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Abril de 1974, día de Viernes Santo. Una bomba casera estalla en un piso de Woodlans, un barrio pobre de Glasgow. ¿Qué hace una bomba allí? ¿Será el IRA? En el piso encuentran un cadáver (o parte de él, pues el resto está repartido por todo el comedor). Alguien estaba construyendo una bomba y le ha estallado en las manos. En plena investigación, un hombre aborda a McCoy. Ese desconocido, llamado Andrew Stewart, es un rico estadounidense cuyo hijo marine, lleva tres días desaparecido; está desesperado, y tras recurrir en vano a todos los medios oficiales, acude a McCoy en busca de ayuda. Así arranca la trepidante cuarta entrega de las novelas protagonizadas por el policía Harry McCoy.
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Esta es una de las escasas ocasiones en las que no inicio una serie por la primera entrega. Suelo ser meticulosa y las sigo en orden pero me dieron la oportunidad de leer esta novela y me dije: ¿Por qué no? Y el resultado no ha sido del todo nefasto. Aunque he tardado en engancharme con las idas y venidas de McCoy y por llegar a conocer a la multitud de personajes que aparecen en la historia, he terminado por interesarme por la resolución del caso.
Para aquellos que no les importe adentrarse en la vida de un personaje ya avanzada su historia, esta puede ser una buena oposición ya que no sientes que te falte información para sentirte cómodo en la lectura aunque es cierto que necesitas pasar unas cuantas páginas para sentir cierta familiaridad con McCoy, su traumático pasado y todos los personajes que le rodean.
Tal vez el aspecto menos atractivo de esta novela ha sido el protagonista en sí mismo con el que no he sentido ningún tipo de empatía ni afinidad.
"Muerte en abril" se desarrollan varias líneas argumentales, las cuales no sabes si en algún momento convergerán, o están tan solo de relleno para la trama principal. Un poco caótico, con algunas subtramas que no me interesaron demasiado.
Podríamos decir que existen dos casos por resolver. Por un lado, y el principal de la novela, el caso de las bombas llevada a cabo por McCoy; y ese otro caso en el que se ve envuelto para echarle una mano a su compañero y que de algún modo se entremezcla con su pasado y ciertas personas cercanas a él.
Tal vez fuera por el desconocimiento del pasado del protagonista o por la narración en sí misma, que tardé en cogerle el gusto por lo que sucedía en esta historia, eso sí, hacia la mitad me causó curiosidad y ganas por descubrir lo que se escondía detrás de cada uno de los enigmas que acontecen. Entretenida con algún que otro espacio un tanto pesado y supongo que necesaria si has leído las anteriores y te has enganchado con la serie.