Páginas: 396ISBN:9788427202122Precio: 18,00
Sinopsis: GANAR SIGNIFICA FAMA Y RIQUEZA. PERDER SIGNIFICA UNA MUERTE SEGURA.
En una oscura versión del futuro próximo, doce chicos y doce chicas se ven obligados a participar en un reality show llamado Los Juegos del Hambre. Solo hay una regla: matar o morir. Cuando Katniss Everdeen, una joven de dieciséis años se presenta voluntaria para ocupar el lugar de su hermana en los juegos, lo entiende como una condena a muerte. Sin embargo Katniss ya ha visto la muerte de cerca y la supervivencia forma parte de su naturaleza. ¡Que empiecen los septuagésimo cuartos juegos del hambre!
Katniss Everdeen, la chica en llamas. Todo ha pasado muy deprisa. Eligieron a su hermana, ella se presentó voluntaria, y ahora está en medio de un bosque, intentando huir. La quieren matar. Y es que, aunque Katniss parezca una chica normal, consiguió un once, y eso la hace ser temida. Pero, ¿conseguirá ganar los juegos y volver junto a Prim? ¿Aunque es signifique matar a Peeta?
"Coger a los chicos de nuestros distritos y obligarlos a matarse entre ellos mientras los demás observamos; así nos recuerda el Capitolio que estamos completamente a su merced, y que tendríamos muy pocas posibilidades de sobrevivir a otra rebelión."
Iba con muchas expectativas para el libro, aunque le tenía algo de miedo porque sabía de qué iba. Chicos. Chicas. Muertos. Y me asustaba la idea de que me pudiera traumatizar tanta sangre o algo, no sé. Creía que sería más gore de lo que realmente me he encontrado.
"Es el primer beso del que ambos estamos plenamente conscientes. Ninguno está debilitado por la enfermedad o el dolor, tampoco desmayado; no nos arden los labios de fiebre ni de frío. Es el primer beso que de verdad hace que se me agite algo en el pecho, algo cálido y curioso. Es el primer beso que me hace desear un segundo."
¿Y qué me he encontrado? Una lectura adictiva, contada desde una pluma ágil y sutil, con unos personajes fuertes, con chicha, a los que no podrás olvidar, y con algo mucho más que eso: imaginación. Hay veces que pienso cómo se le ocurriría a Suzanne la idea de Los Juegos del Hambre, del Capitolio, los Distritos… todo. Ahora lo vemos fácil, porque ésta saga ya es una más, ya se ha adaptado a la gran pantalla, ya es un bestseller. Ya es conocida.
“Estoy decidida a vengarla, a impedir que olviden su muerte y sólo puedo conseguirlo si gane e impido que se olviden de mí”
“-Lo recuerdo todo sobre ti-responde él, poniéndome un mechón detrás de la oreja-. Eras la única que no se daba cuenta.-Ahora sí.-Bueno, aquí no tengo mucha competencia.[…]-No tienes mucha competencia en ninguna parte.Esta vez, soy yo la que se acerca para besarlo.”
Y aunque sabía lo que pasaría, eso no me ha impedido volver a llorar como una enana y reírme a carcajada limpia. El final es muy original. Si es cierto que me lo llevaba esperando, tenía ganas de que pasase, pero así… Buf, no sé. El final es totalmente abierto, dejando muchos cabos sueltos que darán mucho juego en la segunda parte (en nada me la releo), y que sin duda resolverán y plantearán nuevos misterios para nuestros chicos del Distrito 12.
“-No quiero tener hijos –digo.-Puede que yo sí, si no viviese aquí.-Pero vives aquí- le recuerdo, irritada.-Olvídalo.”
Resumiendo, Los Juegos del Hambre es una primera entrega de una trilogía que da mucho de hablar, con una prosa ágil, sublime y fluida, unos personajes constantes y que se desarrollan poco a poco, amor y dudas, dudas y amor. Suzanne nos deja con intriga, lágrimas, amor, de un libro que recordaremos siempre.