Un gran retrato de la ciudad de Cádiz y de cómo percibe España a esta ciudad y a sus habitantes.
ArgumentoLa política municipal del ayuntamiento del cambio gaditano es el contexto de las aventuras de Rafael Bechiarelli.El detective de Cádiz recibe el espinoso encargo de investigar, de forma no oficial, la violenta muerte de Gabriel Araceli, el concejal de vivienda y dirigente de la coalición Poder Popular, que gobierna la ciudad.Nuestra señora de la esperanza es una novela en la que el Carvalho gaditano se enfrentará a las conspiraciones políticas, las guerras sucias, las corruptelas, los rumores, las denuncias y los escándalos en los plenos municipales. Bechiarelli, en problemas y sin oficina, se encontrará cara a cara con la fauna política de la ciudad trimilenaria.Una magistral novela sobre el crimen y sus víctimas, sobre la impunidad y la ley, sobre la fe y la esperanza y sus verdugos.
Mi opinión personal (sin destripes)
Cádiz es la gran protagonista de esta novela negra, conoceremos a la ciudad con sus luces y sus sombras, escucharemos a sus habitantes y comprobaremos su capacidad para saber disfrutar de la vida a pesar de estar hundidos muchos de ellos en la miseria ocasionada por las eternas crisis.
Leer Nuestra Señora de la Esperanza es pasear por la ciudad, sentir su historia y emocionarnos con lo que nos transmite su casco histórico. Cadi, Cadi es un reducto de aquel esplendoroso siglo que fue para esta ciudad el siglo XIX.
Esta es la tercera novela de la saga Bechiarelli e imagino que al no leer las anteriores me he perdido algunos matices de su evolución personal y crecimiento como personaje. Tendré que leer las anteriores para conocerlo mejor, pero me gustaría destacar de este singular detective su cultura profunda de Cádiz, sus principios, su alegría y la gran dignidad que posee a pesar de sentir y sufrir por la miseria de su ciudad, sus miserias.
Me ha encantado su tono satírico, me ha encantado su forma de divertirse exprimiendo la vida, y me ha encantado comprobar su grandeza al saber mirar lo que esconde una alegría, unas risas. El saber reconocer el esplendor que hace brillar a la gente humilde. Y por todo esto se rodea de amigos muy dispares, sabios y astutos, amigos que serán imprescindibles para la resolución del caso.
Novela negra con su clara denuncia social, añadiendo una renovada fe en la sociedad, necesaria para seguir caminando por la vida.
«...Tuvo la alocada idea de que algunos manifestantes estaban viendo procesionar a Nuestra Señora de la Esperanza, a la que rendían culto de diosa de fecundidad negociadora de la política. Una deidad a la que habían mostrado desnuda, como la Astarté del Purri»
Ahora toca resaltar el lenguaje. En la novela los personajes hablan cada cual con su acento propio. Este acierto de reflejar el habla a la perfección me ha gustado mucho, da credibilidad y sientes la verdad de cada personaje. Confieso que alguna que otra vez he tenido que volver a leer ciertos diálogos para empaparme bien y para que no se me escapara ningún detalle al desconocer ciertos términos de su lenguaje. Pero, insisto, aplaudo este acertado empleo del lenguaje que me hace amar la riqueza de nuestro idioma.
Recomiendo leer Nuestra Señora de la Esperanza de David Monthiel. Sé que disfrutaréis de una novela negra de calidad, una novela negra con sello propio. Una novela negra que retrata magistralmente una ciudad y una sociedad.
Yo ya quedo con tremendas ganas de leer las dos entregas anteriores de esta serie. Y agradezco a Roca Editorial la oportunidad que me ha brindado al conocer las letras de David Monthiel, un autor que seguiré y que volveré a leer con agrado.
«No sabía por qué, pero a Bechiarelli, con el achispamiento y el morazo vital que sabía que estaba alcanzando, se le vino a la cabeza la imagen de aquel barco blanco en mitad del Atlántico. Cádiz siempre tenía la esperanza de zarpar algún día. O de naufragar. Pero ahí estaban los que flotaban, los que, sumergidos, emergían, y los que se ahogaban. Sobre todo, los que se ahogaban»
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