Reseña: Nosotros después de las doce - Laia Soler

Publicado el 22 julio 2016 por Lauravep @followermydream
¡Buenas!
Julio está siendo un mes rodeado de muy buenas lecturas, y aquí vamos con la reseña de una de las obras de una de mis autoras favoritas.

Una chica con nombre de princesa. Un chico que escucha a Sinatra.Un pueblo perdido en las montañas. Un carrusel.Tres secretos. Dos reencuentros inesperados. Un amor. Una traición. Y una noche de verano, la más mágica del año…Así es la vida, una suma de momentos felices e instantes difíciles, de reuniones y despedidas, de amores y desengaños. No, la vida no es un cuento de hadas, pero… ¿Qué pasaría si conocieras un hechizo para que las carrozas nunca se transformen en calabazas? ¿Recurrirías a él? ¿O querrías saber lo que pasa después de la medianoche?La nueva novela de la joven autora Laia Soler es un relato potente y actual, salpicado de magia, sobre una chica que navega por las turbulentas aguas de la memoria, el dolor y el amor para descubrir todo aquello que nos une, nos separa y nos hace crecer como personas.


Nosotros después de las doce · Autoconclusivo · Urano (Latidos) · 320 páginas · 14,50 
OPINIÓN PERSONALNosotros después de las doce es la nueva novedad de Laia Soler en España, que lleva ya unos meses en librerías pero hasta ahora no he podido leerlo. Laia es una de mis autoras favoritas, si me enamoró totalmente con Los días que nos separan, Heimano se quedó atrás; además, está ambientada en Islandia y es un sitio que sin duda es el que más quiero visitar (someday).
Tenía bastante miedo porque aunque es una autora a la que adoro y estoy constantemente stalkeandolaen las redes sociales para ver qué cuenta nuevo, sabía muy poco de la historiay tenía mucho miedo de que me decepcionara.
Aurora, que no viene de la princesa, tiene dieciocho años y está en su verano preuniversitario. Es el año de despedirse de los amigos que la han acompañado toda su vida, porque el pequeño pueblo donde viven, Valira, no tiene universidad y los caminos de la quinta del 98 van a esparcirse en direcciones diferentes.  Justo ese verano, vuelve su mejor amiga de su infancia, Erin, con su hermano Teo para pasar el verano antes de dirigirse a los ambientes universitarios de Barcelona, donde han pasado los últimos dos años estudiando. Ahora Teo no es como lo recordaba, y nuevas emociones empezarán a recorrer a Aurora de arriba abajo.
Entre el trabajo en la pastelería de sus padres, la pequeña ayuda que le da al abuelo en el carrusel, y decisiones por tomar sobre su futuro, Aurora se verá envuelta en un verano muy entretenido, y que marcará su vida de una manera que nunca hubiera esperado.
Como siempre, los libros de Laia Soler no se centran sólo en lo contemporáneo, sino que de una manera o de otra, siempre hay magia de por medio. Una magia muy sutil, muy discreta. Y suele ser una de las cosas que más disfruto de sus novelas, y en este caso no ha sido algo diferente. No os voy a contar mucho, porque hay bastante más de esto entre las páginas de la novela, pero Valira tiene una vieja leyenda que nos habla de criaturas feéricas y de humanos, la relación entre ambos con el paso de los años. Y hay bastante más, pero creo que es importante que lo descubráis cuando leáis Nosotros después de las doce, como hice yo.
«Valiente.
Valiente es quien acepta sus miedos y los confronta.
Valiente es quien arriesga, quien sabe que puede perder y aún así juega.
Quien lanza un <> al aire sin saber si volverá.
Quien no se rinde. Quien persevera,, se levanta si se cae y no permite que la marea lo engulla.
Quien abre el corazón.
Quien pide perdón.
Valiente es quien perdona.
Valiente...»

