“Nilidia, la perla del Mediterráneo, orgullo del Imperio Británico desde los tiempos de la reina Victoria, como antes lo fue del Imperio Otomano, y antes de Roma. Sus ricos puertos de comercio y sus opulentas ciudades han dado pie a preciosas leyendas, chismes de variada condición y novelas románticas, pero nada dura para toda la vida, y en 1930, con el mundo patas arriba y las viejas naciones perdidas en su propia decadencia, el fantasma de la revolución se atisba demasiado cercano. De modo que una guerra entre hermanos va a destrozar Nilidia una vez más, una guerra con bandos pero sin principios, con ideales ondeados en banderas cubiertas de sangre. Una guerra entre el colonialismo caduco y el añejo deseo de libertad, aunque sea a cualquier precio.Porque a las personas al final nunca nos importa quién gana las guerras, sino lo que hemos tenido que sacrificar para lograrlo.”
Nilidia viene a representar a todos esos países, que tristemente no surgen de la imaginación de ningún escritor, y que han sido colonizados a lo largo de los siglos por diferentes civilizaciones, que ven en su ocupación un modo de obtener unos beneficios, pero nunca se preocuparán por los habitantes de dicho país. Los nilidios están acostumbrados al yugo del extranjero pero no por ello dejarán de luchar por obtener aquello que es su derecho, la libertad. Una ambientación perfecta, donde la manera de narrar del escritor te hace mas próximo esta época y los sucesos que acontecen.
Toda la historia transcurre en 1930, y será a través de los pensamientos y las vivencias de Jonathan Kane, que conoceremos el destino que le aguarda a este país. Es la crónica de una guerra contada por un oficial de los colonizadores, que viaja a Nilidam con un propósito, cumplir con su deber y ante todo buscar tranquilidad, pero que solo se encontrará con odios, conflictos y una guerra en ciernes. Es momento de elegir, aunque en ocasiones la vida elige por nosotros. Jonathan Kane es sin duda el punto fuerte de la historia, un personaje muy bien desarrollado, tenaz, íntegro y que siempre actuará según le dicte su conciencia.
Intercalados entre las páginas que conforman esta historia principal nos encontramos con interludios, que nos irán narrando los inicios de esta mítica ciudad, cuyos comienzos se remontan a la Diosadel mar Shui. Algo atípico que no me he encontrado en ninguna otra novela y que me ha parecido interesante.
“Nilidiam” es una novela corta que se lee rápidamente, que puede permitir distraernos durante un rato. El inicio es trepidante, con una narración rápida y llena de intriga, pero que va perdiendo fuerza a lo largo de la narración; un buen inicio que no ha sabido mantener. Nos viene a relatar las consecuencias del ansia de poder de algunos estados, sobre todo las repercusiones para los ciudadanos, que al final serán los que más sufran, pero en su reiteración de estas ideas, termina por resultar repetitivo y cortar con la aventura y la intriga de sus comienzos, lo que me ha decepcionado en cierto modo. Si decidís descubrir el devenir de los nilidios espero que lo disfrutéis.