RESEÑA: Persuasión.

Publicado el 03 mayo 2017 por Jimenada
PERSUASIÓN
Título: Orgullo y prejuicio.
Autor: Jane Austen (1775-1817) era la hija menor de un pastor protestante que se ocupó personalmente de su educación. Llevó siempre una existencia apacible en diversos lugares del sur de Inglaterra y permaneció soltera. Siendo testigo de la época de la Regencia, empezó a escribir con tan solo 16 años, en una época en la que la que a la mujer se le asignaba un rol más tradicional y sujeto a las normas de una sociedad estrictamente patriarcal. Además de Orgullo y prejuicio, su novela más importante y famosa, también escribió Mansfield Park, Emma, Sensatez y sentimiento, La abadía de Northanger o Persuasión entre otras; además de escribir una abundante cantidad de diarios personales que retratan y reflejan la realidad de una época. Su obra es una fabrica de generar controversia, interpretaciones, alabanzas y lo que es más importante; una atracción especial hacia un público más amplio y menos especializado. Murió de tuberculosis a los 41 años dejando incompleta Los Watson, quien años después su sobrina, la también escritora Catherine Hubback, sería quien la finalizase.

Editorial: Alianza Editorial.
Idioma: inglés.
Traductor: Juan Jesús Zaro.
Sinopsis:  la protagonista de Persuasión es Anne Elliot, hija mediana de un vanidoso Sir con un título de nobleza menor. Fueron precisamente sus ínfulas de grandeza las que llevaron años atrás a Anne a rechazar, pese a sus sentimientos, el matrimonio con un por entonces joven militar de incierto futuro. Pero las guerras hacen mudar las fortunas y las hazañas de aquel oficial lo han convertido, en capitán de la Armada de Su Majestad. Dolido aún por aquel antiguo desaire, el capitán Wentworth será ahora, cuando dé a conocer su voluntad de casarse, quien haga gala de su indiferencia hacia Anne.

Su lectura me ha parecido: sentimental, pasional, dramática, muy intensa, compleja, interesante, más seria, diferente...Queridos lectores y lectoras, como bien sabéis, todas las personas, o al menos una mayoría abrumadora, alcanza más tarde que pronto la madurez. No sólo en lo que respecta a la edad, que suele establecerse entorno a los 40 años, también en lo que concierne al ámbito profesional en el que hemos decidido desarrollar nuestro potencial y talento, algo que en este caso si está sujeto a la opinión de cada uno. Hay quienes lo fijan sobre los 40, otros sobre los 50, también los hay que lo rebajan a los 30. Sea como sea, todos coincidimos en que es un momento de cambio y tal vez de transición. Y en lo que respecta a la vida del escritor ocurre exactamente lo mismo, todos los lo experimentan, de un modo u otro, y donde primero se nota es en su escritura, el trato a los personajes y el tipo de historias que quieren transmitirnos. A unos les da por cambiar de lenguaje, a otros por incorporar nuevas características, los hay quien se atreven con un género diferente, pero también, los que o bien se vuelven más oscuros y pesimistas o los que desarrollan su sexto sentido para amoldarse a nuevas corrientes, aunque éstas aún tengan un incierto futuro. Eso mismo, y lo creo muy firmemente, le pasó a la gran autora que, una vez más, volvemos a tener en este espacio de crítica y opinión. Jane Austen alcanzó esa esa madurez como escritora, pero su prematura muerte a los 41 años de edad privó a los lectores de disfrutar esa nueva etapa literaria que se intuía más reflexiva, pasional y lo más importante, con tintes de realismo. Menos mal que la autora inglesa nos regaló un libro muy interesante y que refleja a la perfección ese cambio, esa deriva literaria que, aunque todavía mantenga ciertos paralelismos con sus anteriores novelas, no pudo acabar de consumar en vida. Persuasión: un retrato literario desde la madurez.

