Para entender lo que pasó con su mejor amigo Hayden, Sam tiene que confiar en la lista de canciones y en su memoria. Pero cuanto más escucha se da cuenta que su memoria no es tan confiable como creía. Especialmente cuando alguien que finge ser Hayden le manda mensajes enigmáticos, al mismo tiempo que comienza una serie de ataques contra los matones que le hicieron la vida imposible a su amigo. Sam sabe que tiene que afrontar lo que ocurrió esa noche. La única manera: quitarse los auriculares y abrir los ojos a las personas que lo rodean (incluyendo una chica excéntrica e impredecible, también llena de secretos) para poder desentrañar la historia de su mejor amigo. Y quizás llegar a cambiar la suya propia.
Esta es una de esas novelas sencillas de personajes enternecedores con mucho sentimiento entre unas páginas que vuelan al son de la música y la amistad.
Sam es un adolescente que acaba de encontrar a su mejor amigo Hayden y una nota de despedida más que enigmática en forma de playlist. Su deber para honrar la memoria de su amigo será desentrañar si significado y dar con las verdaderas razones de que haya decidido quitarse la vida.
En las semanas siguientes al funeral, los chicos que le hacían la vida imposible a Hayden empiezan a sufrir agresiones a manos de un individuo no identificado. Por lo que Sam se ve en el punto de mira, obligado a arrojar luz sobre los acontecimientos.
Sinceramente, me deja muy poco que decir acerca de la prosa de la autora. La narración tiene poco encanto y se caracteriza por su simplicidad. Tampoco me pareció capaz de despertar grandes emociones. El relato está narrado desde el obnubilado punto de vista de Sam que se ve arrastrado a una insólita sucesión de acontecimientos que consiguen sacarle de su soledad habitual, algo que ansía tanto como cualquier adolescente.
Su personaje no me dejó fría pero sí me pareció poco profundo y carente del trasfondo necesario para dar a la historia la capacidad de tocar hondo en la fibra del lector.
A la vez debo admitir que tampoco es un protagonista plano y sin carácter, en general los personajes están bien y cada una de las apariciones en la novela tiene su propia aura, algo agradable teniendo a un elenco bastante estereotipado.
Creo que al menos una vez al año leo algún libro como este sobre cómo superar la muerte de un ser querido o del valor de la vida propia y siempre aprendo algo de todos ellos. Este, que encara ambos temas, me ha gustado por su contenido y por cómo la autora ha entretejido música con una historia triste. En general es un libro adecuado e insiste en transmitir valores además también trata el acoso escolar con un tinte fatalista ya que el acosado se ha quitado la vida, pero dándole el tono adecuado para concienciar un poco al receptor del mensaje.
El otro elemento, el que mantiene al lector pegado a las páginas es el misterio que se esconde tras las últimas horas de vida de Hayden y, según vamos descubriendo, los últimos meses no ha sido muy sincero con Sam. Así que entre descubrir que sucedió en la mencionada fiesta y qué ha estado haciendo el joven ese tiempo a espaldas de su mejor amigo, el lector sin duda pasa un rato entretenido en la tensión totalmente deliberada de ritmo calculado.
Estamos ante una novela juvenil bastante común que trata temas bastante peliagudos en los adolescentes de forma acertada y entretenida. Quizá no sea una novela emocionante ni extremadamente sensible, pero su mensaje está claro y transmitido de forma correcta por lo que es bienvenido.