Sinopsis: En la ciudad de Sombra, bajo el Árbol del Mundo, los callejones transpiran el trémulo brillo de la magia y los hijos de los dioses viven entre los mortales. Oree Shoth, una artista ciega, acoge a un hombre extraño obedeciendo a un impulso. Este acto de generosidad la arrastra a una conspiración de pesadilla. Alguien, por algún medio desconocido, está asesinando a los hijos de los dioses y dejando sus cadáveres profanados por toda la ciudad. Y el inquilino de Oree parece ser la clave del misterio...
Opinión personal: Antes de nada deciros que cuando estaba buscando la información para la ficha técnica del libro me he dado cuenta de que es la segunda parte de una trilogía (de la cual no he leído el primer libro). El primer libro se llama Los cien mil reinos, por si queréis leerlo xD He de decir que yo no me he encontrado perdida para estar leyendo una segunda parte porque creo que Los cien mil reinos se desarrolla bastante antes que Los reinos rotos. Dicho esto, comencemos con la historia.
Los reinos rotos se desarrolla en un mundo fantástico en el que los hijos de los dioses conviven con los humanos, y estos adoran a uno de los Tres (son los dioses principales). Oree, una joven ciega que se gana la vida como pintora, aunque los verdaderos cuadros los pinta en la seguridad de su hogar, donde nadie puede ver la exactitud con la que los dibuja. O casi nadie. Desde hace un tiempo, Oree acogió a un hombre muy extraño cuyo mejor pasatiempos es suicidarse. Por supuesto, siempre vuelve a la vida, pero eso no quita que la pobre Oree tenga que pasarse el día limpiando su sangre del suelo. Además no habla, y solo hay un momento en el día durante el cual Oree puede verlo. Sí, una chica ciega que pinta fieles retratos de la realidad y que puede ver de vez en cuando es algo extraño también, y es que la protagonista es capaz de percibir la magia. Gracias a eso se ve envuelta en medio de conspiraciones, secuestros y asesinatos.
Al principio me costó mucho sumergirme en la historia, estar de exámenes tampoco ayudó, así que he tardado mucho tiempo en leerlo. De todos modos seguramente que el factor no-te-has-leído-la-primera-parte haya influido porque, según he leído, en ese libro explican cosas acerca de los dioses, que es en lo que más perdida me he encontrado. A pesar de esto, pasando la mitad del libro comencé a sentir mayor interés por la trama y fue ahí cuando realmente pude estar más cerca de la historia.
En cuanto a los personajes, la verdad es que no he sentido que se profundice demasiado en ellos por lo que tampoco sufría si les pasaban cosas malas. De hecho, uno de los que más me ha gustado es Lúmino, el hombre al que acoge Oree, aunque también había momentos en los que no le podía soportar.
Me gusta cómo se trata el tema de los dioses ya que no son perfectos sino bastante humanos (sienten odio, celos y también amor) pero al ser dioses, sus actos son más devastadores y afectan al mundo de los mortales. Por otro lado, tenemos a los hijos de los dioses, supuestamente inmortales, con características de lo más variadas. No todos los personajes que aparecen aportan algo directamente a la trama pero te ayudan a conocer más a los hijos de los Tres.
El final es de las cosas que más me ha gustado. Bueno, no el final final como tal pero sí el desenlace. Después de solucionar o no los problemas de la historia, esta finaliza de forma un tanto amarga. Por un lado me ha gustado porque los finales perfectamente felices me parecen un tanto forzados según en qué circunstancias, pero por otro me hubiera gustado que sí que fuera un final feliz.
En general, ha sido una lectura entretenida pero sin llegar a ser una maravilla, con una trama interesante pero que podría haber dado más de sí.
Los cien mil reinos (Editorial) Los reinos rotos (Editorial)