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Una lectura obligada para todo aquel que se sienta hechizado con el arte excepcional. Un esclarecedor homenaje a 100 piezas artísticas que revelan qué es lo que las hace obras maestras. Con datos sobre los géneros más importantes, este libro es un resumen de las obras de arte que importan y una descripción de por qué no se las puede perder. Repleto de enlaces y sugerencias para leer, escuchar, ver y disfrutar. La vida es demasiado corta para el arte malo. Las propuestas de este libro valen la pena.
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Como muy bien dice la sinopsis nos encontramos con la recopilación de 100 obras icónicas, cada una por cuestiones diferentes. Una lista que la autora ha ido confeccionando a lo largo de varios años en la que trató de incluir diferentes estilos, nacionalidades, géneros, sexo de los artistas….
Se distribuyen en capítulos que de algún modo reúne a aquellos que comparten alguna característica en común, según la valoración de la propia autora. Así que, aquellas obras sobre la guerra las encontrarás en el mismo capítulo y habrá otro para los Dioses o criaturas míticas, incluso los sueños tienen cabida y así hasta diez capítulos. Muy curiosa su manera de asociar a los artistas y que me ha agradado.
Tal vez la característica más remarcable y que hace a este libro un acierto, es el número de enlaces y referencias a otros autores, lugares o estilos; un nexo para que las mentes inquietas se animen a descubrir a otros autores, leer libros o visitar lugares relacionados con la obra en cuestión. Se debe tomar un tiempo cada vez que se pasa una página. Estoy segura que echaré mano a sus hojas, de vez en cuando, para pasar un buen rato mientras me pierdo entre enlaces y datos.
Como dije en un principio, es una recopilación llevada a cabo por la autora, siendo elegidos sus favoritos, como es lógico. Yo siento que la frase utilizada en la sinopsis: “este es un resumen de las obras de arte que importan” resulta demasiado arriesgada porque a mi parecer, existen algunos autores que deberían haber sido incluidos y no aparecen. Es el caso de Munch, un hombre que se anticipó al cambio de su época. También podría haber hecho referencia a Andy Warhol, artista referente del pop art. Y ya que ha incluido la escultura debería haberse acordado del arte de la calle; estoy hablando del grafiti y por supuesto de Banksy, un artista reivindicativo de prestigio mundial. Pero por supuesto esta es mi humilde opinión.
Quería hablaros de la portada, y esto no tiene que ver con la obra, lo sé, pero señores…, ¿a quién se le ocurrió este despropósito? Estamos hablando de arte y me salen con esta portada. De nuevo esta es mi humilde opinión porque hoy en día, en cuanto a arte, no hay esquemas ni criterios; parece ser que todo vale.
A pesar de esos olvidos, este libro es perfecto para aquellos que, como yo, les gusta el arte pero no son expertos y les agrade tener a mano un recopilatorio de grandes artistas para echarle un vistazo de vez en cuando y entretenerse con algún que otro descubrimiento. Puede ser un interesante regalo para estas Navidades.