Alicia de la Vega, una joven periodista de origen español que vive en Nueva York con su madre y su hermana, comienza a trabajar para una revista especializada en fenómenos paranormales. Junto a un enigmático fotógrafo, se enfrentará a misteriosos casos sobrenaturales que pondrán a prueba su escepticismo: descubrirá que las historias de casas embrujadas, exorcismos, maldiciones y vampiros esconden más verdad de la que jamás imaginó. De hecho, ella será la única capaz de ver al fantasma de un joven amnésico, de aspecto decimonónico, llamado Duncan, por quien pronto empezará a sentir una fuerte atracción.¿Quién es él? ¿Qué vínculo los une? Para hallar las respuestas, Alicia emprenderá un apasionante viaje a través del espacio y del tiempo hasta la Escocia del siglo XIX. En su camino se cruzará con las huellas de personajes históricos como Jane Austen, Oscar Wilde o sir Walter Scott. Una trama llena de romance, misterio y aventuras que nos muestra que el amor es capaz de sobrevivir a cualquier adversidad... e incluso a la muerte.
No sabéis las ganas que tenía de leer esta nueva novela de Raquel de la Morena, pues el año pasado leí «El corazón de la banshee» y me gustó tanto la trama y me enamoró de tal manera su forma de escribir que pasó a ser de mis autoras y novelas favoritas e imprescindibles y esperaba «¿Quién diablos eres?» como agua de mayo desde que la editorial anunció su publicación. Reconozco que sus setecientas páginas me imponían, y mucho, pero sabía que organizando una lectura conjunta se me haría mucho más amena de leer. ¡Y así ha sido, vaya si se me ha hecho amena y adictiva! jiji Ya sabéis que a mí la romántica histórica —la histórica en general, mejor dicho— y los viajes en el tiempo me chiflan, así que leer esta novela era una apuesta segura que al final ha logrado ganarse su espacio y colarse entre mis mejores lecturas. Y no me entretengo más y paso a contaros más detalladamente qué me ha parecido.
A decir verdad, la historia arranca con un prólogo que nos transporta hasta Dunbar (Escocia), año 1816, donde nos relatan, en tercera persona, un episodio bastante triste, agónico y emotivo que nos deja con muchas dudas e incógnitas y con la intriga a flor de piel, pues ni siquiera sabemos quiénes son sus protagonistas ni cómo han llegado a esa situación. E inmediatamente después de este prólogo, conocemos a Alicia, ya en el presente.
Los personajes secundarios que intervienen en la novela son bastante numerosos debido al número de páginas y subtramas que en ella hay, pero yo he decidido quedarme con los que más protagonismo tienen, así que los personajes más relevantes para mí de los capítulos ambientados en el presente han sido Jackson Lefroy (compañero de Alicia), Duncan Wallace (médico al que Alicia conoce de una forma muy peculiar), Alejandro (chamán) y John Waterworth (vampiro), ambos conocidos de Jackson por motivos que se explican en la novela. Y en las partes ambientadas en el pasado, los personajes más relevantes fueron Jane Elliot y Robert Galloway (cuya identidad no voy a desvelar para no spoilearos), Colin y Percy (hermanos de Robert), y seguramente me esté dejando atrás muchos nombres, algunos incluso relevantes, pero quizá para mí no fueron tan relevantes como estos, pero no me olvido de ellos ;)
«Los recuerdos son traicioneros cuando nada físico los retiene: terminan por escaparse, como arena entre los dedos».
Decir que los personajes están bien trabajados y perfilados es quedarse corto cuando eso ya puede apreciarse desde las primeras páginas y desde sus primeras apariciones, por lo que en este caso sobraría decir que he podido conectar y empatizar con todos y cada uno de ellos, sobre todo con los protagonistas, y me he llegado a encariñar tanto con los personajes más relevantes que sé que van a quedarse conmigo durante mucho tiempo (Alicia, Duncan, Jackson, Jane, Robert y Percy ❤). Además, a medida que avanzaba la novela iba siendo partícipe de la evolución que iban experimentando y esa ha sido una de las mejores cosas porque me sentí integrada, como un personaje más, y la conexión con ellos fue tal que sentí que conocía a los personajes de toda la vida al ser tan cercanos, reales e imperfectos :')
«Quizás el Big Bang comenzó con el estallido de un corazón enamorado como el mío».
