Lo que a simple vista era un argumento original, puesto que no había oído hablar de ningún libro que tratase un tema parecido, se volvió una historia repetitiva. El libro empieza muy bien, nos plantea la situación y nos pone en contexto. Los personajes parecen interesantes, la trama engancha y quieres seguir sabiendo un poco más. Pero una vez que ya has conocido todos los detalles se estanca y se vuelve pesadísimo, repitiendo una y otra vez las mismas frases, ideas y conceptos. Narradodesde el punto de vista de Budo, en primera persona, permite al lector sentir la inocencia de los niños, el no saber y el no comprender las cosas de mayores. Pero llegaba un momento que, al igual que he comentado antes, el lector se cansa de que no haya una evolución y que todo siga igual durante las más de 400 páginas (que se dice pronto). Los personajes más de lo mismo, atrayentes y llamativos al principio, cansinos hacia la mitad de la novela. El único que se salva es Max, y su evolución a penas se nota hasta los últimos capítulos. Budo me encantaba, pero sus reflexiones y algunos comportamientos han hecho que sea todo lo contrario.
Recopilando todas las ideas tratadas en la reseña, el libro empieza muy bien y es entretenido pero se estanca y se vuelve pesado, haciendo que le sobren páginas por todos los lados y ralentizando una lectura que, en un principio, tenía muy buena pinta.
Valoración:
¿Lo habéis leído, Marcadores? Garazi