, para que la ausencia se convierta en presencia. Unos lograrán en su huida, en formas más o menos trágicas, su objetivo pero otros quedarán atrapados. Los primeros, permiten ver la fuerza que se esconde detrás del motor del corazón, aquella que te deja abandonar la certitud del mundo real. Los segundos, también, si más desafortunados, lograrán fortalecer su esperanza y la capacidad de seguir por el mismo camino sabiendo que llegará el momento justo para abandonarlo y empezar otro nuevo, sin estar seguros que sea mejor que el anterior.
Una lectura como esta permite, a partir de la sucesión de historias muy sencillas, reflexionar sobre temáticas actuales y complejas. Se habla de parejas víctimas del día a día, de relaciones homosexuales, de la pérdida y la búsqueda de la identidad y también de suicidio y homicidio. Es así que Neila crea una obra que a primera lectura es muy simple, pero que, leída entre líneas, habla directamente a cada uno de sus lectores, tocándoles profundamente.