Y va a ser muy complicado hablaros de la trama de la novela cuando ni yo misma tengo aún las ideas ordenadas en mi cabeza. El lunes de esta semana me leí las últimas cien páginas de seguido
Para mí, el principio fue un tanto lioso porque aparecen muchos nombres y ubicaciones diferentes, tanto del presente como del pasado, y no sabía muy bien dónde ubicarme. Tenía varias tramas paralelas que al principio parecían no guardar relación alguna entre ellas pero que iban conectándose unas a otras a medida que avanzaba la novela, y no me costó mucho adentrarme en ella y empezar a hilar y entender cosas, momento en el que realmente empecé a disfrutar de la novela. Teniendo setecientas páginas por delante, que los primeros capítulos sean introductorios no es nada alarmante, así que no le di mucha importancia y seguí leyendo como si tal cosa hasta que, como he dicho, empecé a entender jiji
«Muchas veces había cavilado sobre la influencia que las vidas de los demás pueden tener en la nuestra, cómo un pequeño o gran giro en el camino de alguien a quien quizás ni tratamos determina quiénes seremos en el futuro y dónde acabaremos; a veces para mal, otras para bien».
Y, por supuesto, uno de los muchos elementos que me gustaría destacar sería la ambientación, que me enamoró por completo y de principio a fin. Salta a la vista que la novela, estando ambientada en buena parte en el siglo XIX, tiene una importante carga histórica (ojo, sin llegar a ser exagerado ni pesado, que quiero que esto quede claro) y eso se ve y se siente al mismo tiempo que uno lee porque son tantos los detalles, episodios e informaciones que la autora vierte, algunos reales y otros no tanto, que hace que el lector se meta de lleno en esa época y experimente un sinfín de emociones, e incluso se empape de muchas de las costumbres de la época (celebraciones, vestimenta, normas de protocolo, sociales y de cortejo...), incluido el papel que la mujer desempeñaba entonces o los preciosos lugares y paisajes que aparecen en la novela.
«Nos solemos quejar de lo dolorosos que nos resultan ciertos recuerdos, pero apuesto a que no tener ninguno es mil veces peor».
El romance sería otro elemento fundamental que merecería la pena destacar por su evolución, sencillez y naturalidad. He disfrutado muchísimo esta parte porque, entre otras, surge y se desarrolla tal y como a mí me gusta y tiene bastante presencia en la novela, que por algo es una novela romántica, aunque este no es el único elemento con el que cuenta, sino que son muchos más los que se unen a la lista: leyendas y fenómenos paranormales, exorcismos, vampiros, fantasmas, personajes y datos históricos... Todo ello acompañado de grandes dosis de misterio e intriga y ligeros toques de humor e ironía, una combinación de lo más sugerente y acertada jiji
En general, diría que estamos ante una trama sumamente cuidada y muy bien trabajada e hilada, además de bien documentada y ambientada, que va adquiriendo complejidad a medida que avanza la novela, pues cuenta con un sinfín de subtramas que la enriquecen, y mucho.
La novela se encuentra dividida en dos partes bien diferenciadas y dentro de cada una de ellas encontraremos un prólogo y un epílogo, algo que me ha parecido bastante original porque le da más intriga a todo el entramado y hasta que no está bien avanzada la lectura y se van descubriendo cosas no se entiende muy bien a qué hecho o personaje concreto se refiere, por lo que la intriga está asegurada hasta que se atan cabos. Con respecto a la extensión de los capítulos, diría que varía bastante, aunque son cortos en su mayoría y los más largos tampoco se me han hecho pesados, así que no tuve problema. El ritmo de lectura se me hizo sumamente ágil y adictivo y en ningún momento me aburrí leyendo ni nada parecido, sino más bien al contrario, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de subtramas y las sorpresas o giros argumentales con los que cuenta la novela, que eso siempre anima aún más a seguir leyendo.
Y a medida que se iba acercando el final, el ritmo se iba intensificando más y más, los giros empezaron a ser más frecuentes y dos sorpresas en concreto que se desvelan en los últimos capítulos me dejaron boquiabierta, tanto que tuve que releer esas páginas para comprobar que lo que había leído era cierto. El final propiamente dicho me encantó y los últimos capítulos fueron para mí los más intensos y emocionantes, culminando así en un final cerrado, emotivo y muy acertado. Como veis, la novela ha pasado a ser una de mis mejores lecturas del año y aunque mis expectativas eran bastante altas antes de empezar a leerla, por suerte las ha superado y cómo se nota que cuando una novela gusta y engancha no importa que tenga setecientas o mil páginas :')