A parte de mucho que pueda tener de magia, sin duda la parte más importante de la novela son los personajes. Nos encontramos con Aurora, que no le gusta su nombre porque le recuerda a la princesa que tiene que ser salvada, y a Teo, el pelirrojo que sonríe demasiado. Antes de continuar he de decir que tengo un gran problema con las personas pelirrojas, porque me encantan demasiado, y ya que lo caracterizara así fue como un puntazo.
Me han gustado ambos personajes, he encontrado a Aurora tomando varias decisiones a lo largo del libro que no me gustaban nada, alguna que otra que tenía algo que ver con su abuelo, y la verdad es que aunque en esos momentos (ha habido varios) no me ha acabado de convencer el personaje, hay un desarrollo en cuanto esos aspectos que se puede observar al final muy claramente y me ha gustado mucho. Y me ha gustado que trabajara tanto en la pastelería de sus padres.
Teo me ha encantado. Todos los personajes masculinos de esta mujer es que AH. Me encantan todos, de verdad. No para de sonreír, tiene toques muy divertidos y es todo un artista. Más que cualidades, han sido las palabras, los hechos. Ha sido un personaje que me ha encantado de principio a fin, todas las reacciones creo que están totalmente justificadas por la situación.   
Vale, eh, stop. El romance es demasiado cuqui. Como siempre, Laia ha creado una historia que no va demasiado rápida, que es bonita, sin contratiempos (por el momento, luego ya van llegando), una historia que simplemente encanta por la facilidad y la naturalidad con la que ocurre.    Además, cuenta con varios personajes secundarios en los que se centra muy poco que me han gustado muchísimo. Erin, la hermana de Teo, con la que Aurora ya había cerrado vínculos cuando se fue, volverá a su vida. Ha sido un personaje que me ha gustado mucho, y varias cosas que le pasan me ha gustado que saliesen en el libro. Luego tenemos a Ona, Paula, Pau y Bardo. Los demás miembros de la quinta del 98, que de verdad, también me han encantado.Aunque se les ha dado poca voz, he disfrutado mucho de los momentos grupales.
Y ahora otra cosa, a raíz de eso. El aire de pueblo, de hablar de quintas, de las caravanas… Todo me ha recordado muchísimo a mi pueblo al que casi ya ni voy, pero me ha gustado muchísimo. Es un aire diferente a todas las novelas contemporáneas actuales, simplemente por la ambientación, y el carrusel del abuelo, por ejemplo.
«Aurora empezó a recoger. Barrió, fregó, frotó, enjuagó y aclaró, y cuando todo volvió a estar limpio, con sus sueños de azúcar muriendo entre restos de comida, salió de casa y olvidó.
Olvidó su dolor y, con el, sus sueños y el futuro que había empezado a desear.»

Como siempre, como Laia escribe, se lee en nada. Lo leí en dos días y porque leí poco. Además, es que engancha, mucho. No es una constante sensación de intriga, pero es que apetece seguir leyendo. Laia escribe tan fácil, tan ameno, y tan bonito. Hacía mucho, mucho tiempo que no llenaba este libro con post-its y creo que haré otra entrada para hablaros de las frases del libro.
Diferentes cosas que se comentan en el libro, que no puedo decir, me han gustado muchísimo. Rompen los esquemas típicos y sale con un problema “real”, situaciones que pueden ocurrir a adolescentes y aunque no me lo esperaba y ha sido un sorpresa que no me esperaba para nada a mitad del libro, me ha gustado cómo se ha plantado (aunque claramente no se actuó bien en el momento) y como se resuelve al final. Creo que ni los que os habéis leído el libro sabéis de lo que hablo, pero en fin, no me sé explicar y eso no cambia.
Y ahora, lo que más, más, más me ha gustado de la novela son los mensajes que encierra entre sus páginas. Que si duele, es porque te importa. Que no por olvidar el dolor se va. Que olvidando sólo consigues hacerte más débil y llevarte cualquier cosa buena que hubiera del mal recuerdo.Hace varias reflexiones sobre la muerte, de la impotencia de un ser querido cuando alguien que quieren está enfermo; pero sobre todo, habla de volver a empezar. Que a veces es lo mejor, pero sobre todo, que muchas veces hay que volver a empezar para que algo salga bien.  
Poco más me queda por comentar, el final ha sido muy bonito, de verdad, muy satisfecha. Ha sido lo que esperaba en todo momento, porque si hubiese terminado de cualquier otra manera, ahí sí que hubiera habido sangre, sí.  
Resumiendo, Nosotros después de las doce es una novela de Laia Soler, una autora que sin duda ya se ha colado entre mis favoritas que con Teo y Aurora nos presenta una historia de amor y magia que nos habla del olvido, de querer empezar de nuevo y de la muerte con la sencillez y la naturalidad de la autora al escribir. Una historia preciosa que no te dejará indiferente.
4/5
Laura.