Allá por el 2008 el autor americano, David Oppegaard fue nominado al Premio Bram Stocker a la mejor novela. Era lo primero que David sacaba al mercado y con este argumento desde luego tenía bastante ya ganado:
“La Desesperación lleva cinco años asolando el planeta. La mayor parte de los habitantes de la Tierra ha perecido inexplicablemente por su propia mano, y los pocos supervivientes que quedan se afanan por seguir con vida. Un oscuro y misterioso grupo emergente, conocido como los Recolectores, se presenta inexorablemente para llevarse los cuerpos de los muertos. En el asolado estado de Florida, un hombre llamado Norman opone una resistencia sin precedentes contra los Recolectores que lo impulsa a emprender un viaje a través de los Estados Unidos. Se rumorea que en Seattle hay un científico que trabaja en una cura para la Desesperación, pero, en un mundo dominado por la muerte, a Norman no le resultará fácil llegar hasta allí.”
Norman va realizar un gran viaje con la idea de encontrar una solución al grave problema que que está asolando, no solo su pueblo, sino el mundo entero; aunque más bien, es una excusa para alejarse de sus recuerdos o simplemente hacer algo. Lo peor es encontrarse en un pueblo abandonado compartido tan solo con un vecino. Es también un viaje a su interior para enfrentarse a los temores y demonios que rondan en su cabeza.
La caracterización de los personajes es uno de los puntos fuertes de este relato, sus miedos y esperanzas las viviremos a través de sus pensamientos y acciones. Desde luego David tiene capacidades más que óptimas para acercarnos a ellos. Es por otro lado un relato pausado sin grandes aspavientos ni enfrentamientos o batallas pero te lleva de la mano con ganas de descubrir si logran encontrar la cura.
A su vez logra crear un ambiente lóbrego y de desolación. Un mundo en el que casi toda la humanidad ha desaparecido, y no por un virus o enfermedad sino de pena. Conocemos de primera mano el temor a que un ser extraño en ocasiones microscópicos nos encierre en casa para evitar que nos alcance pero, qué hacer cuando tu asesino seas tu mismo. No sabes cuándo ni de qué modo, pero si sabes que tienes muchas probabilidades de terminar espachurrada en alguna acera o con las venas abiertas. Cómo luchar contra eso, y no solo tú sino ante las acciones de las personas a las que amas.
De un tiempo a esta parte un gran número de escritores dejan sus obras con finales abiertos, pretendiendo que el lector decida con qué final quedarse, pero a mí me da rabia y me lleva a pensar que me están queriendo vender una segunda parte. Pero más rabia me da cuando pasan más de 11 años y esa continuación no asoma el morro; ya de terceras partes ni hablamos. Por lo tanto ya podréis deducir que el final no me ha convencido demasiado y se ha dejado demasiadas cosas en el aire, a mi modo de ver.
Aquellos amantes de historias originales pos apocalípticas deberían echarle un vistazo a esta aventura. El autor ha logrado impregnar tanto a los personajes como a la ambientación de un aura de pura desolación y abandono. No podría decir que es perfecta, ya que pierde fuerza hacia el final de la historia, pero se merece que le den una oportunidad a esta idea tan original que ha sido desarrollada con éxito.