Su padre, Elliot Singht, poco interesado en la finca siempre anda de acá para allá, y son ellas las que con mucho valor y coraje, llevan la administración de la propiedad, y a pesar de que su padre no está muy de acuerdo siempre terminan convenciéndolo de sus planes.Pero ya están en edad de casarse, y en eso no va a transigir; para ello ha ideado un plan, pero está claro que no sabe de lo que son capaces sus hijas para hacer su voluntad.Parece que van por la vida diciendo: “¿quién se atreve a meterse con nosotras? No tenemos miedo a nada ni a nadie”. Excepto al amor. Dos mujeres muy desconfiadas que lucharan con todas sus tretas para no caer en brazos de cupido. Al menos lo van a intentar, que lo logren será más complicado.Habiendo leído el primero libro de Elizabeth Urian: "Los hermanos Broderick", deseaba volver a reencontrarme con ella y sus mujeres intrépidas. Por eso cuando se me presentó la oportunidad de leer su tercer libro no lo dudé. He de deciros que estas chicas han dado un paso más, me han sorprendido gratamente.Han sabido introducir en el momento preciso las dosis de humor y de ternura que han elevado el nivel de la trama. Han sabido dar la información justa en cada momento, manteniendo la intriga y la tensión sexual. La acción se va desarrollando con precisión, pasan de una hermana a otra en el momento justo y cuando se juntan las dos hay que echarse a temblar.Lo único que me ha resultado un poco reiterativo es el énfasis en la independencia y determinación de las protagonistas, sobre todo al principio del libro.
Una bonita historia con momentos divertidos y con el punto picante perfecto, una interesante mezcla que he disfrutado y que os recomiendo si os gustan las historias donde las protagonistas tengan carácter, sean decididas e intrépidas.
“El primer beso de aquella tarde había sido un tenue reflejo de lo que podría ocurrir si ambos continuaban jugando con fuego. Pero eso no significaba que hubiera caído rendida, de forma total y absoluta, a sus pies.”