Buenas a todos,
aquí traigo una reseña más de la familia Mackenzie. Espero que en las anteriores reseñas hayan despertado vuestra curiosidad para descubrir estas maravillosas historias.
Técnicamente pasan treinta minutos de las doce de la noche del viernes, aunque ese pequeño detalle no lo tendréis en cuenta, ¿verdad? ;)
Bien, hoy toca;
Zane Mackenzie, jefe de un comando de la Armada de los Estados Unidos, tenía una misión: rescatar a Barrie Lovejoy, la hija mimada de un embajador, que había sido secuestrada por un grupo terrorista. Lo que debería haber sido algo sencillo se convertiría en la misión más importante de su vida. Y también en la más peligrosa...
Para empezar, la autora nos da un pequeño esquema de la vida de los hijos de Wolf y Mary.
En la segunda novela; La misión más dulce, se habla un poco de estos personajes pero en esta ocasión se da una visión más clara, primero vino Michael, después Joshua, Zane y finalmente Maris.
Ofreciendo información sobre su trayectoria y agradecida por saber más de ellos, aunque solo sea un pequeño apunte.
Quizás es dar mucha información por si no habéis leído las anteriores novelas, pero en esta ocasión es necesario comentarlo porque nos aparece un personaje totalmente nuevo en la familia Mackenzie cuyo protagonismo se verá en la quinta novela pero su presencia es imposible no mencionar en esta ocasión, ya que en La misión mas dulce, Wolf y Mary tenían cuatro hijos pero en esta novela nos habla de uno más, de un chico adoptado; Chance. Un chico sin hogar que Mary encontró en la calle ardiendo de fiebre cuando tenía catorce años, lo llevó al hospital y estuvo a su lado hasta que se recuperó y tomó la decisión de que iba a ser parte de su familia.
Pero vamos a dejar al resto de la familia a un lado para hablar del verdadero protagonista de esta historia; Zane, en la Armada, entró en la Unidad Espacial Tierra-Mar-Aire (SEAL) y le encargan la misión de rescatar a la hija del embajador que se encuentra secuestrada en Libia. Si algo sale mal y alguien puede apañárselas, es él.
Y en efecto, algo sale mal. Encuentra a Barrie, desatándola de la cama donde se encontraba amarrada y cuando están a punto de escaparse, los secuestradores se dan cuenta de su presencia. Su equipo no puede sacarles de allí, así que tienen que esconderse, se refugian varios días donde pueden y es en ese lugar, en esa situación, es donde el deseo finalmente estalla entre ellos. No obstante, algo ocurre y sus caminos se separan, sin saber si podrán volver a estar juntos...
Me ha gustado el personaje femenino, es valiente y decidida, pero también recuerda demasiado a las protagonistas anteriores.
Igual que el personaje masculino, me ha gustado la forma de ser de Zane, pero también recuerda demasiado a Wolf y Joe aunque es más normal, ya que son familia. Sin embargo, eso no significa que no se disfruten de igual manera.
Siendo sincera, no me ha atrapado tanto como las anteriores historias.
Sigue ofreciendo las mismas virtudes que las otras novelas pero no ha conseguido captarme con tanta intensidad, quizás porque, aunque los escenarios y situaciones sean diferentes, lo demás recuerda mucho a las novelas anteriores. Pero igualmente es una historia bonita que voy a releer.
En definitiva, igualmente ¡la recomiendo!