La historia de como Persuasión llegó a mis manos es bastante simple, aunque para contarla bien, debemos comenzar por el verdadero principio, ese en el que una servidora no tragaba las novelas románticas. Muchos de vosotros ya conocéis mi experiencia con novelas como Cumbres borrascosas. Sí, se que esta novela tiene muchos adeptos, lo compruebo a diario en las redes sociales y en los post que algunos publican, incluyendo los de algunos administradores de blogs que como el mío, abogamos por espacios en los que la honestidad y la crítica son lo más importante a la hora de redactar una crítica literaria. Pero, sinceramente, no acabó de conquistarme del todo, aunque recientemente me he reconciliado con una de las hermanas Brontë, todo hay que decirlo. En definitiva, hubo un tiempo no muy lejano en el que no podía con este tipo de literatura y esto siguió así hasta que el feminismo y sus estudios se cruzaron en mi camino, al igual que el nombre de Jane Austen. Una autora a la que hasta ese momento había tratado de esquivar porque pensaba que iba a resultarme igual o más cursi que las hermanas Brontë. ¡Que equivocada estaba! Si algo me ha enseñado la experiencia de adentrarme en Orgullo y prejuicio, primera novela que leí de la autora y cuya reseña podéis encontrar en este blog, es que no hay que prejuzgar antes de conocer. Con aquella lectura no sólo desterré la idea de que en Jane Austen son todo cursilerías, también pude encontrar una serie de criticas referentes a la sociedad que a la autora le tocó vivir, tales como la vida en el campo o la situación de la mujer en la Inglaterra de principios de siglo XIX. Por ello, y a modo de reto personal, me propuse leer las novelas más importantes de Jane Austen aprovechando que este 2017 se cumplen 200 años de su muerte, reivindicando así el papel de las mujeres escritoras en la historia. Tras la satisfactoria experiencia con Orgullo y prejuicio, decidí seguir adelante y pedir al Grupo Anaya el segundo libro que me leería de esta autora, el cual resultó ser, tras pensarlo mucho, Persuasión. La verdad es que, y aquí os tengo que ser totalmente sincera, consulté varias reseñas de esta novela. Necesitaba saber a qué me enfrentaba si escogía este título como mi próxima lectura de Jane Austen. Sorprendentemente, la mayoría de las que leí eran bastante positivas, hasta el punto de colocarla por delante de Orgullo y prejuicio, algo que me chocó e hizo que tuviese más ganas de leerlo que nunca. ¿Sería cierto lo que mis compañeros de la blogsfera decían? Necesitaba saberlo. Hoy, con la perspectiva que ofrece el tiempo, no puedo hacer otra cosa que corroborar la opinión de todos esos blogueros literarios a continuación, en el tercer párrafo de esta reseña. Estaban en lo cierto.

Centrándonos en la crítica literaria propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Persuasión presenta una lectura sosegada e intensa al mismo tiempo. A diferencia de Orgullo y prejuicio, novela más ágil y dinámica en parte por su estilo irónico, Persuasión se aleja de todo eso con una prosa más seria, tirando por una crítica más profunda, hiriente, ligeramente sangrante, sin una pizca de la diversión que proporciona la ironía bien empleada. Este aspecto, de buenas a primeras me chocó bastante, pues si por algo se había caracterizado la literatura de Jane Austen es precisamente por ese uso magistral de la ironía para criticar y al mismo tiempo, sacar una sonrisa al propio lector. Con esto no quiero decir que Persuasión sea una lectura carente de profundidad e ingenio, todo lo contrario, este estilo más punzante es otra muestra de la gran inteligencia de la autora. Además de ese cambio de estilo, se aprecia una acentuación mayor en la intensidad, de la propia acción y de los sentimientos que van apareciendo a lo largo de la novela. Esa implicación extra en lo sentimental no la vuelve más cursi, sino más auténtica, más personal, más introspectiva. En lo que respecta a la historia también encontramos una clara diferencia con respecto a sus novelas anteriores. Ya no estamos ante jovencitas en busca del amor, que son alcanzadas por la flecha de Cupido por vez primera o que a su alrededor orbitan hombres de mayor o menor caballerosidad e intenciones. En Persuasión nos topamos con Anne Elliott, hija de un vanidoso noble y demasiado vieja para poder casarse. La sorpresa viene cuando el lector descubre que Anne tiene, atención, veintisiete años, una edad que hoy en día nos transmite juventud, pero que en aquella época se traducía en peso y desgracia si no estabas casada. Anne jamás se ha casado y a largo de la novela asume su futuro, el de convertirse en una solterona para el resto de sus días. Sin embargo, Anne no es un personaje plano, Jane Austen le atribuye sentimientos muy intensos, una sensatez, una inteligencia emocional y una serie de valores que engrandecen un personaje muy diferente a ese modelo de mujer que se estilaba en la época. Ya lo vimos un poco con Elizabeth Bennet, una de sus inmortales heroínas, pero en Anne Elliot la autora va un paso más allá, demostrando que una mujer no es un objeto sin vida, sino que en su interior anidan muchos matices, entre los que destaca, por encima de todos, su capacidad de amar y de seguir amando, pues, para Jane Austen, el permanecer soltera no significa hermetismo, todo lo contrario, Anne es una mujer con su forma ser pero también con sus propios sentimientos, como debe ser. Como en todas sus novelas, la acción gira entorno la historia de amor entre Anne y el amor de su vida, el capitán Wentworth, un personaje que también me ha sorprendido por la cantidad de matices que tiene. Esta es una relación pasional, plagada de desaires, desencuentros y sobre la que se cimienta la persuasión. Este juego literario que Austen ejecuta sobre sus personajes principales es simplemente magistral, pues, logra la atención, pero sobretodo, que el lector acabe empatizando con unos personajes más reales y maduros, y como consecuencia, odiando toda esa frivolidad y aires de grandeza que representa la familia de Anne. En resumen, todo ese conjunto de aspectos novedosos que aparecen en Persuasión, me llevan a pensar que Jane Austen estaba atravesando un momento muy interesante en su carrera como escritora, un momento en el que apreciamos como lo serio va imponiéndose ligeramente. Es cierto que en Persuasión mantiene el modelo de historia y la ambientación, pero se aprecia una pequeña deriva hacia lo introspectivo y la critica más directa, aspectos muy relacionados con la corriente literaria conocida como realismo. ¿Persuasión es entonces una novela realista? No, pero el camino parece ser ese, aunque desgraciadamente, nunca conoceremos esa faceta.

