Conocí las letras de Elena Romera con su libro de relatos 8 Minutos. O más, historias emocionantes y muy distintas unas de otras pero todas me impactaron por lo contado y por la manera de contarlo.
Por lo tanto no podía perderme Los sin ver de Elena Romera, y desde el principio de mi reseña os digo que tenéis que leerla para disfrutar de sus letras como yo lo hago y para conocer un futuro distópico y una sociedad en la que muy pronto podríamos estar de lleno metidos.
La historia es muy creíble y muy indeseable. Pensad que llegara un momento que al ser tantas personas deberíamos vivir repartiéndonos tiempo y espacio. Imaginad personas que solo podrán salir al exterior por la noche y a otras que solo podrán salir por el día. ¿Posible? Muy a mi pesar, creo que sí.
Por eso esta es una ficción que a mi me da miedo por presentir que podría existir.
Dividiéndonos para vivir, un mundo futurista sin libertad de decisión, una sociedad aborregada. Ojito, tomemos nota de la advertencia que autora e historia nos quieren transmitir. Y ESPERANZA.
Argumento
Somos demasiados. Demasiados en las carreteras. Demasiados en los hospitales. Demasiados en los bares. Demasiados. No podemos vivir todos a la vez y dormir todos al mismo tiempo. Por este motivo, el mundo se divide en dos. Diurnos y nocturnos. Unos saldrán por la noche y otros saldrán por el día. Daniela, Matías, Paloma y Óscar. Estos cuatro personajes nos cuentan el mundo desde arriba y desde abajo. Desde la luz y desde la oscuridad. Un mundo donde los valores se pierden para dar paso al individualismo. Una novela que nos cuenta un futuro al que llegaremos, quizá, antes de acabar de leerla.
Mi opinión personal (sin destripes)
Seguro que muchos de vosotros habréis pensado más de una vez, como creo que le ha pasado a la escritora, que somos demasiados en el mundo. A veces nos frenamos cuando deseamos acudir a algún evento o acontecimiento en nuestras ciudades intuyendo que habrá muchísima gente y que no lo podremos disfrutar y más si tenemos que hacer colas interminables. Inaguantable ¿verdad? Pues sí, esto creo que es una realidad que podría ir creciendo y creciendo hasta convertirse en el mundo de ciencia ficción de Los sin ver.
Y entonces que ocurriría... ¿Cómo se solucionaría esta falta de espacio ante tantas personas a repartir? Pues creo que como bien indica la historia imponiendo a los habitantes un régimen controlador y dictatorial, dominando y reprimiendo su raciocinio, su inteligencia y sus emociones. Un régimen con espacios y tiempos divididos donde todos sus habitantes no son iguales, aunque pretendan hacernos creer que es así.
Da miedo sentir que este mundo ficticio está muy cerca, y como no actuemos con más responsabilidad como sociedad creo que nos tocará sufrirlo. No perdamos la esperanza en la humanidad ni en los gobiernos, y no dejemos de luchar nosotros como individuos. Esta esperanza y este mensaje es el que me ha transmitido la historia y tomo nota.
En Los sin ver encontramos a cuatro personajes muy distintos, unos diurnos y otros nocturnos. Con una primera estructura en la novela muy marcada y diferenciada para presentar sus historias individuales con voz propia y luego pasa a otra estructura, también narrada por cada personaje, para conectarlos y conocer la relación que los une o los unirá. Unos personajes con ideas distintas, con su individualidad por mucho que los intenten aborregar.
Sorprende que vivan en el mismo sitio y parezca que viven en dos mundos diferentes. Un mundo con luz y un mundo sin luz.
«Lo peor que nos podía pasar a los diurnos era que nos mandasen al mundo nocturno, pero, además, si te convertías en un sin ver, cuando llegabas ahí abajo, cuando ya estabas en las sombras, te obligaban a tomarte una pastilla que conseguía que tu cuerpo aguantase el doble de trabajo físico. Te obligaban a hacer un trabajo tan desagradable que ni los nocturnos estaban dispuestos a llevar a cabo. Y lo peor es que tu cuerpo iba aguantando, pero en el fondo se resentía. Sabía que no estaba hecho para eso. El doble de trabajo era el doble de trabajo, aquí arriba y allí abajo»
Unos personajes que sentirán amor, odio, envidia, frustración... vivirán la amistad, sufrirán la muerte y la vida. Y LUCHARÁN.
Habitarán en un mundo que pensar por ti mismo se puede saber y costarte la vida. Un mundo en el que no puedes saltarte una norma si quieres sobrevivir. Un mundo en el que lo mejor que puedes hacer es olvidar.
Os aseguro que la historia atrapa muchísimo, primero por el planteamiento de esta realidad futura y creíble. Una realidad tan real que deformada evoluciona a una realidad irreal. Una distopía a la que podría superar una realidad cercana. Y después la lectura me atrapó por la historia de cada uno de los personajes protagonistas. Creando tensión narrativa rica con suspense, intriga, acción y aventura para llegar un desenlace inesperado y sorpresivo.
Al terminar la lectura sin querer cerrar el libro reflexiono, comparto mis reflexiones con amigos y familiares y todos quieren que le preste el libro. No lo haré, debéis comprar Los sin ver y leed para que Elena Romera nos pueda ofrecer buenas y sabias lecturas. Para que pueda escribir más y más...
Y yo os digo que intentéis vivir sin barrotes, derribad los que os pongan, no permitid que nadie, ni vosotros mismos, os construya una cárcel (aunque la adorne con flores).
En la web de Círculo Rojo Elena Romera se nos presenta de este modo:
Es difícil definir o presentar a una persona, sobre todo cuando eres tú misma. Somos capaces de poner nombre y apellido a cada uno de nuestros seres queridos —y no tan queridos—, pero a nosotros nos cuesta saber hasta cómo nos llamamos.
En septiembre de 2021 publiqué mi primer libro, 8 minutos. O más. Diecinueve relatos que te atraviesan. Que permanecen. Historias encontradas en esa parte amarilla del sol en verano.
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