Mi amigo Filiberto es un libro que potencia íntegramente la reflexión y la crítica del lector
Por: Alberto Berenguer Twitter: @tukoberenguer
Nuevo libro de Julián Baena
Cuando Editorial Punto Didot se puso en contacto con nosotros para ofrecernos la lectura de Mi amigo Filiberto para posteriormente reseñar el libro en este blog si era de nuestro agrado, aceptamos sin balbuceos tras leer la sinopsis. Una historia singular, curiosa y muy crítica, que sin duda merece ser leída. Un libro con el que he disfrutado mucho, con el que he discutido y con el que he reído ante la disparatada conversación entre dos amigos que mantienen a lo largo del libro, compartiendo sus opiniones y haciendo partícipe a los lectores de ellas. Opiniones con las que puedo estar más o menos de acuerdo, pero sin duda forman parte del pensamiento de un gran número de ciudadanos españoles.
El lector, de edad juvenil o adulta, se nutrirá a lo largo de las ciento cincuenta páginas de una ‘charla de café’ exquisita entablada entre el autor, Julián Baena Aguado, y un amigo de edad avanzada llamado Filiberto, que falleció hace unos cuantos años. De esta manera, el autor le cuenta a Filiberto todo lo que le resulta llamativo y analiza noticias de actualidad como el aborto, la homosexualidad, el sistema educativo español o la programación televisiva. Además, opina sobre la forma actual de divertirse, las extravagantes apariencias en cuanto a las vestimentas o simplemente la curiosa forma de actuar y pensar de los jóvenes españoles en nuestra sociedad.
Mi amigo Filiberto es un libro que potencia totalmente la reflexión del lector, ya que las interesantes opiniones y reflexiones del autor ayudarán a unos a rememorar una parte de su pasado y a los más jóvenes les permitirá conocer una época desconocida y que en muchos aspectos les sorprenderá hasta provocarles la risa o asombro. En cuanto a la portada del libro, debo confesar que me resulta muy entrañable.
La cata inicial de la lectura fue magnífica con una carta de Julián Baena a su amigo Filiberto en verso y de esta manera el autor ofrece un resumen bello y conciso de lo que tratará el libro. Una carta que te anima a seguir leyendo. También cada capítulo, con poca extensión, queda muy bien definido y el tipo de letra utilizado en la edición del libro es muy agradable. Un libro entretenido, muy rápido de leer y que ayuda a reflexionar y a ser críticos, dos cosas que poco a poco se están perdiendo. Por todo ello, recomiendo Mi amigo Filiberto encarecidamente para todo el público, exceptuando el infantil.
En definitiva, una reflexión profunda sobre los contrastes entre el s.XX y XXI. Un libro que podría llevarse totalmente al escenario de cualquier teatro español y que estoy seguro que encandilaría a todos y cada uno de los asistentes.
Así como La salita, de Juan Carlos Mantilla, que ya os comenté en una de mis últimas reseñas. Una ‘novela teatral’ sobre el más puro costumbrismo andaluz repleta de ironía y humor.