Para acabar la redacción de esta reseña como se merece, no me voy a andar con rodeos. Iré directa a esa reflexión que tenía tantas ganas de exponer y poner por escrito en el blog. Todos conocemos el significado de "persuasión", que viene a decir algo así como la capacidad o habilidad para convencer a una persona mediante razones o argumentos para que piense de una determinada forma, o bien, haga cierta cosa. Hasta ahí todo claro. Es verdad, todos nos hemos sentido persuadidos en algún momento de nuestra vida, y lo que parece disimularse bajo la apariencia de "consejo", acaba por conducir a un fin bien distinto, el de acabar haciendo lo que otra persona nos insinúa, muchas veces en contra de lo que de verdad deseamos. Esta situación se da en nuestro día a día, y en el caso de las mujeres, la cosa es todavía más reseñable. Desde tiempos inmemoriales, la mujer siempre ha estado sujeta a normas y tradiciones, y por consiguiente, al cumplimiento de todas ellas, sin dejar ni un cabo suelto, porque si los hay, el escándalo puede ser mayúsculo. La mujer siempre ha tenido que obedecer, siempre, ya sea al padre, al marido, al hijo o incluso a la propia madre, que, cual marioneta manejada por el patriarcado, acaba por transmitir todos esos valores y comportamientos a sus propias hijas. Y si alguna quería ser ella misma y hacer lo que quisiera, entonces, era persuadida, de distintos modos, hasta lograr convencerla de que debía comportarse correctamente, no desviarse del camino trazado. En Persuasión, Anne es persuadida por los suyos para que no se comprometa con el que es el amor de su vida, persuasión a la que acaba sucumbiendo. Pero a medida que vamos avanzado en la novela, descubrimos a una Anne que pisa fuerte, que tiene ideas propias, sentimientos propios y lo más importante de todo, que no se deja influenciar por nada ni por nadie, no se deja persuadir al fin y al cabo. Es evidente que tras Persuasión se esconde una clara intencionalidad, la oportunidad para mostrar otro tipo de mujer, las que como la propia Jane Austen, no se casaron en una época en la que el matrimonio era a lo que una podía aspirar como máximo en la vida. Mujeres que, aún solteras, son capaces de tener sueños e inquietudes. Mujeres que habían vivido, que habían amado, que habían sentido ese amor correspondido. Solteras por decisión propia, no porque no hubiesen tenido la oportunidad, sino porque ellas mismas lo han querido así, porque ahí es donde reside su felicidad. Por todo ello y en memoria de todas esas mujeres que decidieron ser ellas mismas en épocas de gran control social, debemos intentar tomar ejemplo y luchar por lo que de verdad queremos, lo que nos hace realmente dichosas, por ser nosotras mismas y no un disfraz. Queridas mujeres que estéis leyendo estas líneas, os pido que no os dejéis persuadir, no dejéis que nadie decida por vosotras, absolutamente nadie. Vosotras sois las únicas dueñas de vuestro presente y vuestro futuro, un futuro al que espero disfrutéis con la mayor de las libertades. Persuasión: una historia de amor, desencuentros, esperas, pasión, egoísmo, vanidad, ambición...Una novela inolvidable en todos los sentidos.
Frases o párrafos favoritos:
"Su fría cortesía, su ceremoniosa gracia, eran peores que cualquier otra cosa"¡Película/Canción: existe una versión de 1995 con Amanda Root y Ciarán Hinds en los papeles principales. Sin embargo, los que seáis unos enamorados del universo Jane Austen, recordarán mejor la adaptación para televisión de 2007, dirigida por Adrian Shergold y con las inolvidables interpretaciones de la actriz británica Sally Hawkins y Rupert Penry-Jones como Anne Elliott y el capitán Wentworth.

¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Alianza Editorial