Amar es transformarse, transformar al otro y con ello al mundo que nos rodea. El amor es una forma de resistencia, un modo de plantar cara a las injusticias, es luchar por un mundo distinto, mejor. Y, en Mi chica revolucionaria, Diego Ojeda lucha contra todo porque está enamorado desde los dedos meñiques de los pies hasta el revés del alma. Diego Ojeda es sentimiento desbordante, es afecto desatado. Y precisamente es ese desajuste entre la utopía del amor que vive en él y la realidad de este país sumido en crisis y expoliado por sus propios gobernantes, abonado a corruptelas, ese desfase entre su cariño sin barreras y esta desdemocracia, esta bancacracia en la que vivimos, lo que da lugar al tono irónico e incendiario de algunos de los versos de este poemario. Las chicas revolucionarias andan sueltas, vuelan sin bragas y llevan en el bolso un libro de poemas.
Mi chica revolucionaria · Autoconclusivo · Frida ediciones · 109 páginas · 12,00
OPINIÓN PERSONAL
Mi chica revolucionaria es el segundo poemario de Diego Ojeda, un autor que me llamaba la atención por todo lo que había leído de sus poemas. Como él mismo dice, lo suyo más que poesía es prosa poética (no puedo estar más de acuerdo), y bajo cada poema se esconde un poco de él mismo y de su chica revolucionaria.
Este poemario está dividido en tres partes, Mi chica revolucionaria, Yo tuve un antes y El niño fue creciendo. Es muy común que nos encontremos en este tipo de libros con un prólogo y un epílogo, escritos normalmente por conocidos del autor que nos hablan de la magia que hace con las palabras, la relación que tienen o cosas similares. No suelo leerlos muy a fondo porque al final siempre me acabo cansando. ¿Qué hace magia con las palabras? Vale, son seis palabras, así que no uses cuatro páginas y déjame descubrirlo a mí. Es que abro el libro y lo primero que siento es la obligación de leer estas cosas que, alguna no está mal, pero en general me acaban cansando.
En este caso el prólogo es de Elvira Sastre, y bueno, al menos no se le ha ido mucho por las ramas; pero el epílogo es de Pedro Andreu y telita. Me ha gustado el formato, porque ya no habla del autor sino de lo que ha escrito, alabando fragmentos de sus poemas y dándoles sentido y explicación. Que está muy bien, sobre todo porque coge el fragmento y puedes volver a leerlo y saber también qué opina este señor, pero nueve páginas cansan.
«Grietas sin goteras,metáforas de una felicidadno programada,el arte de volarsin manual de supervivencia,el sueño de beberse la vida sin contraindicaciones,un catorceo un treinta y uno de Febrero,para un instante, o para toda la vida.»
Esto lo digo de este poemario pero lo puedo decir de muchos más, con nombres y apellidos porque últimamente en todos te encuentras adhesiones de personas ajenas a la obra. Pero voy a comentar los poemas en sí, que me han gustado mucho. En todos ellos, Diego Ojeda nos habla de su chica revolucionaria: de ella, de cómo le ha hecho sentir, del dolor después de que se fuera, de la sensación de caerse al precipicio anterior al beso. El caso es que consigue describir, aunque sea un breve cosquilleo, una emoción que dura dos segundos, en un poema y darle vida propia y un nuevo sentido. He disfrutado muchísimo de la manera de expresarse y de hacer sentir al lector incluso cosas mínimas.
Me ha gustado mucho que no se centre sólo en el amor sino que también hable del día a día, de su rutina con su chica revolucionaria, cómo ir a tomar un café, desayunar en la cama o ir a pasear puede suponer algo nuevo y excepcional cuando en realidad es parte de la rutina; sólo que su chica extraordinaria, y el que estén juntos hace que sea una parte especial del día.
Se lee rapidísimo porque no son los típicos poemas que hablan de lo mismo y de los que al final acabas hasta las narices. Son muy sencillos, bastante cortitos y aunque se centren en esa chica idónea, cada uno es muy diferente del anterior.
Ha habido varios poemas que me han encantado, que van más allá de todo lo establecido anteriormente y hablan de la sociedad, sobre todo haciendo una crítica social bestial. Son algunos poemas que están escondidos en el poemario y que sin duda hablan de una revolución. No sabéis lo que me ha encantado encontrármelos entre las páginas.
Acabo de buscar algo del autor y me he enterado que también canta, así que si queréis echarle un vistazo a su preciosa voz os dejo aquí el enlace a su canal, que me ha encantado. Resumiendo, Mi chica revolucionaria es un poemario, o mejor dicho, prosa poética, que ha cumplido todas mis expectativas. Diego Ojeda nos habla de su chica revolucionaria, su pequeña revolución; con sus pequeños poemas, sencillos y muy concisos. Sin duda os recomiendo muchísimo este poemario.
3/5*agradecimientos a la editorial por el envío del ejemplar.Laura.